13. Avaricia.

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Samael Nannv.

Recupere mi conciencia gracias a un susurro en mi oído, mi respiración estaba agitada y mi cabeza adolorida; de repente me fije que estábamos cayendo de un acantilado y Eliette estaba inconsciente.

—¡No puede ser!

Saque la varita de mi bolsillo y lance un hechizo para sostenernos en el aire y así amortiguar la caída en el rio.

—Levitate —«Levitar».

Empecemos a caer lentamente y me puse a observar el rio detalladamente, visiblemente parecía un río común y corriente pero de repente cayó una pequeña roca y se desvaneció en su interior, si eso llegaba a tocarnos nos iba a desintegrar de una forma muy cruel, saque de nuevo mi varita y pensé en el hechizo adecuado, debía ser uno que nos permitiera levitar y movernos rápido.

—Ieiunium Motus — «Movimiento veloz ».

El hechizo empezó a funcionar e íbamos cayendo en una velocidad moderada, me acerqué a Eliette y la sostuve mientras flotaba hasta llegar a la orilla del rio, era como si estuviera nadando, llegue a la orilla pero cuando iba a bajar el hechizo se desvaneció haciendo que impactáramos en el suelo al caer de casi dos metros de altura.

—¡Auch!—me queje mientras me levantaba.

Observe a Eliette a unos cuantos pasos y me acerqué a ella para poder despertarla, al parecer se había golpeado con una roca al caer.

—Eliette, despierta—dije mientras golpeaba levemente su mejilla.

No funcionaba, no debía perder más tiempo, lo mejor era usar un hechizo.

—Surgit — «Despierta ».

—¡No! —gritó abruptamente mientras se levantaba.

—Tranquila, todo está bien—afirme mientras la ayudaba a levantarse.

—¿A donde fueron esos zorros deformes? —preguntó mientras se sobaba la cabeza.

Me aleje de ella y mire a todos los lados, al parecer se habían marchado.

—Creo que se fueron—repliqué y levante mis hombros.

Ella asintió y se acercaba cada vez más al río,  pensé en no decirle nada y así evitarme más problemas con ella pero me arrepentí.

—Espera, esa agua es peligrosa—advertí y ella se detuvo.

—¿En serio? —cuestionó mientras observaba el rio.

—Si, por alguna razón se ve inofensiva pero es capaz de eliminar a todo lo que la toque, pero eso ya no importa, sigamos, debemos encontrar la salida de este lugar.

Ella asintió y se acercó a mi para seguir caminando, mientras explorábamos el lugar me di cuenta de una cosa.

—Espera—ordene de repente.

—¿Qué sucede? —preguntó Eliette cuando se detuvo.

—Este no es el lugar de la avaricia.

—¿Por qué lo dices? —preguntó confundida.

—Verás, desde que salimos del mundo de la gula he notado que hubo una interferencia en el portal, lo sabotearon para que llegáramos aquí y fuéramos eliminados.

—¿Me estás queriendo decir que Egeón saboteo el portal? —cuestionó esperando la repuesta que claramente ya sabía.

Asentí y quite mi mochila de mis hombros; debía buscar un objeto que había guardado y que nos iba a servir de ayuda para encontrar el verdadero portal; me senté en el suelo y comencé a buscar mientras Eliette me miraba confusa.

Metanoia: el juego del poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora