Capítulo 31

71 7 0
                                    

Daniel

La situación cada vez era más complicada. Capturaron a Adrien y en cuánto lo vi, casi lo maté a golpes a no ser que mi hermano y otros policías me tuvieron que detener y aún así el hijo de puta lo único que hacía era reírse y no nos daba ninguna información acerca de Amelia y mi hijo. Nunca antes había estado tan angustiado en toda mi jodida vida, apenas dormía y comía por estar pendiente de ellos y la policía aún seguía en la casa. Los abuelos y el papá de Amelia estaban aquí y su abuelo a estado usando todas sus influencias para que esto sea más rápido y que los encontremos. Ahora mismo, me encontraba sentado en el sofá, desesperado e impaciente como hace unos días atrás.

- Tienes que comer algo Daniel - Dijo Javier - No tienes buena cara y cada vez te estás poniendo peor 

- ¿Cómo quieres qué esté? - Pregunté enojado - No sé a donde está mi mujer y mi hijo por la culpa de esos hijos de perra 

- Tienes que estar tranquilo - Negué - Por favor, todos estamos muy preocupados y estamos haciendo todo lo posible para localizarlos 

Iba a responderle cuando un policía entró apresuradamente a la casa. Estaba agitado, cómo si hubiese corrido demasiado y le costaba tomar aire.

- Hemos tenido noticias acerca de la Señora Vera y su hijo - Dijo el policía - La fugitiva Fátima Delgado está en el aeropuerto, la hemos localizado por las cámaras de seguridad y se puede ver claramente además que la señora y su hijo están con ella pero al parecer bajo amenaza 

Juró que nunca me había sentido tan esperanzado, todos estábamos mucho más tranquilos pero claramente yo era él que estaba mejor con la noticia que nos acababan de dar. 

- Voy con ustedes al aeropuerto - Dije - Voy a rescatar a mi mujer y a mi hijo 

- Voy a ir contigo Daniel - Dijo Pablo - Voy a ayudarte a rescatarlos  

Me levanté del sofá y los policías nos pusieron a nosotros un chaleco antibalas y escuchamos detalladamente sus órdenes. Estábamos apunto de irnos cuando alguien nos detuvo por unos pocos minutos.

- Traigan devuelta a mi nieta - Dijo Bernard desesperado - Y a mi bisnieto, no quiero que nada malo les pasé

- Le prometo que vamos a hacer hasta lo imposible para tenerlos devuelta - Dijo Pablo - Y si es necesario, daré la vida por mi hija y nieto 

Bernard se despidió rápidamente de nosotros y nos fuimos inmediatamente al auto de policía. Por primera vez en mucho tiempo, nunca me había sentido tan nervioso y al parecer Pablo estaba igual, pero una cosa tenía clara, iba a traerlos devuelta conmigo. Llegamos al aeropuerto a los quince minutos después, nos bajamos del auto rápidamente y dos autos más llegaron con todo tipo de armas y el equipo necesario para esté tipo de situaciones. Yo y Pablo los seguimos hasta que llegamos a una parte de aterrizaje privada, solamente en donde tenían aviones privados o avionetas. 

- Recorran todo el sector - Dijo un policía - Señor Vera y Romero, síganme detrás de mí y por ningún motivo sé separen, esto puede ser muy peligroso

Y estuvieron recorriendo todo el lugar hasta que sé escuchó un grito. Nos acercamos y algunos policías le estaban apuntando a Fátima mientras vi a Amelia sosteniendo a nuestro hijo. Nunca había estado tan aliviado, verla a ella y a mi hijo me llenaron de vida nuevamente. Amelia claramente sé podía ver que estaba sorprendida por verme allí al igual que su papá pero eso no le quitaba el derecho que aún estaba nerviosa porque la maldita hija de puta le estaba apuntando en la sien mientras ella tenía a nuestro hijo en sus brazos.

- ¡BAJEN LAS ARMAS! - Gritó Fátima - ¡O JURO QUE LA MATO!

Los policías obedecieron y yo estaba con muchísimo miedo, nunca antes había sentido tanto. Estaba apunto que agarraba un arma y le disparaba a esa mal nacida pero no podía ni quería joder esto, no cuando los policías tenían un plan especializado para esté tipo de situaciones. Pude ver que detrás de Fátima había otro policía listo con un arma especializada que la estaba preparando para así apuntarle. Fátima le susurró al oído algo a Amelia y ella no tuvo más opción que obedecerle porque le quitó el seguro al arma. Le dio un corto beso a nuestro hijo en su frente y poco a poco lo dejó en el suelo, al dejarlo, nuestro hijo empezó a llorar mientras que Fátima le tiró el cabello y ella hizo una mueca de dolor. Maldita hija de perra.

- ¡UN ARMA QUE VEA EN ALGUIEN Y NO TENDRÉ PIEDAD EN DARLE UNOS PLOMAZOS! - Gritó Fátima nuevamente - ¡QUIERO A TODOS QUIETOS! 

El policía que estaba detrás de ella ya tenía el arma listo e hizo una señal discretamente para avisarle a los demás y Fátima no se dio cuenta. En un momento Amelia y yo nos miramos mutuamente y pude ver que ella nos susurró algo y cómo no estaba tan cerca de ella pude leer sus labios. 

                                                                Los amo

Y el miedo se amplificó al decirme eso. No, ese no sería su último te amo. El policía detrás de Fátima le disparó en la cabeza y a los pocos segundos cayó en el suelo, a Amelia gracias al cielo no le pasó nada y estaba en estado de shock pero al igual que Fátima se desplomó en el suelo a los pocos segundos después. 

- ¡AMELIA! - Grité fuertemente

Fui corriendo hacía ella y me agaché, le agarré su rostro con mis manos y me sentí tan bien pero a la vez preocupado porque ella no despertaba pero tenía pulso cuando se lo tomé. Pude ver de reojo que Pablo recogió a mi hijo del suelo y lo empezó a calmar y unos policías pidieron a gritos una ambulancia rápidamente. 

- Nena - Susurré - Abre los ojos, estoy aquí 

Le acaricié su hermoso rostro, sé podía ver claramente que le habían dado unas bofetadas y me morí de rabia por el simple hecho de que hayan sido esos hijos de puta.

- Abre los ojos por favor - Susurré nuevamente - Te amo, ya estoy aquí y te prometo que nadie jamás les hará daño mientras yo viva 

A los pocos minutos después llegó la ambulancia, los paramédicos se bajaron mientras yo les daba algunas indicaciones, revisaron a Amelia y la subieron a la camilla de ambulancia que había y la metieron adentro de la ambulancia mientras yo me fui con ella. Pablo al igual se fue en otra ambulancia con mi hijo para que lo revisarán. 

- Díganles a los del hospital que preparen todo apenas llegué la Doctora Romero - Dije y el paramédico asintió - Quiero que apenas lleguen, los atiendan rápidamente. 

Estabamos rumbo al hospital mientras yo le apreté la mano suavemente a Amelia. Ahora si, ambos ya no estaban más en peligro y ya estaban devuelta conmigo pero me encargaré también de que Adrien se pudra en la cárcel y que jamás se nos volviese a acercar.


____________________

Hola, cómo están? Penúltimo capítulo y casi nos acercamos al final. 

Un abrazo :)

Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora