~6~ Son segundos.

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Narra Hiro:

No sabía dónde estaba. Pero podía darme una idea.

Anoche me había puesto muy mal después del concierto de mi... Del Alfa sin vergüenza ese, chusma, prieto y muerto de hambre.

— Ay, mi cabeza. — No pude evitar quejarme ante el dolor. Trate de estirarme y levantarme para ir por un café pero el dolor me detuvo. Lamentablemente la cabeza no era lo que más me dolía. —Tch.

— Te vez muy mal. — Kyle entró sin pedirme permiso. Este Alfa entrometido. — Me pregunto que habrá pasado para que estes así. Que mal que no fui.

— Pensé que me querías. — Murmuré malhumorado.

— Oh, te quiero pero estoy muy celoso ahora. — Pero que sincero. No quiero enojarme, pero lo esta logrando. — Toma esto, tía Cass te lo manda.

Tomó el café que él me ofrece y trato de ignorar la mirada llena de celos que me ofrece. — Te recuerdo que no estamos saliendo.

— Yo pensé que sí.

— Pensaste mal.

Nos quedamos un buen rato en silencio y a pesar de que eso quería, sus feromonas me irritan. Odio esto aunque no lo haga de forma voluntaria.

— Yo podría intentar más fuerte, Hiro. Sé que puedo hacerte feliz, yo no soy como los demás, yo te entiendo, nos llevamos bien, tenemos cosas en común y...

— Si no estoy dispuesto a aceptar a mi Alfa, ¿Qué te hace creer que a ti si? — Hable antes de que él terminara. No me gusta ser así pero no quiero escuchar más del tema. — Mira, Kyle... No quiero estar con un Alfa, no lo necesito... No es orgullo, solo sé que no necesito una pareja... Sé que algún día encontraras a la persona que te complemente de una forma que ni tú entiendas y entonces... querrás dejarme y yo terminaré odiandote, no quiero eso... — Soy lo más sincero que puedo. — Eres mi amigo, no podría.

— Hiro...

— ¡Hiro! — De pronto la puerta es abierta de golpe. — ¿Te encuentras mejor? — Karmi hace presencia y no parece para nada arrepentida de interrumpir.

— Si, Karmi, gracias por preocuparte. — Le lanzo una mirada agradecida que Kyle no nota, al parecer, perdido en sus pensamientos. — hummm.

— Kyle, ¿podrías dejarnos solos? Tengo que hablar con Hiro de su medicación y todo esto. — Kyle la mira un poco enojado, pero al final solo suspira y se va sin mediar palabra.

— Gracias — Digo más despreocupado. Pueden ponerme ha hacer una prueba de cincuenta ecuaciones de Relatividad General y de Mecánica Cuántica con media hora para responderlas. Y eso me encantaría más que lidiar con sentimentalismos.

— No agradezcas. — Su voz es pesada, más de lo que me gustaría. — Vengo ha hablar contigo sobre los supresores. — oh, no. Por favor. — No te voy a dar más.

— ¡Pero, Karmi!

— NADA, HIRO. No te daré más hasta dentro de quince días, que según mi suposición; si tomas un supresor por día, te duraran hasta entonces. — Incluso lo dice antes de ver los frascos con supresores.

— Karmi, tú no entiendes. Mis feromonas son más fuertes que las de un Omega normal, podrían olerlo a 5 kilómetros a la redonda. — Trato de defenderme, aunque con ella, podría jurar que es imposible.

— Estas siendo exagerado. Y si tus feromonas están tan descontroladas es porque no has querido pasar ni un solo celo.

— Ah, si. — Ruedo los ojos. — ¿alguna recomendación de cómo pasarlo? — digo sarcásticamente. — ¡Duele como una puta llevándose todo tu dinero! ¡El calor es insoportable! ¡Y es sumamente humillante que lo único que desees sea un pene llenándote!

Antes de que me de cuenta, ya lo he soltado todo. Y aunque suene cabeza hueca, no pienso arrepentirme. Odio con cada milímetro de mi cuerpo esta condición que me atormenta. Lo único que puedo pensar antes de que el calor comience a subir es en morirme.

Son segundos en los que Karmi corre a cerrar la puerta con seguro, otros más son los que Kyle tarda en golpear la puerta como si sus fuerzas se le fueran en eso.

No sé que hace mi cuerpo, no soy dueño de mis acciones. Pero mis sentidos se desarrollan completamente, puedo oir a animales gruñendo fuera de mi habitación, Karmi tratando de hacerme volver, me extiende unas pastillas y agua, pero esto que me manipula no piensa en otra cosa que no sea abrir la puerta y ser tomado por...

— ¡Hiro!

Creo... Que

¿¡Karmi!? — La voz. Por fin la reconozco. — ¿¡Están bien!?

Ya no puedo olerlo. Ya no esta conmigo. Y poco a poco dejo de sentir dolor, el calor se apaga, pero no en su totalidad. Tal parece ser que la tristeza es la que gana terreno en esta ocasión, porque me siento tan triste, tan sólo.

— Hiro, no llores. No llores, por favor. — Karmi me envuelve en sus brazos y olvida por completo a Gogo que aún esta en la puerta. — ¿¡Qué paso ahí afuera!? — Grita en forma de protesta mientras acaricia mi cabello tratando de consolarme.

— Kyle y otro tipo del concierto se estaban peleando, debiste ver, parecían animales, hasta que... — se queda callada. Entonces alcanzo a oler sangre. — Mierda.

¡Miguel! — Por favor, no quiero hacerlo. ¿por qué dices eso? — ¡Quiero ver a mi Alfa, me necesita! — No. — ¡Está herido! ¡me necesita! ¡por favor! ¡Mi Alfa! — Mi cuerpo se mueve solo, provocando un daño que no consiento. Siento la sangre que sale de los brazos de Karmi debido a mis uñas. — ¡Por favor!

— Hiro, me estás lastimando. — No puedo evitarlo. No me sueltes Karmi. — Estás haciendo esto de forma inconsciente, calma. — No quiero sentirme así.

¡Alfa!

— Lo lamento, Hiro. — Son segundos en los que soy libre, justo los que Karmi necesita para ponerse detrás de mi y golpear mi cabeza. No me queda más que agradecer mentalmente antes de caer desmayado al piso.

•~•~•~•~•~•~•~•~•

¿Soy yo, o lo único que sabe Miguel es causar problemas?

¿Me dan sus mejores canciones? Miguel las necesitara.

¡¡Gracias!!!

— J —

Aprendiendo A Ser Omega (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora