Capítulo 2 "Me gustas Mucho"

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A la hora de comer, no lo hacen juntos. Ya que tienen que estar sirviendo o haciendo otra cosa, así que me senté en la mesa y Anna entra con una bandeja.

- Espérame, comeré contigo. Solo me queda llevar otra botella con agua. -me hace un gesto de cansancio.

- ¡Okey! - le digo.

Me quedo esperándola y escucho como suenan vidrios. María corre hacia el comedor, y al rato entra Anna con sus ropas mojadas.

- ¿Estás bien? - le pregunto preocupada.

- Si – me dice mientras pasa un paño por su ropa – solo la Señora tiró una copa con agua prácticamente sobre mí. Es que estaban discutiendo – me dice eso último susurrando.

- ¡Pero esa no es novedad! – dice Rosa – ellos discuten todo el tiempo. Y la señora siempre tira todo.

- Anna, la bandeja – dice María asomando su cabeza por la puerta.

Anna se voltea, agarra la bandeja con molestia y sale.

- Come tú mejor, ella tardará y se va enfriar. – dice Rosa poniendo un plato de comida frente a mí.

Terminé de comer y me fui a la habitación. Cogí mi notebook y traté de conectarme a internet para poder avanzar un poco en mis clases. Pero la señal no me llegaba bien. Así que con el notebook en mis manos caminé por todos lados buscando señal. Hasta que llegué al final del pasillo y vi por la puerta de vidrio la piscina desocupada. Así que salí. El jardín es hermoso por alrededor de la piscina, hay una terraza con mesa y sillas, en la que decido sentarme para poder apoyar el notebook.

Me siento y comienzo a escribir. Mientras trataba de concentrarme, comencé a recordar los ojos de Gabriel, su mirada penetrante, sus músculos, lo guapo que es. Y, por otro lado, su hermano, Gaspar, que aún no nos han presentado, pero su sonrisa al saludarme me dejó muda.

- Déjame adivinar... - me levanto de un salto y veo que al costado de la terraza estaba Gabriel sentado fumando un cigarrillo. - estudias para ser profesora de Matemáticas. – me dice serio botando el humo.

- No, psicología. – le respondo tragando saliva.

- Es que por la forma que te vistes... pareces más nerd de matemáticas. - se sonríe.

- Pues te equivocas. No puedes catalogar a una persona por la forma de vestir. – le digo desafiante.

Camina hacia mi lado y se sienta frente a mí.

- No, tienes razón. Tendría que verte sin esa ropa para poder catalogarte. – me sonríe con picardía.

Siento como se ruboriza mi rostro y se acelera mi corazón.

- ¡Que atrevido! No deberías decirle eso a una chica que acabas de conocer.

- Es que no te conozco, ni quiero hacerlo. Solo... -se levanta y se pone frente a mi apoyando sus manos en la mesa – solo quiero verte sin esa ropa de monja. – me dice mordiendo su labio y bajando su mirada a mis senos.

Yo cruzo mis brazos sobre ellos y sentía el fuego en mi rostro.

Él se sonríe y se marcha.

Yo me quede respirando acelerada. Cierro el notebook y pongo mis manos en mi rostro.

Cuando mi respiración ya se había calmado un poco, pensaba en lo que acababa de pasar. Nunca me habían dicho algo así, tan directo, y a pesar que me molestó un poco, en el fondo me gustó. Me daban vueltas en la cabeza sus palabras, como me miraba, sus ojos, sus labios...

Ella es MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora