Dedicación a: @KatiaMcVey
Recomendación del día: Uchuu o Kakeru Yodaka de Kawabata Shiki. Si les gusta el manga, léanlo, si no, también háganlo. Les prometo que no se van a arrepentir.
¿Misión cumplida? No lo creo. Quería publicar el capítulo antes de irme de viaje, pero no alcancé a terminarlo. Ahora que he regresado y editado lo que llevaba, he decidido subir el capítulo en dos partes. Esta es mi manera de compensarlas por la "larga" espera.
¡Disfruten esta primera parte! La siguiente será publica esta misma semana.
Abrazos.
Tic-tac. Tic-tac.
No había ningún reloj en la pared, lo que estaba escuchando era una alucinación de mi mente debido al estrés y el cansancio de la jornada escolar, que parecía interminable cuando matemáticas era el último periodo del día. Podía sentir la tensión en el salón de clases, hoy era viernes y todos estaban aferrados a sus pupitres, ansiosos por poder salir. Vi la hora en mi celular, escondiéndolo bajo la mesa. 2 minutos. Miré el cuaderno y el lápiz que reposaba sobre el espacio que dividía las páginas, perdiéndome entre el mar de números que meramente entendía. Mi mente estaba más lucida que nunca, las cosas que debía hacer esa tarde se arreglaban en renglones, pero al mismo tiempo, ¿por qué sentía que estaba olvidando algo?
El sonido de la campana acaparó mi atención.
—Eso es todo por hoy. Que tengan un buen fin de semana —dijo la profesora antes de tomar sus cosas y salir apresuradamente del salón.
Parece ser que no era la única que moría por irse, pensé con gracia. Aunque mi ligera distracción me había retrasado, todos mis compañeros se habían levantado y se dirigían a la puerta. Nicole estaba de pie al frente de la clase, esperándome. Su sonrisa se ensanchó cuando me le acerqué, pero no dijo nada
—¿Danny irá hoy a tu casa? —preguntó cuando pasamos por un pasillo poco transitado.
Asentí.
No pude evitar la sonrisa que se escapó de mis labios en ese momento.
—Una cita de estudios, vaya par de nerds —ella bromeó, rodando los ojos.
—Es la mejor excusa que teníamos para reunirnos pronto —me defendí.
—¿Tu mamá sabe que él vendrá?
—Algo así...
—¿Algo así? ¿Vas a meter a un chico en tu casa, y tu mamá ni siquiera lo sabe? ¡Oh, mi Dios! —exclamó Nicole con emoción.
—¡No seas idiota, claro que lo sabe! Al menos hasta la parte que vendrá alguien a casa a hacer un trabajo escolar conmigo —repuse incómoda—. Se lo dije esta mañana, un minuto antes de salir a la escuela, por lo que no le dio tiempo de preguntar los detalles.
—Muy lista —afirmó con la cabeza—. Espero que tu mamá no enloquezca cuando lo descubra.
—Yo igual.
De repente, ese "pequeño" detalle comenzaba a preocuparme. Pero ya no había vuelta atrás, no podía cancelarle a Young a última hora y tampoco quería hacerlo. Mamá no era de hacer espectáculos frente a las visitas, así que si iba a reclamarme algo y castigarme —otra vez—, lo haría después de que mi cita se fuera.
Hice un esfuerzo para no pensar en las repercusiones que podrían traer mis acciones, hace mucho había descubierto que pensar demasiado las cosas podía ser igual de fulminante que una enfermedad que te consume lentamente, sin embargo pronto conseguí algo con que distraerme. Capté por el rabillo del ojo una figura familiar, miré a Derek dirigirse hacia nosotras con una sonrisa maliciosa y luego se llevó un dedo a los labios, pidiéndome que no lo delatara. No sabía lo que estaba a punto de hacer, pero decidí seguirle la corriente solo por curiosidad.
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Conduciéndome a la locura
RomanceJessica Foller tiene la paciencia del tamaño de una pasa, razón por la cual su grupo social es tan diminuto -por no decir solo de tres personas, incluyéndola-. Desde el primer día que puso un pie en el instituto, su plan fue pasar desapercibida hast...