ᘛ XI ⊰

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–Jeongin, Jeongin

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–Jeongin, Jeongin... ¡Jeongin, despierta! –El chico se sentó de golpe, estaba sudado y las lágrimas corrían por su cara.

La pesadilla aún fresca en su cabeza, todavía podía sentir las manos de los dos hombres sobre él, y escuchar la risa de la reina en sus oídos. El otro chico no se había acercado a él, simplemente lo veía desde el otro lado, Jeongin no sabía si era culpa lo que había en sus ojos. Tampoco le importaba, porque él también había estado en esa pesadilla. Se sintió enfermo de sólo verlo, así que se levantó y se alejó un poco, levantó la mirada al cielo y se permitió terminar de sentir todo lo que traía. Se necesitaba completo para seguir con el viaje.

Cuando por fin volvió con el otro chico, éste no preguntó nada. Simplemente tomó su bolso y se levantó, y comenzó a caminar, dejando a Jeongin atrás. Él lo siguió, aun manteniendo la distancia, por lo menos ahora que el otro iba por delante no tenía la constante necesidad de estar cuidando su espalda.

El cielo aún estaba oscuro, pero por los pájaros que comenzaban a cantar no tardaría mucho en salir el sol. Jeongin se sentía especialmente cansado, las horas de sueño lo habían drenado emocionalmente. Pensó que estando lejos del lugar donde sufrió tanto podría comenzar a olvidar y sanar, pero al parecer sus sueños tenían otros planes.

Siguieron caminando hasta que salió el sol, y con cada paso que daban Jeongin se preguntaba hacia dónde iban o si iban en el camino correcto, pero el príncipe de vez en cuando verificaba una brújula y parecía bastante seguro de sus pasos, así que no lo cuestionó.

Cuando el calor comenzó a apretar y las tripas de ambos rugieron, se detuvieron a comer, esta vez sólo hubo un trozo de pan, la carne seca y un poco de agua.

–¿Cómo están tus pies? –cuestionó el príncipe cuando terminó su primer bocado.

–Bien. –Jeongin no quería hablar con él.

–Minho puso esto en el bolso. –Le mostró uno de esos ungüentos que había usado antes.

Jeongin asintió y estaba por quitarse los zapatos cuando el otro lo detuvo.

–Si no me equivoco más adelante debe haber un río, sería bueno tomar un baño y que limpies tus heridas.

–No. No estamos de paseo –dijo Jeongin molesto. –Para este punto deben estar demasiado cerca.

–Y si es así no sirves de mucho si no has mejorado lo suficiente. Si las heridas se infectan no será de ayuda.

–En el castillo no se infectaron, no creo que pase nada aquí.

–En el castillo no la pasabas de un lado para otro, ni caminando tanto tiempo –le recordó el chico.

–Pues se sintió como si todo el tiempo estuviera corriendo para salvar mi vida –dijo Jeongin. El otro chico bajó la mirada y tragó saliva.

This love is full of fairytales ⊰ HyunIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora