Capítulo 16 "La Princesa Y los Dos Príncipes"

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Mía

Por un momento, pensé en arrepentirme y salir corriendo junto a mi hijo de la casa. Luego cuando todos lo que me acogieron desde que llegué, quienes se convirtieron en mi familia, me recibieron tan bien. Estaban felices de verme, felices de conocer a Gabriel. Ninguno me juzgó, solo preguntaban el porqué de mi huida.

Sabía que cuando llegara el momento de presentar a mi pequeño ante sus abuelos, puede que nuevamente sienta esos deseos de salir corriendo. Pero agarré fuerzas, le pedí en mis pensamientos a Gabriel, que desde arriba me diera ánimo para presentarle a nuestro hijo a sus padres. Y aquí estamos.

La Señora Sofía calló sentada en el sitial que estaba a sus espaldas, con sus manos en la boca, y Don Gastón de rodillas al suelo, dejando caer el vaso que tenía en sus manos.

Gaspar se acerca con Gabriel, tirando de mí también.

Al llegar al lado de su padre, se agacha al lado de mi pequeño.

- Gabriel, saluda a tus abuelos. Ellos son los padres de tu papá. – le dice.

Pero el niño no entiende mucho, así es que me mira para que pueda darle la aprobación. Entonces me agacho frente a él.

- Hijo, ellos son los padres de tu papá Gabriel. Son tus abuelos.

Don Gastón estira sus brazos para recibirlo. Y la Señora Sofía se arrodilla junto a él llorando fuerte.

Gabrielito se acerca y los abraza. Mis lágrimas caían y pude notar que entre la sonrisa que tenía Gaspar, también había tanta emoción que su rostro se mojaba en llanto.

Lo acariciaban, no dejaban de abrazarlo y besarlo. Gabriel es muy cariñoso, a pesar de su corta edad, así es que le acariciaba el rostro a Don Gastón y secaba sus lágrimas, lo que les daba tanta ternura que se sonreían entre llanto.

Don Gastón se pone de pie y se acerca a mí. Me abraza fuerte.

- Mía, ¿Por qué no nos dijiste nada?

- Lo siento, Don Gastón. Pero tenía tanto dolor dentro de mí, que solo quería alejarme de todos, antes que... - agacho mi mirada y pareció entender.

- Jamás te hubiésemos juzgado por lo que pasó con mis hijos. – me dice poniendo sus manos en mis hombros. – es más. Estoy consciente de lo feliz que fue Gabriel sus últimos días de vida, los planes que tenía contigo y ahora entiendo porque...

- No, Gabriel no alcanzó a enterarse... - le digo con lágrimas en los ojos – yo supe de mi embarazo el día que él... el día que falleció.

Don Gastón me mira con su mentón temblando. Y caen sus lágrimas.

- Pensé que lo sabía. Eso lo hubiese hecho más feliz aún.

- Estoy segura que si – le digo asintiendo.

Miramos como Gabrielito le habla en su idioma a su abuela. Y ella lo mira fascinada.

Don Gastón se acerca a Gaspar y le da un fuerte abrazo.

- Gracias por la sorpresa hijo. Me has dado la alegría más grande para un padre que ha perdido a su hijo, el que un trozo de él nos acompañe.

- Me costó dar con su paradero, pero por fin lo logré. No quise comentarte nada antes para estar seguro que era cierto.

- Pero ¿Cómo supiste hijo?

- Anna...

- ¿Anna lo sabía? – interrumpe la Señora Sofía.

- Yo le pedí que no dijera nada – le explico – no la juzguen. Ella solo hacía lo que le había pedido yo en nombre de nuestra amistad. Hasta que por lo menos me sintiera lista de que se enteraran.

Ella es MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora