viii. Espectros de locura.

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❛ESPECTROS DE LOCURA ❜

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❛ESPECTROS DE LOCURA ❜

                             Aún viviendo la mayor parte de su vida en una ciudad, Synnove sabe tratar con los caballos. De vuelta en Cymru, su familia era de las pocas que mantenían un estilo de vida lo más parecido a lo rural en esa incipiente ciudad que era Abertawe, lo que involucraba para ellos la cría de animales, desde la más pequeña de las codornices hasta el más grande de los caballos.

Por supuesto que eso ha sido tiempo atrás, cuando su familia aún tenía la granja y no sufría las consecuencias de una crisis financiera que los orilló a vivir en Inglaterra. No obstante, sus manos reaccionan automáticamente a las riendas del caballo, quedando en lo más profundo de su memoria su habilidad de cabalgar. Tal vez por primera vez en años, se siente cerca de casa, en la familiaridad y no en medio de un campo de batalla.

—Agárrate bien, Flo —ordena, al ver de reojo cómo, pese a hacer amago de comenzar el trote, su amiga sigue removiéndose para evitar arrugar sus faldas—, voy a avanzar.

Synnove asiente en dirección a John Grey, que lidera la marcha hacia esa finca que, dentro de doscientos años en el futuro, habrían de visitar como turistas y no como posibles empleadas. La pelirroja, aunque atenta a la dirección que toma lord John para no salir del camino, mantiene su mirada fija en el caballo que va al frente suyo, donde se moviliza James Fraser y su amiga Blanche.

Si de ella dependiera, irían las tres en el mismo caballo para evitar separarse; sin embargo, sabe que a duras penas está siendo justa con los pobres animales, yendo ella y Flora en uno solo. Por ello no puede evitar la vigila. Desde el inicio de su amistad las ha procurado y espera hacerlo hasta el final de sus días. Ningún imprevisto, como un bizarro viaje en el tiempo, podría evitarlo.

Analiza con ojo ácido a los rescatistas. No niega la amabilidad, ni el esfuerzo invertido en ellas como para tratarse de dos completos desconocidos. Pero Synnove no confía en la caridad: todo tiene un precio. En consecuencia, piensa, James Fraser o Alexander MacKenzie, como quiera que se llame, a pesar de su evidente descuido físico producto de situaciones desconocidas, fácilmente podría acabar con la pequeña y torpe Blanche, de ser falsa su fachada de salvador. Es más, rectifica, James podría acabar con cualquiera de los presentes, si acaso se lo propusiera. No entiende qué lo detiene.

LOST IN THE WOODS ━━ Outlander Donde viven las historias. Descúbrelo ahora