Capítulo 30

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Amelia

Las manos me dolían por el nudo tan apretado que me había hecho Fátima y por lo poco que había escuchado Adrien le había dejado algunas instrucciones específicas. Nunca me imaginé que alguien que era tan cercano a mí, que consideraba como el hermano que nunca tuve, pudo haber hecho semejante acto espantoso y más con ayuda de una loca obsesionada con mi esposo. Mi estado no era el mejor que digamos, mi ropa estaba sucia y algo rota por las veces que Adrien había intentado violarme pero me e podido defender, pero lo que más me preocupaba en estos momentos de angustia es mi hijo, si esa hija de puta le hizo algo, la mato. De repente alguien sé acercó hasta dónde yo estaba rápidamente.

- Cada vez que veo a tu hijo... - Dijo Fátima - Es cómo si estuviera viendo a Daniel

Su estado era mucho peor desde la última vez que la había visto hace años atrás. Tenía el cabello muy sucio al igual que la ropa que tenía puesta, unas orejeras muy visibles y estaba mucho más delgada pero lo que más me sorprendió era que su mirada era mucho más oscura y cualquiera que la viera le daría miedo. 

- No le hagas nada a mi hijo - Mascullé - Haré lo que quieras pero no le hagas daño

Y de repente me tomó mi cabello y me lo tiró, ahogué un gemido de dolor porque cada vez me lo tiraba más. 

- Daniel era mío perra - Susurró - Pero tú me lo quitaste 

- Yo no te quite nada Fátima - Dije - Daniel nunca se fijó en ti, puede que hayan tenido algunas aventuras pero eso para él era solo eso y que tú lo hayas interpretado de otra manera es cosa tuya 

- ¡CÁLLATE ZORRA! - Me sobresalté - Algo estaba surgiendo entre ambos hasta que TÚ lo estropeaste todo, me lo quitaste y no sabes cuánto te odio por eso

No podía creer lo que estaba escuchando. Por más que uno le respondiera, ella siempre contraatacaba con lo mismo y me daba un poco de lástima. 

- Pero tú hijo es hermoso - Masculló - Sé parece tanto a Daniel y su madre debería de ser yo, no tú 

Iba a responderle cuando un sonido fuerte sé escuchó. Fátima dejó de tirarme el cabello para ver de donde provenía y yo estaba un poco agradecida por ello. A los pocos minutos volvió con una gran bolsa negra y al abrirla, se sorprendió y yo aún más en cuanto sacó lo que había. Dinero, había muchísimo.

- Vaya, si que los aman mucho - Sonrió la maldita psicópata - Alguien se pondrá muy contento 

- ¿Cómo se les ocurren pedirle tanto dinero? - Pregunté enojada - No tenían ningún derecho en pedir algo y mucho menos una cantidad tan grande 

- No te quejes - Río secamente - Es el pago por ustedes dos y créeme, ahora nos va a ir mejor que antes 

Ganas de haberle dado unas fuertes cachetadas no me faltaban. De repente le llegó una notificación proveniente de una habitación que había más al fondo, se fue para ver y a los segundos después escuché unos pasos acelerados. 

- ¡HIJOS DE PERRA! - Gritó furiosa - ¡LA POLICÍA ATRAPÓ A ADRIEN Y VIENEN PARA ACÁ!

Y eso fue un alivio para mí pero no me podía dejar mostrar eso porque presentía que si lo hacía me iba a ir peor. Sacó un arma que tenía en el bolsillo y la dejó en el suelo para luego desabrocharme el nudo que tenía en mis manos, el alivio que sentí fue mucho pero todo sé arruino en cuanto me apuntó. 

- Ahora, vas a agarrar al bebé... - Asentí rápidamente - Y nos iremos de aquí, ahora soy yo la que va a manejar las cosas y no el maldito de Adrien 

Me levanté cuidadosamente de la silla y caminé por dónde Fátima me decía mientras ella estaba detrás mío apuntandome. Me sentía nerviosa pero no iba a permitir que ella lo notará. En cuanto vi a mi hijo, sentí que podía volver a respirar. Estaba en el sofá durmiendo tranquilamente, lo agarré con mucho cuidado y me sentí tan tranquila en tenerlo entre mis brazos. Ahora si, no iba a permitir que esa loca me lo quitará y si es necesario que me dispare y hasta que me mate, no va a volver a tener a mi hijo. Salimos de ese asqueroso lugar y nos subimos a un auto viejo, me obligo a sentarme en el asiento del copiloto y pocos segundos después ella se sentó en su lugar para así conducir. 

- Nos iremos de aquí - Susurró agitada - Y de pasó pido mucho más dinero por ti y por tú hijo 

- ¿Qué es lo que quieres? - Pregunté - ¿Por qué haces esto?

- Porque después de que me expulsarán de la universidad, ninguna otra me aceptó por la mala fama que me dio el jodido director - Maldecí bajamente - Y en cuánto mis papás me echaron de la casa porque no soportaban que fueran el hazme reír de la familia por lo que había hecho, estuve semanas en la calle hasta que Adrien me encontró y gracias a él yo aún estoy con vida

Al escucharla decir eso me rompió el alma. Estuvo muy mal lo que hizo pero me decepcionaron lo que habían hecho sus padres, que solamente buscaron lo mejor para ellos pero nunca pensaron en ella y en lo que eso le provocaría. Si yo tan solo hubiera sabido, la hubiera ayudado. 

- Lo siento - Susurré - Nunca imaginé que hubieses pasado por eso, tus papás no debieron de haberte echado de tú casa 

- Cierra tu puta boca si no quieres que lo haga yo y no será de buena manera - Me miro fijamente - Espero que no me des más problemas y ten en cuenta de que jamás vas a volver a ver a tu familia, sobretodo a Daniel 

Y sin nada más que decir arrancó el auto y nos fuimos de allí. Rezaba en mis adentros para que alguien nos encontrará o que a la única oportunidad que tenía aunque fuera arriesgada me escaparía de ella. Pero lo más importante, no dejaría que ella jamás volviera a tocar a mi hijo y lo protegería, aunque eso costará mi vida. 


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Hola, cómo están? Esté es el antepenúltimo capítulo antes de que terminemos está historia. 

Un abrazo :)

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