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Kim Dokja se despertó por la luz que entraba por la ventana. Parpadeó varias veces, tratando de acostumbrar sus ojos a los rayos del sol que se filtraban. Se sentó en la cama y frotó sus ojos con una de sus manos, tratando de recordar cómo había llegado ahí. Luego sintió algo cálido y suave tocando su mano derecha. Miró hacia abajo y vio una mano ajena, cuando siguió recorriendo al desconocido, no lo era del todo, era la mano del príncipe heredero, Yoo Joonghyuk, que yacía dormido en una silla justo a su lado.

La mente de Kim Dokja comenzó a girar mientras trataba de recordar cómo había terminado en esa situación. Recordaba que había ido al baile de máscaras, y luego... sí, el beso.

Kim Dokja se quedó sentado en la cama, mirando a Yoo Joonghyuk dormir. No podía evitar notar lo apacible que parecía mientras dormía. Sus facciones estaban relajadas, y su cabello negro como la noche caía sobre su frente. Kim Dokja se sintió tan afortunado, porque esa vista era solamente para él, para nadie más.

Después de unos minutos, Kim Dokja decidió que necesitaba levantarse. Se deslizó fuera de la cama, tratando de no despertar a Yoo Joonghyuk, y colarse con cuidado al baño, porque no iba a llamar a alguna criada a que le preparara un baño cuando tiene al mismísimo príncipe heredero durmiendo al lado de su cama.

Después de salir del baño, con solamente una bata cubriéndolo y en busca de su ropa, se detuvo por un momento para mirar a Yoo Joonghyuk. No podía evitar sentir un pequeño cosquilleo en el estómago al mirarlo, era tan extraño como su corazón se sentía tan aliviado, como si cualquier otra emoción hubiera sido eliminada.

Mientras lo observaba, no se dio cuenta de que el príncipe lo había distraído con magia. "¿No quieres hacer un retrato? Durará más"

Todos los colores subieron al rostro de Kim Dokja, el cual se tapó las mejillas con las manos. "¡¿Qué dice, su alteza?!"

"Joonghyuk" le corrigió.

El príncipe se movió lentamente, pronto su mano estaba encerrando la muñeca de Kim Dokja y había sido jalado a su regazo.

"¡Su alteza, espere!"

Pero el chico rápidamente acunó su rostro con su mano libre y le robó un beso. Fue realmente pequeño y suave, no dio el tiempo suficiente para que Kim Dokja se acostumbrara y lo siguiera. "Yoo Joonghyuk, no su alteza"

Las pupilas de Kim Dokja temblaban en vergüenza, quería regocijarse de esto, de que era él quien estaba en esos momentos con el príncipe, pero todo se sentía tan irreal que no podía responder. El pulgar del príncipe recorrió su labio inferior con delicadeza, y ambos seguían tan cerca que era obvio que, si no se alejaba en ese momento, probablemente no llegarían a tiempo para el desayuno con sus padres.

"¿Soy el primero?" Es lo que preguntó en un susurro el príncipe. Mirando fijamente sus labios.

La realización de que probablemente era un mal besador golpeó con fuerza a Kim Dokja.

"¡No seas arrogante, bastardo! ¡Así como has enamorado a muchas señoritas yo...!"

Nuevamente, Kim Dokja fue besado. Fue brutal, fue posesivo, para nada como sus besos anteriores. Solo pudo aferrarse a la tela de la camiseta de Joonghyuk. Fue abrumador, fue increíble. Kim Dokja intentaba seguirle el ritmo, que era completamente desesperado.

Sus mejillas probablemente estaban hirviendo, pero no pudo evitar simplemente dejar de luchar y deshacerse entre los labios de Joonghyuk que jugaban con su lengua mientras pedían invadir el campo de batalla de su boca. Luego las manos de Joonghyuk se aferraron con fuerza a su cintura.

Se sentía en el cielo, pero pronto estaba intentando apartarse para obtener un poco de aire, Yoo Joonghyuk parecía perfectamente, como si pudiera besarlo por horas. Había golpeado un poco sus brazos para que lo liberara, pero en ningún momento abrió sus ojos hasta que por fin se separaron.

Una forma de protegerse del emperador [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora