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Fue una mañana después de que la semana de exámenes haya terminado, que Kim Dokja se encontró con algo realmente interesante. Siempre lo mantuvo en su cabeza, la sola idea de probar a su propia suerte y escabullirse al final de sus clases para encontrar los puntos débiles de la escuela.

La clase de ese momento era puramente básica, aunque de conocimiento general, pero a él se le hacía demasiado sencilla, es decir, no era su primera vez viviendo. Las estrategias de mercado. ¿Realmente debían hablarle de ese tipo de cosas a niños de 14 años? Se cuestionó.

Claro, como él no es maestro no opinaba.

Pero a veces se le hacía tan aburrido la similitud de este mundo con el suyo propio, a veces con todo el tema de la magia él llegaba incluso a olvidar que este mundo también se mantiene también por el pueblo. Ese pueblo donde la mayoría tenía niveles bajos, sino es que nulos de la magía. Y existía la desigualdad, pero él había transmigrado en una cuna de oro, literalmente.

Así que a penas tuvo tiempo de levantarse de su asiento, él lo hizo, no le importó mucho que su compañero de mesa lo observara algo extrañado, luego Cale podría cuestionarlo.

Han Sooyoung rápidamente se pegó a su lado cuando lo vio salir, era momento de la siguiente clase, ambos tenían sus libretas contra sus pechos y caminaban hasta el salón de historia.

La clase de Historia era realmente una de las más interesantes, y además de eso, la maestra era una mujer muy extraña. La mujer no se llevaba para nada bien con el maestro Surya, usualmente tenían desacuerdos, con su corta estatura de 14 años, Kim Dokja podía asegurar que la maestra era realmente alta, más que la mayoría de estudiantes de grados mayores y era simplemente increíble, además usaba una máscara que tapaba la mitad de su rostro.

¡La reina de los caminantes!

"No entiendo por qué te gustan tanto las clases con esa señora" Han Sooyoung se quejó, dando pasos cortos hasta el aula.

"Me gusta mantenerme informado" Kim Dokja se encogió de hombros, "en el pueblo escuché un dicho común, que si no conoces tu historia estás destinado a repetirla"

"¿Y eso en qué nos ayuda ahora, Sr. Kim?" Se burló.

"No lo sé, pero es mejor conocer de todas las posibilidades, como no soy de este mundo, yo..."

"¡Shhhh! No lo digas por acá, cualquiera podría escuchar" Lo regañó Sooyoung, lanzándole también una mirada enojada. "Tsk, mejor entremos ya"

Ambos entraron al salón, y Han Sooyoung se apuró en tomar asiento junto a su amigo. Había decidido empezar a tomar esa clase a su lado, aprovechándose de su amigo que siempre toma notas, para ella misma poder descansar. Quién sabe por qué la chica no dormía en las noches.

Kim Dokja con todo el fastidio acumulado, la dejaba simplemente acomodarse en su hombro y dormir. Más adelante de ellos se haría después Jonghyuk con Seolhwa, y aún sentía una especie de nudo en el pecho, pero se permitió ignorarlo, como siempre.

Hasta que entró la maestra, como siempre. Caminaba con elegancia, mandíbula en alto y su cabello largo ondeando a su paso.

"Jóvenes, ¿Alguno tomó mi sugerencia de la lectura de la clase pasada?" Preguntó, volteando a mirar después a la multitud de estudiantes de primer año.

Y solo uno levantó la mano, el movimiento hizo que Han Sooyoung se quejara en su hombro.

La mujer lo observó desde abajo, y aún con su mascara, Kim Dokja creyó ver una sonrisa.

"¿Podrías contarme algo de lo que encontraste ahí?"

Las miradas de sus compañeros pasaron a estar en Dokja, pudo divisar a Heewon claramente sorprendida, tal vez agregaría eso a su lista de... lo que sea que hizo bueno Kim Dokja.

Una forma de protegerse del emperador [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora