3. ¡No puede ser lo logre!

12 0 0
                                    

Lo mire cuidadosamente y era más alto que yo, así que fije mi vista en su cara y le dije:

—Si, claro, dime.

—Eh...¿como hiciste eso? Se que no fue igual a lo que yo hice—preguntó de una manera inquietante.

—Claro que fue igual, solo que tardó un poco más, pero ya, no quiero hablar de eso, estoy un poco nerviosa porque no sé si pase ya que faltaba un segundo para que se acabara el tiempo.

Frunció el ceño. —Esta bien, pero tranquila, seguro que pasas, fue sorprendente lo que hiciste, por cierto me llamo Egeón.

—Espero que no, y me da gusto conocerte, yo me llamo Eliette.

—Un gusto Eliette. —Frunció el ceño—. ¿Y por qué dices que no vas a pasar? ¿Acaso no quieres ganar?

Sonreí y me rasque la nuca. —Pues siendo sincera no, me parece estupido todo esto.

—Primera persona que escucho decir eso, todos aquí quieren ganar, sabes es la corona lo que se juega, ni en nuestros mejores sueños vamos a tener esa oportunidad.

—Si, pero...

—Ey, vamos, ya faltan segundos para que anuncien a los ganadores—interrumpió un chico moreno, ojos azules y cabello negro.

—Después me dices las razones, me tengo que ir, nos vemos luego—se despidió Egeón,

Asentí y caminó hacia el chico que lo llamo, me di la vuelta y seguí caminando hacia el salón de Cecil para ver si Nia ya había terminado; al llegar vi que todos estaban saliendo pero no encontré a mi amiga, así que decidí entrar al salón y mucho menos logre ver nada.

—Atención queridos participantes se les informa que las 50 personas han sido seleccionadas así que por favor diríjanse a la pantalla holográfica que tengan más cerca y rueguen que esté su nombre, sin más que decir, les deseo suerte—anunció Bartolomeo desde algún lugar del castillo, solo se escuchaba su voz así que concluí que está hablando a través de su varita.

Me dirigí a la pantalla más cercana y a su alrededor estaban muchas personas, observé que algunas salían decepcionadas y otras muy alegres, al ver que era imposible saber en el momento si había pasado, empece a caminar hacia la otra habitación de la biblioteca, visualice una pantalla que tenia pocas personas y me acerque, espere a que pasaran las tres personas adelante hasta que por fin llego mi turno, empecé a bajar y cuando iba por el número veintiséis mi alegría se empezó a notar, puede que no haya pasado.

—Eliette. —Me voltee y vi a Nia atrás de mí—. Hasta que por fin te encuentro, llevo varios minutos buscándote como loca, a qué no adivinas.

—¿Pasaste?

Sonrió y se dirigió a mí para abrazarme. —Si, soy la numero 33.—Se separó y puso sus manos en mis hombros—. ¿Y tu pasaste? Espero que si, no quiero ir a la siguiente etapa sin ti.

—No se, eso estaba haciendo cuando llegaste, así que voy a seguir revisando.

Volví hacia la pantalla y seguí subiendo y nada, treinta, nada, treinta y seis, nada, treinta y nueve, nada, cuarenta, no soy, cuarenta y dos, menos, cuarenta y cinco, peor, y cincuenta, Eliette Hiems.

—Cincuenta, Eliette Hiems, ¡No puede ser lo logre! Espera esto tiene que ser un error, lo hice un segundo antes, eso no debe de contar, ¿por qué a mi? Le hubieran dado la oportunidad a otra persona—solté angustiada.

—Vamos cálmate—replicó Nia y soltó la risa.

—Ya deja de reírte, sabes que no quería participar.

Metanoia: el juego del poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora