~4~ Incomodidad

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Miguel se apresuró a bajar del escenario con sus sentidos a flor de piel al igual que su instinto lobuno queriendo atacar a quien sea que le impidiese el paso, su lobo interno pedía a gritos ser totalmente liberado y alcanzar a ese chico. Pero no podía darle tal libertad, en este tipo de ciudades siempre reprimían a su mitad animal y no era normal ver un lobo de casi dos metros de alto en las calles - a pesar de que todos podían hacerlo -, sería como amenazarlos o retarlos y él no quería más problemas.

Pero cuando vio que el chico entraba a un coche con una Alfa, su lobo no lo soporto y salió a la mitad de la carretera. Varios coches silbaron y el que él seguía aceleró. Gruño y comenzó a correr tras él sin importarle los otros carros y personas que trataban de detenerlo.

Fue cuando Wendy apareció, llamó a la policía diciéndoles que era algo urgente, y como última vía tomó su forma lobuna que casi era del mismo tamaño de Miguel, casi medio metro menos, pero aún así podían notarse algunas cicatrices que el lobo de Miguel no tenía. Aquí, la única que podría dar pelea y detenerlo ,además de Leo, era ella, por eso estaba ahí.

Así que cuando menos lo esperó saltó sobre él y comenzó a morderlo para tirarlo al suelo y evitar que se levantara nuevamente. Y ahí se encontraba. Un lobo de metro y medio empujando contra el pavimento a un lobo marrón de dos metros.

Las mordidas se incrementaron, parecían dos bestias apuntó de desgarrarse la una a la otra. Las garras traspasaban gloriosamente el pelaje y la piel del contrario.

Hombres en trajes del ejercito nipón bajaron de grandes autos esquivando a las dos grandes bestias y sus zarpazos. De las armas de los soldados salieron dardos tranquilizantes que se clavaron en ambas bestias que se mostraban recias a querer soltarse. Al final los dos enormes lobos cayeron en la inconsciencia.

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El avión había salido ya hace media hora y mientras que la mayoría de los pasajeros iban despreocupados, Angélica no podía dejar de morderse las uñas con insistencia hasta arrancárselas.

Leo miraba por la ventana, tratando de que su León no llorara por dejar el país en el que hace solo unas horas había conocido al amor de su vida. Si no fuera por el maldito de Miguel. Ya hablaría con él cuando llegaran y el sedante dejara de hacer efecto.

- Tengo material para burlarme de Wendy por un tiempo - Jonathan fue el primero en romper el silencio. Su emoción por sus travesuras era increíble en un caso así. Aunque dejaba de ser tan increíble si venía de alguien como él; Tan vale madres.

- Básicamente se transformo para detener a Miguel, así que... - Marco habló. No protegiendo a la chica, claro que no, pero había que ser sinceros, Miguel la había cagado y Wendy había hecho lo que tenía que hacer.

Todos los demás voltearon a ver las dos gigantescas jaulas en la parte trasera. Al final habían tenido que rentar un avión de carga para llevar el peso extra. Adiós avión privado y cómodo.

- Si, pero no había que ser tan agresiva. Casi le quita el pellejo, me sorprende que no lo haya mordido en la yugular, recordar sus tiempos legendarios me llena de gozo, pero te aseguró que a ella no - Jhonny siguió. Le valía gorro si su hermana había peleado por un acto de heroísmo, para él era la misma mierda contada de forma diferente.

- Bueno ya - Angélica los calló -. Ahora hay que buscar la forma de explicarle a Doña Helena el por qué de que su nieto esta así o mi hermana terminara linchada por el pueblo, sino es que repudiada por el país.

Leonardo volteo a mirar a sus acompañantes -. Hay que decirle la verdad, empezando por: ¿qué lo hizo ponerse así? - se ánimo a preguntar. Si quiera eso se merecía por haber sido interrumpido.

Aprendiendo A Ser Omega (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora