2

1.5K 145 37
                                    

Al día siguiente, cuando el zorro despertó, talló sus ojos aún adormilados y los recuerdos del día anterior empezaron a llegar, así que soltó una risita y sus mejillas se colorearon un poco.

Entonces, se levantó rápidamente y se alistó. Estaba apunto de salir hasta que se encontró a Sonic frente a la puerta.

—Hola amigo, ¿a donde vas? Ya tienes planes para hoy por lo que veo.

—Ah si, iré a pasear por ahí para encontrar ideas sobre nuevos inventos. —Claro que mentía, pero no podía decirle como si nada que iría a ver a su rival.

—Suerte, yo debo seguir con Amy encima y molestandome jaja, luego nos vemos.

Tails había sido citado en un parque cercano, cuando ya estaba llegando buscó con la mirada a su acompañante hasta que lo vio sentado contra un árbol y corrió hacia él.

—Hola, ¿tardé mucho?

—Para nada, acabo de llegar —se puso de pie y cuando miró los ojos de zorro no sabia que hacer, si abalanzarse para abrazarlo, besarlo en una de sus mejillas o darle palmaditas en su cabeza, pero como aún no quería mostrarse tan meloso lo dejó pasar. —Sígueme, vayamos al lago.

No estaba lejos, pero tampoco a un par de pasos, Tails de los nervios no se le ocurría un tema de conversación en concreto y sentía que el silencio se estaba tornando incómodo.
Estaba a punto de decir cualquier cosa banal, pero fue interrumpido, pues su compañero se había separado un poco para agacharse a recoger algo del pasto.

—Mira, encontré algo perfecto para ti —cuando volteó hacia el zorro, le entregó una pequeña margarita que era bastante bella a decir verdad.

Las manos de Tails temblaban un poco para tomar la flor, una vez en sus manos, sus mejillas se iluminaron y sus ojos se llenaron de lágrimas, jamás nadie le había regalado algo así de lindo, su corazón no dejaba de latir con fuerza, miró al erizo a los ojos y susurró un "gracias" antes de comenzar a derramar lagrimas.

Shadow no sabía que hacer, las cosas relacionadas a los sentimientos no se le daban nada bien, mucho menos el consolar a alguien, así que por puro instinto llevó una de sus manos a la cabeza del zorro y empezó a acariciarlo lentamente.

—Vamos, aun debemos llegar al lago —tomó su mano con delicadeza y entrelazaron sus dedos. Tails al notar el tacto se sonrojó, secó sus lagrimas y le sonrió

El zorro recordaba aquel lugar más descuidado y nada interesante, pero cuando llegaron se dio cuenta del enorme cambio qué había tenido, ahora con el agua clara y brillante, acompañada de un campo de flores preciosas al rededor, se emocionó demasiado y quizo correr por todos lados pero sabía que debía contenerse.
Shadow lo notó de inmediato y lo tomó de un hombro.

—Vayamos a recorrer el lugar si quieres —el de menor estatura sonrió y se le ocurrió una idea, comenzó a volar usando sus colas y le hizo una señal a su compañero para que se sujetara de sus manos. Shadow sabia que no tardaría en cansarse y esto les daría oportunidad para mirar con mayor atención, así que se sujetó su las manos contrarias y comenzaron a volar.

Cada que paraban, se detenían a mirar las flores y Tails le platicaba un poco de ellas a su compañero, el cual siempre lo escuchaba con mucha atención, pareciendole adorable cuando se emocionaba por algo, no podía dejar de sonreírle.

Después de un rato, el zorro estaba realmente cansado, por lo que el erizo lo invito a sentarse juntos frente al lago, por supuesto que aceptó.

—Los reflejos en el agua siempre son graciosos —decía el de amarillo mientras miraba su rostro en el lago y reía.

—Incluso así, sigues siendo precioso. —Y otra vez sus mejillas rojizas se hicieron presentes. Se llevó ambas manos hacia la cara, tapando sus ojos y pataleando para intentar callar un grito de emoción. —Bueno, solo digo la verdad, jamás podría decirte una mentira. —El erizo soltó una risa.

Tails logró calmarse un poco, despegó lentamente sus manos de la cara y miró con atención al contrario, estaba formulando mentalmente lo que preguntaría a continuación, pero no sabía si era realmente correcto hacerlo.

—Shadow... ¿Tu sientes algo por mi? —Las palabras salieron por impulso. El mencionado cerró los ojos y su sonrisa se borró, el zorro se arrepintió en demasía, creyó que era sumamente incómodo haber preguntado —Ahh, lo siento muchísimo, mejor cambiemos de tema. —Estaba a punto de decir otra cosa hasta que una mano del contrario lo tomó del mentón y lo hizo voltear.

—Incluso creí que era demasiado obvio lo que siento por ti —los ojos de Tails se iluminaron al mirar esos ojos de rubí —Sin embargo se que debo ganarme tu corazón, y creeme que lo haré a toda costa, no importa que tan difícil sea.

Se acercó para darle un beso en la comisura de sus labios, el zorro solo se quedó atontado y sin saber como reaccionar, parecía que en cualquier momento se iba a desplomar sin motivo alguno.

—Pues no creo que te cueste mucho trabajo, ya tienes parte de mi corazón ganado. —Soltó una risita adorable, lo que hizo sonreir al erizo. —Pero si no es indiscreción y no te parece incómodo, ¿porque comenzaron estos sentimientos? Realmente me gustaría saberlo.

—Ah es muy sencillo, desde la primera vez que te vi me pareciste un ser verdaderamente adorable, sabia que debía derrotarte junto a tus amigos, pero viendo a alguien tan pequeño, lindo, frágil y sobretodo, inteligente, provocó qué acabará perdidamente enamorado de ti; quise comenzar a llamar tu atención para olvidarnos de estos tontos problemas y conocernos mejor, pero creo que Sonic lo malinterpretaba y creía que era para él.

El de baja estatura estaba maravillado, desde pequeño siempre había creído que era imposible que alguien se fijara en el y menos por cosas así de lindas, pensaba que su única virtud era ser inteligente, pero ahora estaba realmente asombrado.

Recargó su cabeza en el hombro del contrario y disfrutó de la vista qué les ofrecía el lago. Sin perder el tiempo, el erizo posó su mano sobre la del zorro y comenzó a acariciar el dorso lentamente.
Un suspiro escapó de Tails y sonrió, la presión en su pecho continuaba y se había hecho más grande, pero ya la había aceptado y se sentía completamente cómodo así, le gustaba esa sensación, le gustaba estar comenzando a enamorarse y no iba a dejar que pare.

—Deberíamos salir en estos días que quedan de la semana, ¿no lo crees? —dijo el erizo.

—Por supuesto, eso me encantaría demasiado —alzó la mirada y le sonrió.

Hasta la raíz [Shadails]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora