Izuku no descansó esa noche, permaneció despierto, hundido en sus pensamientos, sobre lo que había visto, la destrucción, los heridos, el dolor de los que perdieron a alguien, todo estaba muy fresco en su mente. Un sentimiento de impotencia se apoderó de él, ¿Que se podía hacer ante tal maldad irracional? ¿Podía hacer algo ante tanta muerte y destrucción? esas preguntas lo acosaron toda la noche. El único momento de paz mental que tuvo, fue cuando le llegó una llamada de Jiyu. Ella estaba preocupada por él, así que llamó para saber cómo estaba. El hizo su mejor esfuerzo por mentirle y hacerle creer que se encontraba bien, pero Jiyu no era ninguna tonta, logró que le contara qué era lo que le molestaba, e hizo su mejor esfuerzo por reconfortarlo por unos minutos. Antes de colgar ella le informó que no tendrían trabajo por un par de días debido a lo sucedido, en ese momento Izuku recordó que su Jefe, el señor Tanaka, vivía en las cercanías de Shibuya y eso le hizo preguntarse si le había pasado algo a su familia.
En un intento de escapar de su propia mente, intentó distraerse en la redes sociales, pero todo estaba repleto de noticias sobre lo sucedido. La gente no había tardado en empezar a hablar sobre lo sucedido, por un lado algunos manifestaron su repudio ante los actos terroristas cometidos y expresaron sus condolencias hacía las víctimas del ataque; también agradecieron la intervención de los héroes involucrados para detener al villano y a los héroes y voluntarios que ayudaban en el rescate de las personas enterradas en los escombros. Por otro lado, había quienes expresaron su inconformidad con el sistema que pone a los héroes profesionales a cargo de la protección de los ciudadanos, y opinaban que el libre uso de los quirks hubiera ayudado a controlar la situación con mayor facilidad.
Los expertos en el tema, opinaron que Lemillion y Endeavor habían hecho lo mejor que habían podido, ya que el villano; al que calificaron como un demonio, tenía un repertorio de quirks demasiado grande que lo convertían en una máquina perfecta para pelear, y desaprobaron la opinión de las personas que opinaban que la liberación de los quirks sería la solución para este tipo de situaciones.
Izuku vió que se acercaba el amanecer y decidió levantarse a preparar algo para comer. Terminó preparando dos raciones, la otra pensando en Setsuna, que le dijo que iba a ir a verlo y probablemente no habría comido nada. En ese momento Izuku pensó que el departamento de su novia probablemente fue destruido debido a su cercanía al ataque. Izuku en ese momento pensó en ofrecerle quedarse con él, pero con solo pensarlo ya se estaba acobardando. La idea de vivir con ella lo hacía feliz, pero no se sentía con las suficientes agallas para pedirselo.
Izuku esperó un rato, pero Setsuna no llegó. Decidió comer solo y esperó a su amada por varias horas pero no llegó. Luego de mucho tiempo checó la hora y se preocupó, eran las 2 de la tarde, ya era hora del almuerzo y ella todavía no aparecía. Al no poder controlar más su inquietud, decidió ir a buscarla al hospital donde ella había dicho que ingresaron sus compañeras.
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Setsuna estuvo toda la noche esperando en el hospital, a la primera que le dejaron ver fue a Tsuyu, quien había sufrido algunas fracturas en su pierna derecha. Setsuna se alegró mucho al ver que ahora estaba mucho mejor, ya que estaba de pie junto a su cama, poniéndose el traje de heroína. Al verse ambas heroínas compartieron un fuerte abrazo. Tsuyu rompió en lágrimas, no había recibido ninguna noticia de sus compañeras desde que despertó en el hospital, lo único que pudieron decirle fue que Ryukyu también estaba hospitalizada y que estaba más grave que ella. Nadie había sido capaz de decirle que paso con Lizardy, y lo último que recordaba fue que una poderosa rafaga de viento las golpeó a ambas.
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El camino de un héroe.
FanficIzuku Midoriya es un joven de 21 años que trabaja como barista en una cafetería en el distrito Aoyama, pero por las noches toma la justicia en sus manos y patrulla las calles de Tokio.