5. Infierno

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Estábamos todos en orden, por suerte era la última así que si era uno por uno tenía tiempo de prepárame.

—Ey, hola—saludó el chico que estaba a mi lado.

Su voz era hermosa, ronca, varonil y delicada a la vez. Voltee a mirar y era el chico que llamó a Egeón cuando estaba hablando conmigo al finalizar la primera prueba.

—Hola —salude amablemente.

—Ayer te vi hablando con mi amigo, mucho gusto me llamo Samael Nannv.

—Un gusto Samael, yo soy Eliette.

—¿De causalidad lo has visto? Se que compartían habitación, lo he buscado y no lo encuentro.

—No, la última vez que lo vi fue cuando íbamos a salir para acá, ademas, ¿no estaba hablando contigo ahora? —repliqué y de inmediato me entró la curiosidad de saber qué hacía o dónde estaba.

—Si, pero me refería que no está en su lugar ahora, pero está bien, gracias.—Volteó a mirar hacia el frente.

Mire hacia donde debía estar Egeón y efectivamente no estaba, pero, ¿por qué el concejo no ha dicho nada o no se ha dado cuenta?

—Bueno, para empezar no lo harán uno por uno, deberán teletransportarse todos a la vez, recuerden que solo tienen un intento, empezarán cuando sea lanzado el tercer fuego artificial—anunció Artur.

«Joder, pensé que era la última, ahora me toca esforzarme y lograrlo»

Volví a mirar hacia el primer puesto y Egeón ya estaba en su lugar, ¿como había llegado tan rápido? Sacudí mi cabeza y saque cualquier pensamiento que me distrajera.

—Uno—empezaron a contar los fuegos artificiales las personas que nos estaban observando.

—Dos.

—Y... tres.

Todos los participantes empezaron a hacer sus debidos hechizos y la mayoría lo estaba logrando, sacudí mi cabeza y empecé a susurrar un hechizo que había aprendido en mi escuela.

—Particulae in corpore meo lux fiunt et superantur spatii et temporis, ad locum, qui est in cogitationibus meis, recipe me. —"Las partículas en mi cuerpo se vuelven luz y trascienden el espacio y el tiempo, me llevan de vuelta al lugar que está en mis pensamientos"

Cerré mis ojos y cuando los abrí ya estaba en medio de un bosque, lo había logrado, aún cuando mi hechizo fue tan largo; el juego del poder había comenzado; mire a mi alrededor y no había nadie más, solo los árboles y animales del bosque.

—Queridos participantes, bienvenidos oficialmente al juego del poder, anuncio que solo han pasado 37 personas, sin más que decirle, les deseo suerte—informó una voz de chica.

Empece a caminar sigilosamente hasta llegar al árbol más cerca, escale y llegue a la cima, mire en todas las direcciones hasta que logré ver el rio, y no solo eso, algunas personas ya estaban por llegar a la orilla, así que me baje del árbol y justo cuando me estaba sacudiendo recibí un golpe de poder que me derribó.

—Maldita sea.—Intente pararme pero no pude—. ¿Quien hizo eso? —pregunté adolorida.

Busque con la mirada por todas partes y no logré ver a nadie, volví a intentar levantarme pero otra vez no pude, suspiré y me tranquilice, si era lo que estaba pensando, el efecto de la bola de poder se pasaría entre dos minutos solo si estaba completamente relajada.

Después de un largo rato volví a intentar levantarme y esta vez si lo logré, sacudí mi ropa y puse mis manos sobre mi pecho para susurrar un hechizo de protección.

Metanoia: el juego del poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora