Hiro se apresuró a acelerar el paso, casi queriendo correr. No podía frenar su corazón. ¿Cómo podía cambiar de parecer tan rápido? Quería creer que esto no se sentía como un instinto, sino más bien como algún tipo de flechazo, de esos que colapsan tu mundo y comienzan a cosechar un gran campo de flores con un ambiente cálido y fresco. Además, su tía lo apoyaba y le había dicho que tomara este regalo de la vida. ¿cuanto más podría negarse?
¿Pero que podía hacer si quería estar con él?
¿A quién podría preguntarle?
Quizás podría hablarlo con Honey Lemon, ella seguro podría darle un buen consejo. O bueno, mejor no, ella le diría a su hermano y sinceramente no quería lidiar con él aún.
Podría preguntarle a Wasabi, pero él era un tipo que no sabría como explicarse y terminarían en un ambiente incómodo. Podría preguntarle a Fred, pero Fred no le prestaría la atención necesaria. Quisiera pensar que quizás si hablaba con Karmi, ella sabría decirle que hacer, pero hablar sobre una atracción que tanto había negado hacia un hombre, en verdad si existía y lo estaba volviendo loco, no le llamaba la atención, además de ella, estaba Kyle y Gogo, pero Kyle era un posesivo sin razón y Gogo se burlaría de él.Quizás...
Quizás si hablaba con alguno de sus compañeros de curso, ellos le ayudarían.
¿Pero cuál de todos?
Hiro se paro justo frente al salón, no queriendo entrar ni saber nada nuevamente. Mirío era de los Omegas más cotizados de su salón, un Omega muy atractivo y sexy que llamaba la atención de tantos, sin duda alguien experimentado, y por otro lado estaba Kora, otro Omega masculino totalmente diferente a Mirío, pero con él que ni si quiera hablaba.
— ¡Cerebrito! — Hiro giró hacía dónde venia la voz, mirando como el vicepresidente de la clase se acercaba. — Creí que te perderíamos por una semana como la última vez.
— Sí, bueno, era muy probable que eso sucediera. Pero... — Se volvió a preguntar si sería correcto preguntárselo a él, pero si no era a él, ¿a quién más? — Necesito tú ayuda con algo.
Mirío sonrió socarronamente. — Tú, ¿mi ayuda?
— Creeme que no quisiera, pero no sé a quién más acudir. — No pudo evitar rodar los ojos. Definitivamente no soportaba a Mirío, ese maldito Omega prepotente, creído y lleno de sonrisas descaradas. — ¿Me ayudaras?
— Escucho — Hiro suspiro un poco más tranquilo ante la respuesta.
— ¿Qué puedo hacer para atraer a un Alfa? — Preguntó tentativamente.
El otro omega casi que soltaba una carcajada que solo pudo tapar con su mano. — Oh, por-
— Te equivocas de persona, joven Hamada. — Otro Omega hizo acto de presencia, mirando con hastío al que minutos atrás lo había dejado con todas las responsabilidades de representante.
— ¿Lo escuchaste, Kora? Quiere enamorar a un Alfa, hahahahaha — soltó a reírse. El rostro de Hiro se volvió completamente rojo de la rabia. — El Omega recesivo que juró nunca caer ante el encanto de un Alfa, y nunca volver a enamorarse de alguien después de su novia.
— No es gracioso, Mirío, callate. — Dijo Kora sin que él otro lo escuchara. — En fin — dirigió su atención a Hiro. — ¿Ayuda, con tu Alfa?
— Si — un sonrojo cubrió sus mejillas.
— Bueno, quizás pueda ayudarte — sonrió amablemente. — Claro, quizás a cambio de eso puedas ayudarme un poco con este papeleo. — Hiro asintió de acuerdo.
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Entonces Miguel volvió a soltar otra patada contra el Alfa que quería levantarse del suelo.
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Aprendiendo A Ser Omega (Higuel)
DiversosDe por si ser un Omega era una señal de mala suerte, no necesitaba de un Alfa, el era alto, fuerte e inteligente ¿Entonces por que? ¿Por qué ese Mexicano con ese lunar y sonrisa tan boba había aparecido? Los personajes no me pertenecen, papi Disney...