Capítulo 7 "Crumble"

30 5 0
                                    

- ¡Mía! – escucho que me hablan, pero no puedo abrir mis ojos – Mía! – los abro y veo a Anna parada al lado de la cama. Me hace un gesto de silencio y miro a mi lado y veo a Gaspar durmiendo. – ¡Ven! Necesito hablar contigo.

Me levanto despacio y en pijamas salgo con ella de la habitación. Caminamos hacia la terraza y el sol me hace arrugar mi rostro. El personal de limpieza estaba recogiendo todo el desastre de ayer.

- ¿Qué pasa? – le digo mientras me siento bajo la sobra en la terraza.

- Lo mismo te iba preguntar... ¿Qué pasó? – me hace un gesto con la cabeza señalando al final de la piscina. Estaba sentado Gabriel con la misma ropa de anoche. – ¡no ha dormido nada! Me levanté por la madrugada y escuché ruido en la sala y estaba sentado, solo, bebiendo y fumando. Cuando me acerqué a preguntarle si estaba bien, noté que estaba llorando, limpió sus lágrimas y me dijo que estaba todo bien. Después cuando nos levantamos estaba sentado en la piscina, y de ahí no se ha movido.

- Pero si anoche él se fue con una chica a la cama... - le digo preocupada.

- No, la chica durmió en el cuarto de invitados y se marchó por la mañana. Eso es lo más extraño de todo, que él no deja pasar una chica sin llevarla a la cama.

Mi corazón late fuerte y la miro sorprendida.

- ¿Pasó algo anoche?

- Solo bailamos juntos...

Me mira extrañada.

- ¿Entonces que será?

- Bailamos y me cantó una canción al oído... - Anna abre sus ojos grandes, sorprendida. – me preguntó que le había hecho y su mentón temblaba.

- ¡Oh, Mía! ¡El joven se ha enamorado de ti! – me dice tomando mis manos con una mezcla de tristeza y preocupación.

- ¡No, no digas tonteras!

- Si, él no hace esas cosas, no les canta ni nada. Yo le he visto en fiestas. Y ya te dije cómo se comporta con las mujeres.

Me quedo en silencio, pensando mientras lo miro, aún sentado al lado de la piscina.

- Debo irme, Gaspar despertará y se preocupará si no me ve. – le digo.

- Si, ve... - me mira preocupada.

- Por favor... cuéntame cómo va todo.

- No te preocupes, yo te cuento. – le sonrío y camino hacia la puerta. – Mía! – me volteo y la miro caminar hacia mi – ¿y si le dices al joven Gaspar para que hable con él?

Inmediatamente recuerdo a Gaspar anoche cuando me decía que yo le gustaba a su hermano, como lucía su rostro, la forma como nos veía después de bailar y lo callado que estaba después.

- No creo que sea una buena idea.

- ¿Por qué? Es su hermano.

- Si, pero... Gaspar dice que yo le gusto a su hermano.

Anna abre sus ojos sorprendida.

- Avísale a su Padre. Él puede hablar con Gabriel.

- Si, eso haré.

Entro a la habitación y Gaspar aún duerme. Voy al baño y cepillo mis dientes.

Cuando salgo me siento en la cama y lo veo dormir como boba. Con su torso desnudo cubierto hasta la cintura. Siento cosas muy fuertes por él, no solamente me gusta, si no que me atrevería a decir que siento que lo amo. Pero Gabriel... es diferente. No se realmente que pasa con él. No es solo atracción física. Si no una especie de dolor por saber que no puedo sentir nada por él, ni él por mí.

Ella es MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora