v. El mundo le sonríe a los espectros.

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❛EL MUNDO LE SONRÍE A LOS ESPECTROS❜

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❛EL MUNDO LE SONRÍE A LOS ESPECTROS❜

                          Blanche tiembla. En su interior, es como si el mismísimo infierno se hubiera removido con sus llantos, levantando a los demonios e invitándolos a emerger. Pero solo es ella, abrazada con fuerza por Flora, quien la acompaña fielmente en el llanto, y acariciada en la espalda por Synnove, cuyas lágrimas están, mas encerradas en las cuencas de sus ojos.

—Se supone que nos iríamos juntas —murmura, con una mano rebuscando en su bolso para agarrar un pañuelo y limpiar el moco que escurre por su nariz, mezclado con lágrimas—, que nos iríamos de éste maldito lugar y desapareceríamos, juntas...

—Yo se lo advertí tantas veces —dice Synnove, su rostro comenzando a teñirse de rojo por una mezcla de emociones que burbujean en su interior, como un volcán a punto de hacer erupción. Pero solo es ella, pensando cuánta suerte deben de tener para descubrir que los viajes en el tiempo son posibles y desaparecer de manera tan eficaz a como lo tenían planeado, con el único detalle de que falta un cuarto de su corazón—. Se lo dijimos y pasó... Debimos obligarla a ir con nosotras, aunque se cagara encima... Sí, a ver si el camino la hacía reflexionar de ya no beber café...

—O tal vez debimos seguirnos de largo —externa Flora, con las manos en las mejillas, tratando de recobrar el calor que la abandonó, desde que se resignó a perder todo lo que conoce—, tal vez todo nos indicaba que nos saltáramos Castlerigg y solo desaparecieramos en el norte...

Al final, los quejidos lastimeros de los tres espectros quedan suspendidos en el viento. Se han desahogado, tal como lo harían estando en el siglo XX ahí, en su minúsculo departamento, después de cualquier crisis nerviosa. Blanche, sintiendo sus piernas entumecerse, se alza con dificultad y dolor ante el repentino movimiento en sus extremidades inferiores, mas hace lo posible por recoger los bultos de ropa y repartirlos a sus amigas, y así tratar de comenzar a cambiarse.

—¿No hay ropa interior, verdad? —inquiere Flora, analizando cada una de las prendas. Luce extrañada, ligeramente incómoda ante ello; es, sin embargo, una reacción leve a comparación de la total aversión que denota Synnove.

LOST IN THE WOODS ━━ Outlander Donde viven las historias. Descúbrelo ahora