𝒗𝒊𝒊𝒊. 𝐖𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐋𝐞𝐟𝐭 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭

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Siete años más tarde

KELSEY POV

Para mi suerte, hoy no había escuela. ¿Por qué? Creo que es algo así para revisar lo que hemos estado viendo el mes entero. Es algo que hacen en las escuelas privadas.

Ya sé, ya sé. ¿Que demonios hago yo en una escuela privada? Respuesta rápida y sencilla: ya no me quieren aceptar en más escuelas públicas. Para ser sincera, ahora extraño mucho las escuelas públicas. No era tan aburridas, al menos.

Ahora estaba en la cocina, buscando unos chocolates que mi mamá me dijo que compraría cuando escuché mi celular vibrar.

Sonreí al ver que era Hope.

—Al fin, creí que nunca llamarías. —dije mirándola por la videollamada. —¿Y, me dirás cómo te fue?

Ella rodó los ojos.

—Mal. Mamá me castigó. —me informó y depsues preguntó. —¿Donde están tío Kol y tía Davina?

Rodé los ojos y saqué una frutilla del mesón para comerla.

—Que se yo. Deben estar por ahí. —la escuché reír y yo la seguí. —Sabes, deberías visitarnos.

Hope alzó una ceja.

—¿Para conocer a tu sofisticada escuela?

—¡Oye! No tengo la culpa de que mis papás me metieran ahí. —rodé los ojos. —Es espantoso.

—Tú te lo buscaste. —habló divertida. —Además, deberías estar agradecida por estar en una escuela al menos.

—Estaría agradecida si no estuviera en ninguna escuela. —aclaré y escuché como mi mamá entraba. —Hola, mamá.

Ella me miró divertida y supe que me había escuchado.

—Hope. —saludó acercándose a la cámara. —¿Como estas, cielo?

—Hola, tía Davina. Estoy bien. —sonrió mi prima. —Solo algo castigada.

—Uhm. —asintió mamá con una sonrisa. —Kels, tu padre dice que tienes que leer tu libro de Francés.

Me ofendí.

—¡Pero, mamá!

Ella me miró.

—Sabes que esa escuela es seria, amor. —me besó la cabeza. —Y tu padre y yo opinamos que tienes que esforzarte más.

—¿Y por qué no me lo dice él mismo? —alcé una ceja.

—Tienes que esforzarte más, cariño. —mi papá apareció y se acercó. —Ahí está, mi sobrina favorita. —sonrió a la cámara.

Saqué el teléfono de sus manos.

—No, por ser un padre irresponsable. —me quejé.

—Ya. —sonrió divertido.

Mi mamá me tocó el hombro.

—A tu estudio, Kelsey.

Rodé los ojos y comencé a caminar a la salida.

—El celular. —habló mi papá.

Bufé y con una sonrisa falsa lo dejé en la mesa.

𝖐𝖔𝖑𝖛𝖎𝖓𝖆'𝖘 𝖉𝖆𝖚𝖌𝖍𝖙𝖊𝖗, 𝗍𝗁𝖾 𝗈𝗋𝗂𝗀𝗂𝗇𝖺𝗅𝗌. [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora