Aprendiendo A Ser Omega (Higuel)

20°|Amistad|°

— A.R.H, llama a mis amigos — ordenó mientras se sentaba frente a su proyecto que llevaba elaborando meses atrás. Aún sin poder lograr tal maleabilidad en su textura.

— Llamando a amigos — respondió a su orden una voz mecánica. Para luego dejar sonar el tono de llamada, que para sorpresa de muchos, era un cover de un pedacito de la canción “plan”, su intérprete obviamente Miguel.
,
Tarareando la tonada siguió destruyendo su pequeño prototipo, habría que volver desde cero.

— Hiro, cariño, que lindo que nos llames. — Escuchó una voz un tanto aguda una vez que se cortó el tono. Hiro no pudo evitar hacer una mueca ante su error. — Hace tiempo no hacías una llamada grupal.

— Así es amigo, pensamos que te habías olvidado de nosotros — Está vez era la voz de Fred la que le replicaba.

— ¿Qué hay? — saludo Gogo.

— Hola, chicos — dejó su juguetito y volteó hacia su computadora. Tratando de sentirse lo menos culpable, pues nisiquiera era su intención hablar con ellos. — ¿Cómo están? No he podido comunicarme con ustedes.

Mentira, cómo casi todo lo que decia últimamente.

— Creó que estamos todos muy bien, Hiro. Pero dinos, ¿por qué has desaparecido tan de repente? — Wasaby que no había hablado, lo estaba haciendo ahora.

— Bueno, yo, he estado haciendo proyectos escolares y estoy, muy, muy ocupado. Casi siempre estoy en la universidad. Ya saben, quiero cursar esta carrera este año antes de poder invertir lo que tengo en algo importante. — Una más, esperaba que la nariz no comenzará a crecerle como en el cuento.

— Más bien, casi nunca estás en la universidad y por lo visto ni siquiera has mostrado interés a la llamada de la escuela en estos días. — Honey le miró preocupada. — Dinos, Hiro, ¿A pasado algo para que no quieras volver? ¿Alguien te molesta en la escuela? ¿Te... Te hicieron algo? — lo último lo dijo con total lástima.

— No, Honey. Ya no hay problemas con mis compañeros o profesores, o al menos ya no me importa. — Realmente el acoso después de convertirse en Omega nunca había parado, pero no es como si no pudiera defenderse de cualquier ataque. — Sucede que he estado confundido con un asunto estos días y no he tenido cabeza para nada.

Un quejido llegó a través de los altavoces. — Entonces, ¿Qué es eso que te tiene preocupado? Podemos ayudarte.

Hiro desvío su mirada a otro lado.

— ¿Sabes? Siempre supe que esto de las edades y castas afectaría de alguna manera nuestro vínculo contigo, pero creí que aún si eso sucedía, nos tendrías la confianza para decirnos si algo te molestaba. —. Hiro ni siquiera la miró cuando su voz parecía herida, no era capaz de confrontar a la novia de su hermano cuando está le decía la verdad.

— Ni siquiera fue tu intención llamarnos, ¿Verdad? — Gogo preguntó. — ¿A quién querías llamar?

— Yo... — Hiro no respondió.

— Tengo que regresar con mis chicas. Aún debemos hacer unos cambios en el motor antes de la competencia de esta tarde. — Gogo dijo con lo poco que le quedaba de paciencia — a la que por cierto, TODOS están invitados.

Y colgó.

Un silencio un tanto incómodo se instaló en los presentes.

— Entonces... Hiro, ¿Podemos ayudarte en algo? — Fred preguntó. Se notaba su confusión con todo el asunto, y su presura para colgar e ir con su novia a tratar de bajarle los humos.

— Lo siento chicos — Hablo el nipón. — Sé que no he sido el mejor amigo para ninguno de ustedes, y que realmente parezco un hipócrita después de que ustedes me hayan tratado tan bien después de aceptarme en su grupo.