La Gitana

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Cuando Natura en su inspiración pujante Concebía cada día hijos monstruosos, Me hubiera placido vivir cerca de una joven giganta, Como a los pies de una reina un gato voluptuoso.
Me hubiera agradado ver su cuerpo florecer con su alma Y crecer libremente en sus terribles juegos; Adivinar si su corazón cobija una sombría llama En las húmedas brumas que flotan en sus ojos;
Recorrer a mi gusto sus magníficas formas; Arrastrarme en la pendiente de sus rodillas enormes, Y a veces, en estío, cuando los soles malsanos,
Laxa, la hacen tenderse a través de la campiña, Dormir despreocupadamente a la sombra de sus senos, Como una plácida aldea al pie de una montaña.

Las Flores del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora