capitulo cinco: una bienvenida

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—Franco... Sara está saliendo con alguien más

Franco Reyes miró a su cuñada, esperando que dijera que estaba bromeando, sin embargo, pudo ver en el rostro de Juan y Norma que lo que le acababan de decir no era ningún chiste.

—Norma, dime que es una broma por favor.

Su cuñada bajó la mirada, incapaz de mirar el dolor en los ojos de Franco. Juan tomó asiento junto a Franco, y le frotó suavemente la espalda. Ahí fue cuando el menor de los Reyes rompió en llanto

La había perdido.

Cuando decidió irse, él sabía que existía la posibilidad de perderla para siempre. Franco sabía que Sara podría odiarlo, e incluso podría enamorarse nuevamente.

Pero Franco Reyes jamás pensó que dolería tanto.

Sintió como si alguien tomase su corazón y lo estrujaba, y comenzó a dolerle el simple hecho de respirar.

¿Cómo haría para verla con alguien más?

Franco creía que no podría soportar volver a verla.

—¿Pueden dejarme solo? -preguntó sin mirarlos-

—Franco...

—-Por favor, Juan, necesito estar solo.

Norma le hizo una seña a Juan, y ambos salieron de la habitación.

Franco observó su anillo de matrimonio, aquel que nunca había tenido el valor de quitarse, con la esperanza de que algún día, él volvería junto a Sara. Cada día Franco veía más cerca el día en que por fin Sara y él volverían a estar juntos...

Ahora, Franco sentía que ese día estaba más lejos que nunca, sentía que jamás llegaría ese día.

Muchísimas preguntas pasaron por la cabeza de Franco Reyes esa noche.

¿Había dejado de amarlo? ¿O simplemente se había resignado a que jamás volvería a verlo?

¿Sentía por ese hombre lo mismo que sintió por él?

¿Hace cuanto lo conocía? ¿Lo había superado rápido?

¿Sus hijos verían a ese hombre como a un padre?

y la que más se repitió a lo largo de la noche:

¿Ella era feliz?

Franco no se creía capaz de arruinar su felicidad. Si lo era, no se imaginaba a sí mismo intentando romper su relación, simplemente no tendría el valor de hacerlo.

¿O si?

....

—¿Cómo estás? -preguntó Jimena en cuanto Sara respondió el teléfono?

—Estoy bien, Jimena, ya te dije anoche

—No sé por qué, pero tenía el presentimiento de que te echarias para atrás

—Yo también, pero mi abogado vino hace un rato y le he entregado todo a él, no me creo capaz de terminar el tramite por mi misma.

—¿Has hablado con Albin?

—Está en una reunión, pero le he enviado un mensaje esta mañana diciéndole que debía hablar con él, vendrá a casa para almorzar

—¿Te has decidido a preguntarle?

—Si, ¿Por qué no? Pensé mucho en lo que me dijo Andrés, y tiene razón, prácticamente nada va a cambiar, mantendremos nuestros negocios separados un tiempo, y ya.

—Estoy muy orgullosa de ti, lo sabes, ¿verdad?

—¿Orgullosa? ¿Por qué? -río Sarita-

—La Sara que yo conozco jamás se habría atrevido a hacer lo que hiciste

Happier {Sarita x Albin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora