Síndrome de Estocolmo (Hades x Ereshkigal)[SNV + FGO]

𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒮𝑒𝒾𝓈 (C6)

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En la mitología mesopotámica, Namtar «significa: destino» era una deidad menor del inframundo, dios de la muerte y ministro y mensajero de Ereshkigal y Nergal.

Su padre fue el Dios Enlil «Señor de la Tormenta, Dios del aliento, viento, las alturas, y distancia». Aunque otras versiones lo mencionan solo como hijo de Ereshkigal.

Fue considerado el responsable de las enfermedades y plagas. Se decía que comandaba sesenta enfermedades en forma de demonios que podían penetrar distintas partes del cuerpo; las ofrendas se hacían para prevenir esas enfermedades.
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Después de ese encuentro con Namtar, Pandora e Hypnos nos explicaron a ambos el funcionamiento administrativo del Inframundo.
No fue difícil comprender todo aquel papeleo, porqué era muy similar a mi inframundo. También Namtar lo notó y tal vez se relajo por ello.

Una vez que terminaron, les pedí que nos dejarán a solas. Tenía un asunto importante que tratar con mi hijo.

Namtar se aseguro que nadie estuviera espiando antes de hablar. En cuanto verifico, fue directo hacia mi y se hincó.
-Madre... -me llamó. Yo estaba sentada en el escritorio con la mirada fija en él.

Sabía que iba a decirme algo de mi ex novio, así que lo interrumpí al instante.
-Sí, vas a dejar de vigilar lo -le informe, refiriéndome a Nergal mi antiguo amor.

Para ser honesta, justo después de que mi imperio se derrumbó y él me abandonará. Le pedí a Namtar que lo mantuviera vigilado. Sin embargo, cada que me decía algo sobre él, me hundía más en la depresión. Nergal nunca me amo, de hecho, después de que me abandonará se fue a revolcar con varias mujerzuelas.

-Perdone que se lo diga querida madre, pero debió de matarlo hace mucho -dijo mi hijo al levantar la cabeza.

-Ya no tiene importancia, por fin comprendí que ese idiota no me merece -dije al mostrarle una mueca.

Durante un momento me quedé en silencio; solo me límite a mirarlo mientras un silencio incómodo nos acompañaba. Luego le mostré una leve sonrisa y me levanté.
Giré mi cuerpo y me dirigí hacia la ventana donde pude apreciar aquel árbol sagrado.
-Honestamente no fue de la mejor forma, pero este matrimonio me ayudará a levantarme emocionalmente

-¡Claro!, Estoy bastante seguro que sí. No quiero verla destruir una nación entera como la última vez y que me use para llevar muerte y pestilencia -dijo bastante preocupado.