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Jungkook entró corriendo al departamento con la extraña sensación de que encontraría a Jimin ahí, pero el pelirrosa no estaba.

Su cuerpo, su mente, todo estaba en crisis, él estaba colapsando y no podía tranquilizar su respiración errática.

¿Qué había dicho Namjoon?

"Sé que estás fingiendo y lo voy a comprobar".

Jungkook quería golpear su cabeza contra una pared un millón de veces hasta llegar al recuerdo del supuesto accidente.

Necesito algo.

Necesito algo.

Necesito algo.

Corrió a su habitación y rebuscó entre los cajones de pastillas, intentaba encontrar algo, algo que pudiera hacerlo sentir bien, pero todo estaba vacío, los frascos estaban vacíos, las cajas estaban vacías.

Todo vacío.

—¡Maldita sea! —golpeó el mueble con el puño y sintió que sus ojos se volvían acuosos—. Te odio, Park, te odio...

La lucha interna terminó con el sonido de notificaciones en su celular, ese peculiar sonido que él mismo había personalizado para los mensajes de Yoongi.

Leyó el mensaje que iluminaba la pantalla.

[¿No vendrás a comprar?]

[Como sea, está cerrado el local, si quieres algo puedes venir directamente al otro lugar]

[PERO QUE NADIE TE VEA]

Jungkook no dudó ni un minuto en ponerse de pie y correr a llenar su cartera de todo el dinero que encontrara, estaba tan desesperado que incluso las manos le temblaban.

Salió del departamento y la única parada que hizo fue para ponerse el casco de la motocicleta y largarse de ahí.

El viento era frío, tal vez después se arrepentiría de no haber llevado chaqueta consigo, pero ahora eso era lo de menos.

En cuestión de minutos llegó al lugar, se trataba de una zona bastante peligrosa y de mala muerte, los niños que jugaban con una pelota mantenían una expresión apagada en el rostro y en las escaleras metálicas de los edificios algunas personas sentadas vagaban en su propio viaje, sin interés en nada de lo que sucedía en su entorno.

Estacionó su motocicleta en el lugar más seguro, fue a pie subió las escaleras de lo que parecía ser el edificio más decente y se detuvo en una puerta metálica color marrón para dar golpes suaves.

A los pocos segundos la puerta fue abierta, el rostro pálido de su mejor amigo apareció ahí.

—¡Genial, apareciste!

—Dame algo, quiero lo que sea —rogó entrando al lugar sin necesidad de permiso.

La luz era amarillenta y tenue, la pintura estaba desgastada y en la mesa había varias sustancias regadas.

—No lo sé, ¿qué podría darte? —caminó hasta una cortina vieja que daba entrada a una segunda habitación—. ¿Marihuana?

—No quiero eso, no me sirve... Necesito estar bien.

Una risa seca salió del pálido.

—¿Y qué piensas consumir? ¿Heroína?

—Lo que sea, pero dámelo ya, ¡maldita sea!

Los ojos de Yoongi se agrandaron, su amigo estaba en real descontrol, eso le traía viejos recuerdos nada agradables.

—Bien...

Jungkook se sentó en un sofá y permaneció mirando el techo en la impaciente espera.

—Estás muy ansioso, no puedo darte algo tan fuerte ahora mismo, pero... espero que esta mierda te tranquilice —el pálido echó dos pastillas a la mesa.

—¿Clonas? —una mirada furiosa apareció en los ojos del pelinegro—. ¡¿Es en serio?!

—Jeon, no estás bien, necesitas tranquilizarte, toma eso ahora y prometo surtirte lo que sea para más al rato.

Jungkook no refutó más, tomó ambas pastillas y las tragó en seco. Yoongi por su parte cumplió con su palabra y en una bolsa negra echó lo que consideró pertinente para su amigo.

La estadía de Jungkook fue bastante corta y por obvias razones también fue silenciosa, eso no era lo que Yoongi habría querido, desde un inicio al invitarlo su intención había sido poder platicar con él sobre una preocupación amorosa que martillaba su cabeza, eso no se podría con Jungkook en tales condiciones.

Las pastillas no tardaron en hacer efecto y pudo irse más relajado.

Al fin todos los problemas dimulaban desaparecer.

O por lo menos así se sintió hasta que al llegar a su motocicleta observó una cabellera rosa.

"Que nadie te vea".

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Reminiscence | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora