Dedicación a: @CutieWithABootie, espero que no sea muy tarde para desearte unos felices dieciocho<3.
Recomendación del día: E-mail My Heart, de la misma autora.
Lunes por la mañana, mi cerebro me ha jugado una mala broma; con tan solo un vaso de agua en el estomago, ha comenzado a trabajar con eficiencia, haciéndome pensar —de nuevo— en lo que Young y yo conversamos esa noche. Como si estar preocupada todo el fin de semana no hubiese sido suficiente. No me martirizaba la idea de que él lo supiera, que mis padres estaban separados, y que papá se había mudado a otra ciudad poco después del divorcio. No fue necesario que yo se lo contara porque él ya lo sabía, o lo supuso después de que Kaya le dijera que extrañaba a papá. Mi hermana nunca le había dicho eso a nadie, ni a mamá, ni siquiera a mí, entonces, ¿por qué a Young? Quería preguntárselo, pero terminé guardándolo solo para mí, porque quise mantener intacta la confidencia entre esos dos.
Me detuve en la mitad del pasillo cuando volví en mí misma, percatándome de que estaba sola. Me dí la vuelta, y miré a Nicole a un metro de mí junto a los casilleros. Ella me estaba mirando de manera extraña, e intenté darle una sonrisa natural para que supiera que todo estaba bien, pero mi amiga no parecía convencida. Ojalá Nicole no fuera tan perspicaz, pensé. Me acerqué a mi casillero, guardé los libros que no necesitaría sino hasta al siguiente periodo, y me colgué la mochila en un hombro lista para ir a clases. Cuando sentí que había una mirada sobre mí, volteó a mi izquierda y allí estaba Nicole sonriéndome de oreja a oreja, mientras sostenía un papel en las manos. Antes de que me lo extendiera para que lo leyera, ya sabía que el chico de la máscara lo había enviado.
“No es suficiente con verte cada día, estás atrapada en mi cabeza como un pájaro que revolotea cien veces el mismo cielo. No quiero ser la única víctima de esta epidemia, por eso te doy esto como un recordatorio. Piensa en mí, reconoce que te quiero y espera por mí. O descúbreme primero.
Jodido anónimo”.
Levanté la vista y fijé mi atención en algo que Nicole no traía hace un momento. De su cuello colgaba un collar de cuerda negra que ataba un dije circular, el cual era atravesado en vertical por una línea delgada.
—Ese chico está muy convencido de que tú le gustas, ¿no es así? —dije con recelo.
Ella suspiró.
—No está equivocado —admitió.
Me mordí los labios para no decir nada inadecuado, no quería que mis palabras sacudieran a Nicole y la despertaran de su estado de ensueño y felicidad.
No todavía.
Francamente, no entendía cómo mi amiga podía querer a alguien de quien desconocía su rostro, y se ocultaba cobardemente en el anonimato. Mi corazón se sentía abatido al ver a Nicole cada vez más ilusionada, y más próxima a llevarse una gran decepción cuando el enmascarado se cansara de jugar con ella. Me enfurecía tan solo imaginarlo, por esa razón decidí participar en su juego. Me aseguraría de que él no abandonara la partida, sin que hubiera un ganador primero. Si obedecíamos su insinuante petición de que Nicole lo descubriera, ganábamos. Si él decidía mostrarse primero, también. Era una estrategia de ganar-ganar, pero algo me decía que él no nos la dejaría tan fácil.
—Vamos a clases, antes de que te derritas en medio del pasillo —tomé a Nicole del brazo, y la jalé para que siguiera mi ritmo.
Mientras caminábamos hacia al salón de clases, me di cuenta de una cosa. Nicole ya no me estaba mirando, estaba ocupada admirando el dije del collar y sonriendo como una idiota, pero yo todavía tenía la sensación de que alguien me estaba observando.
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Conduciéndome a la locura
RomanceJessica Foller tiene la paciencia del tamaño de una pasa, razón por la cual su grupo social es tan diminuto -por no decir solo de tres personas, incluyéndola-. Desde el primer día que puso un pie en el instituto, su plan fue pasar desapercibida hast...