Cap. 3

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¡¿Ki- Kim Namjoon?! Pe- pero ¿Cómo? ¿Cuándo? Espera... Sus apellidos, claro sus apellidos son iguales, ahora que lo noto también tienen un parecido en sus rostros, en especial la sonrisa, con razón se me hacía muy familiar su cara.

— Tú debes ser Mérida. — su voz hizo que saliera del trance en el que me encontraba. — Mucho gusto, mi nombre es Kim Namjoon, el primo de tu amiga.

Pestañé varias veces para despertar del todo y sonreí como si nada. Estaba nerviosa, mis manos empezaron a sudar así que disimuladamente las froté sobre mi abrigo.
Jisoo notó que no había respondido a lo que Namjoon me estaba preguntando, así que son una sonrisa algo incómoda respondió:

— Disculpa es que está algo sorprendida por la sorpresa, pues la banda en la que estás es su favorita y... Pues ella es muy fan de ustedes.

— Comprendo. — contestó algo incómodo mientras pasaba una de sus manos por su cuello. — Y cuéntame, Mérida, ¿De qué país eres exactamente? Mi prima me contó que eras latina.

— De República Dominicana, no creo que lo conozcas.

— Pues, he escuchado sobre ese país, pero nunca lo he visitado. — comentó junto a una risa apenada. — Pero tal vez vaya para mis próximas vacaciones.

— Suena bien, sería lindo que fueras. Hay muchos army's allá, aunque no lo creas.

— ¡En serio! Eso suena aún mejor. — juntó sus manos en un instante y nos sonrió. — Y... ¿Tienen hambre? Iba de camino a comer algo, estoy hambriento.

Frotó en círculos su mano sobre su panza sonriéndonos. Sus ojitos se cerraron mientras sonreía, se veía tan lindo, no parecía real. Era super alto y musculoso, sus ojos eran pequeños como en las fotos y vídeos y su sonrisa era un mar de flores, ¡ah! Y esos hoyuelos, ¡Oh, Dios! Definitivamente son ilegales, es su todo en él era magníficamente hermoso.

Luego de la incómoda charla fuimos a una cafetería que había dentro del lugar y mientras comíamos algo solo trataba de calmar mis nervios.

— Y... Cuéntame, Mérida, ¿Qué te trajo a Seúl, Corea del Sur aparte del avión?

Mis ojos se posaron en el chico, sorprendida y nerviosa sonreí tratando de disimular. Respiré profundo mentalmente y le respondí:

— Pues vine aquí porque pues Bangtan es mi banda favorita, ustedes hicieron que me interesara por la cultura de este país y su idioma así que decidí aprenderlo y conocer sobre... Lo que mencioné; su cultura, tradición y religión.

Sentía mis orejas arder, cuando estoy nerviosa siempre se calientan y se ponen rojas algunas veces. Por suerte, tenía el cabello al aire y las cubría.

— También dijo que le gustaría ir a museos, — siguió Jisoo entusiasmada. — Es como tú en esas cosas, le gusta mucho el arte, lo estético, y la naturaleza y todo eso que te gusta.

El pelinegro me miró con una sonrisa cálida en su rostro.

— ¿Es cierto?
Asentí algo tímida. Quería poner mi cabello detrás de la oreja, pero si lo hacía me daba a descubrir así que me aguanté y solo sonreí.

— Sí, así es. Gracias a ustedes pude conocerme mejor y saber las cosas que me gustan con claridad, saber qué debo hacer y qué límites poner. — él sonreía y me escuchaba atentamente, eso hizo que me ruborizara. — Gracias a ustedes también aprendí muchas cosas y me interesé por muchas más. Ustedes son una gran influencia, gracias por no rendirse ese día y querer continuar.

Y así seguimos, estuvimos hablando los tres sobre las cosas que me gustaban, las que me interesaban y porqué las había elegido. Jisoo habló más que yo, no sabía que me conocía tanto después de todo.

Melodías del corazón || PJM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora