17.Ira y pereza

7 0 0
                                    

Eliette Hiems.

Ann, despierta—dije al llegar a su lado.

—¿Q-Que pasó? —preguntó mientras se levantaba.

La ayude a levantar y se empezó a masajear la cabeza.

—Esa fuerte explosión nos hizo caer, ha derrumbado todo —explique mientras buscaba a Nia con la mirada.

—Si, ya recuerdo, ese golpe me ha dejado mal. ¿Donde está Nia? —expresó.

—No lo sé, no siento su presencia cerca, hay que buscarla.

—Espera, yo puedo localizarla.

Asentí y ella empezó a invocar su magia en sus manos, formó una estrella de cuatro puntas y la lanzó al cielo oscuro, y se fue hacia el sur a una velocidad impresionante.

—Ella está a setenta y cuatro kilómetros—precisó Ann.

—Tenemos que ir por ella—anuncie.

Negó con la cabeza y se quedó mirando fijamente hacia el sur.

—No podemos hacerlo, una gran cantidad de personas se dirigen hacia acá e ir hacia ellos es buscar nuestra propia muerte.

Abrí los ojos sorprendida, no podía dejar a mi amiga.

—Pero..

—No te preocupes, cuando mi hechizo encontró a Nia junto a ella se encontraban tres personas más, su presencia era reconfortante, así que dudo que le hagan daño—interrumpió Ann.

Me quede pensando en lo que había dicho pero luego recordé una de las reglas del juego.

—Puede que su presencia sea buena pero recuerda que estamos en un juego, en el cual una de las reglas es no hacer alianzas, y en donde solo puede haber un ganador, no debemos confiarnos—recordé preocupada.

Ella volteó a verme.

—Tienes razón, pero a pesar de eso no todos queremos matarnos entre nosotros, por ejemplo, yo estoy aquí contigo y si hubiese querido ya te hubiera asesinado hace rato, así que solo confía en esas personas.

—Está bien.

Baje la mirada y ella caminó hacia el risco.

—Eliette, ven aquí, ya tengo un plan—dijo después de un rato.

Me acerqué a ella y me explico el plan para cruzar al otro lado.

—Yo iré primero—sugerí.

—Esta bien pero recuerda que luego tienes que regresar la roca.

Asentí y me subí a la roca, después ella susurró un hechizo que incrementó su fuerza y sin darme tiempo de dudar le dio un golpe a la roca y está voló conmigo hasta el otro lado; cuando llegue a la orilla lance un hechizo para aterrizar suave y lo logre, me baje y use el mismo hechizo para lanzarle la roca de vuelta.

—Augere –«Incrementó».

Le di un golpe y esta voló hacia el otro lado, según Ann, iba a utilizar el incremento en sus pies para así impulsarse y dar un gran salto junto con la roca y caer en este preciso lugar.

Después de un momento ella aterrizó a una distancia considerable a mi lado.

—Funcionó—dijo alegre mientras se bajaba de la roca.

—Si, es un gran alivio haber pasado ese tenebroso risco.

Ella sonrió y miro al frente de repente, seguro había sentido esa presencia con un poder desconocido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 12, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Metanoia: el juego del poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora