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Estaba acorralado, el líder del gremio observó a la gente a su alrededor, pero tenía una sonrisa burlona en su rostro. Arrodillado en el suelo, con la espada de su padre en su hombro, dispuesto a asesinarlo en cualquier momento.

¿Realmente todo había terminado así?

¡Todos son unos malditos desagradecidos! ¡Estaba haciendo esto por el pueblo! Maldición. El rey demonio de la salvación levantó su barbilla, mirando hacia arriba, atrapando la mirada de su padre entre la suya, pero el caparazón en su corazón se rompió, sus ojos burlones cambiaron, solo había soledad en ellos, una tristeza profunda. Y una lágrima recorrió su mejilla, la siguieron muchas más.

"Duque Kim... No, espera, padre", habló, captando la atención del hombre en frente, desconcertado. "¿Qué se siente? Estar a punto de asesinar a tu hijo defectuoso."

Solo que él no pudo ver las emociones que pasaron por el rostro de Hades, fue demasiado rápido, en un lapso de segundos. La amargura invadió su interior por esto, ¿Realmente le importaba tan poco? ¡Este traidor de acá es tu propio hijo!

¡Mírame, papá!

Su padre lo miró, pero no tenía emoción alguna en sus ojos. Parecían dagas atacando su corazón.

Su sonrisa se volvió débil.

"¿No te mueve ni un poco el corazón, estarme apuntando, papá?"

"No", fue la respuesta, sin vacilación en su voz.

No sabía de quien era la risa, o tal vez era de si mismo, ya estaba demasiado perdido como para ponerse a pensar en ello.

"¿Tú nunca me quisiste, no es así?"

Arrastró las palabras, casi no salen de su boca. Era una verdad que ya sabía, pero pronúnciala frente a Hades hacía todo distinto. A lo lejos pudo ver a su enemigo jurado, el maldito emperador.

Fue casi en un parpadeo, Hades movió su espada, él mismo se movió para hablar y sacar su última fuerza. "¡No te preocupes, padre! No tendrás que ver a tu propia sangre morir en tus manos."

Hizo el amago de levantarse, pero las espadas a su alrededor lo apuntaron rápidamente, obligándolo a mantenerse sentado. Sin fuerzas mentalmente, su mirada estaba desquiciada, haciéndole honor a los rumores, sus ojos bajo la luz iluminados con tonos morados, le mantuvo la mirada al emperador, lo quiso matar. Quiso levantarse, clavarle la daga en su bolsillo una y otra vez.

"¡Te maldigo, emperador Yoo Jonghyuk! ¡A ti y a toda tu descendencia! Espero que te pudras en el infierno de la tierra, que, si alguna vez llegas a amar, la pierdas para siempre, una y otra vez ¿¡No te parece divertido!?"

Carcajadas, sonidos de espadas moviéndose, la habilidad de su padre haciendo el amago de cortarle la cabeza.

Lo siguiente fue sangre, clavó la daga en su corazón ¿Estaba mal si ya había practicado esto? No esperaba mucho de esta rebelión, ya conocía el final. Escuchó un grito, una voz femenina llamándolo, rompiéndose desgarradoramente. Esperaba que Sooyoung lo perdonara, ambos sabían que no saldría nada bueno.

Así murió el líder del gremio, el rey demonio de la salvación.

"¡No!" Se escuchó la voz de un chico, quejándose.

Kim Dokja, en su habitación luego de un largo trabajo, se encontraba leyendo la novela que le había llamado la atención desde hace ya un tiempo, antes de irse a dormir.

<La manera segura de ascender al trono> era la novela que lideraba el ranking, recomendada por todos, asegurando que jamás habían leído algo mejor. La historia de Yoo Joonghyuk, el primer príncipe de la familia imperial Yoo en su camino a convertirse en el heredero, y futuramente, el emperador.

Etiquetada como género de romance, Dokja pensó que estaría bien leerla. En si, no era su tipo de novela, pero siendo un adulto cansado de su trabajo, aburrido y sin amigos, no se veía en lugar de ser exigente, creía realmente que sería un buen entretenimiento.

Al tercer capítulo supo que estaba perdido, ¿Qué es esta trama de mierda?

Simpatizó al instante con el líder del gremio, en realidad, no entendía por qué él específicamente era el villano. ¡No hizo nada malo! Hasta el último momento de su vida, la dio por su pueblo, en una rebelión que tenía lugar a quitarle el puesto al emperador tirano, el protagonista masculino obsesivo Yoo Jonghyuk.

Detestó la pareja principal, no congeniaban, Jonghyuk estaba loco por el poder, Yoo Sangah merecía la corona más que él e incluso ese protagonista inútil la mató cuando ella no quería tener la corona. ¿Cómo es que a las chicas les gusta esto?

La novela tuvo alrededor de 200 capítulos, y él se los terminó todos, a pesar de que su favorito murió antes del "Final feliz" de la pareja. No culpaba a Seolhwa, no era su culpa haberse topado con ese emperador inútil.

Divida en dos partes, la novela empezaba con Jonghyuk de 10 años, el hijo al cual el emperador desprecia, siendo víctima de un intento de asesinato por parte de la segunda reina; ahí conoció a la heroína de la historia, Lee Seolhwa, hija del médico imperial que atendió al protagonista masculino, también la única persona que lo trató genuinamente bien a pesar de su título, su única amiga y próximamente esposa. En la segunda parte de la novela, se mostraba el conflicto real: la academia.

El año en el que cumplía los 14 años, tuvo que mudarse a la academia con complejo de internado, a donde solo los hijos de los aristócratas más poderosos podían entrar con dinero, pero también buscaban a los nuevos genios, por lo que podrían entrar siendo patrocinados o por medio de un examen. Jonghyuk entró por ser un príncipe, lo mismo con su hermanastra Sangah, Seolhwa entró por medio del examen.

Y apareció la primera variable para el desastre, el futuro líder del gremio, jamás se le mencionó por su nombre, vagamente un "Joven maestro Sun" o "Joven maestro Kim", quien desataría una rebelión en contra del emperador Yoo Jonghyuk luego de graduarse, junto a la maga de la torre y la hermana menor del emperador, luego moriría suicidándose frente a su propio padre.

Seolhwa y Jonghyuk tendrían un periodo de paz en el imperio, ambos gobernando, amándose. Y final feliz.

Estaba frustrado.

Lo pensó mucho, se puso en los zapatos del líder del gremio, releyó cada capítulo donde apareció. A un punto en donde sabía más de él que del protagonista.

Al ir al trabajo, pensó en la infancia del líder. Cuando buscó la aprobación de su padre, como marcaban en la novela, se preguntó acerca de su madre, Perséfone, que al parecer ella sí lo quería. ¿Qué habrá sentido al enterarse que, el traidor de la rebelión, era su propio hijo perdido al que ella creía muerto y le lloró tanto?

Estaba demasiado enojado, realmente no podía creer que la muerte de un personaje tan increíble como él haya sido el puente para el amor de los protagonistas, tenía un mal sabor en la boca luego de leer el final.

Era tan aburrido que tampoco tenía alguien para contarle acerca de la novela, faltaba poco para el día de visitas de su madre en la cárcel, y su padre estaba muerto. La fama del caso lo llevó a la soledad, maldecía el día en que a su madre se le ocurrió hacer lo que hizo.

Si él fuera ese líder del gremio, el hijo de Hades y Perséfone, el villano de la historia: se esforzaría en jamás toparse con Yoo Jonghyuk, la fuente de todos sus males.

Lo pensó repetidas veces, se dijo a si mismo, que la historia hubiera podido ser cambiada ¡No merecía para nada ese final!

Perdido en sus pensamientos, olvidó mirar a la calle ambas veces, solo se dio cuenta cuando las luces del auto rodearon todo su cuerpo, sus ojos abriéndose de par en par por la sorpresa y luego solo dolor.

Tirado en la calle, con gente gritando alrededor de él, su vista borrosa y un dolor infernal en todo el cuerpo. Tuvo un final insignificante como su personaje favorito.

Hasta que abrió los ojos.

Una forma de protegerse del emperador [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora