ᘛ Prólogo ⊰

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Jeongin se movió levemente, su mente poniéndose en marcha de nuevo

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Jeongin se movió levemente, su mente poniéndose en marcha de nuevo. Su cuerpo dolía y no sólo era por la posición en la que se encontraba; podía sentir las frías cadenas alrededor de sus pies y sus brazos se encontraban aprisionados de igual manera a su espalda. Un pedazo de tela estaba fuertemente amarrado alrededor de su cabeza, a la altura de los ojos, por lo que le era imposible ver. Debido a el continuo meneo y unos cuantos brincos, y por el sonido de los cascos de caballo sobre el piso sabía que iba a bordo de un carruaje, camino a quién sabe dónde.

Los últimos recuerdos antes de perder la conciencia volvieron a él, las cosas en el palacio habían estado tensas y con muchas cosas por resolver. Después de la hora del té que también había funcionado como reunión para discutir los planes próximos, decidió tomar un descanso, sólo necesitaba aire y despejar su mente un momento por lo que había salido a recorrer los grandes jardines y después nada. Sólo oscuridad. Eso no le ayudaba en lo más mínimo y cada trote que daban los caballos más aumentaba su preocupación, no sabía a dónde iba o quién lo había capturado.

El chico forzó las cadenas en sus pies y sus manos, pero éstas estaban fuertemente sujetas por lo que sólo logró lastimarse las áreas encadenas. El esfuerzo lo obligó a tomar aire, sus labios estaban secos y cada vez sentía más la necesidad de ingerir algún líquido. Fue entonces cuando se preguntó cuánto tiempo llevaría desmayado, qué tan lejos estaba de casa.

Su mente trabajaba a toda velocidad, buscaba una manera de salir de ahí. De vez en cuando escuchaba las voces de hombres, Jeongin no se consideraba el más ágil en batalla, pero sabía que tenía oportunidad de salirse con la suya si lograba liberarse de esas cadenas. Por ello continuó forzándolas, pero éstas no cedieron y él estaba cada vez más cansado y desesperado.

Su energía y sus esperanzas comenzaron a apagarse, sus ojos cada vez se sentían más pesados, casi obligándolo a dormir. Fue entonces que escuchó algo nuevo, un bullicio. Voces mezcladas, puertas o ventanas cerrándose, agua cayendo... un pueblo. Eso hizo que el sueño y el cansancio se esfumara como humo, esta era probablemente su única oportunidad, y la tomó, rogando porque aquella gente fuera su gente, que aún no estuviera muy lejos de su hogar.

­–¡Ayuda! –gritó, pero su voz salió débil y seca por lo que dudaba que tuviera mucho alcance. –¡AYUDA!, POR FAVOR. ¡AYUDA! AQUÍ ATRÁS, SE LOS RUEGO, ¡AYUDA! –Gritó lo más fuerte que pudo, sintió como si se desgarrara las cuerdas vocales. El carruaje se detuvo, pero él no: –¡AYUDA!, ¡AYUDA! SOY EL PRÍNCIPE POR FAVOR, AYUD...

Una puerta cercana a él chirrió al abrirse y eso hizo que Jeongin parara de gritar, su corazón se llenó de esperanza y no puedo evitar sonreír levemente.

–Ayuda, ayuda, ayuda –escuchó una voz haciendo una imitación burlesca de él. Una mano tomó su camisón por el cuello y lo jaló, el arrastre hizo que algunas astillas del carruaje de madera se enterraran en su pierna y brazo. –Ese inútil debió haberme hecho caso cuando le dije que te tapara la maldita boca. –Jeongin sintió como la mano del hombre se posaba en su mandíbula, forzándolo a abrirla y una bola de tela siendo obligada entre sus labios. Se atragantó al sentirla en su boca, pero no tuvo éxito al intentar expulsarla. –Así está mejor –el hombre palmeó su mejilla, la mano era pesada por lo que la piel se puso levemente roja–, no intentes nada estúpido, niño. Aquí no eres príncipe de una mierda, reino equivocado... nadie va a ayudarte. No desesperes, ¿quieres? Estamos cerca del destino, aunque para entonces probablemente vas a desear seguir aquí.

El chico fue empujado dentro, el hombre cerró las puertas y los caballos se pusieron de nuevo en marcha. Las palabras del hombre le habían dado las respuestas a sus preguntas. Se dirigía al reino de Andrómeda y había sido capturado por la Reina Ehrva, la mayor amenaza que enfrentaba su propio reino.

This love is full of fairytales ⊰ HyunIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora