capitulo nueve: un sentimiento de culpa

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Franco sintió a Sara resistirse por un segundo, pero no pasó mucho tiempo para que ella misma se pegara más a él, correspondiéndole. Franco puso una de sus manos en su cintura, mientras dirigía a Sara hacia la pared más próxima a ellos.

Sara no sabía qué le pasaba, pero simplemente no podía despegarse de él. Pasó sus brazos alrededor del cuello de Franco, intensificando el beso mientras abría levemente la boca permitiéndole el paso a su lengua para que librara una pequeña batalla con la suya.

Las manos de Franco se movieron hacia los bordes de la camisa de Sara, deslizándose dentro de ellas sintiendo el calor de su cuerpo al tocar su estómago.

Ambos estaban ardiendo, y nada tenía que ver con el clima que hacía en la hacienda.

Con delicadeza comenzó a subir sus manos por su abdomen hasta toparse con su brasier. Franco los apretó suavemente, al mismo tiempo que abandonaba la boca de Sarita para dirigirse a su cuello y devorar aquella zona que lo volvía loco.

—¡Sarita!

La voz de Albin hizo que Sara reaccionara, alejando rápidamente a Franco de ella. Él tenía una sonrisa burlona en su rostro, y estaba a punto de reírse, Sara le cubrió la boca con la mano para evitar que emitiera sonido alguno

—¡Sarita! -Volvió a gritar Albin, esta vez un poco más cerca-

Por suerte estaban rodeados de fardos, Sara obligó a Franco a agacharse para disminuir las posibilidades de ser vistos, cuando sintió los pasos de Albin acercarse, se preparó mentalmente para la discusión que se vendría.

—¡Albin! -era la voz de Gaby- ¿Estás buscando a mi mamá?

—Si, tu tía Norma la necesita, tu mamá dijo que vendría afuera

—Ya volvió adentro de la casa, solo vino a vigilarnos pero luego regresó adentro

Albin suspiró, y le agradeció a Gaby antes de comenzar a caminar nuevamente hacia la casa. Sarita sintió como su alma regresaba a su cuerpo al sentir a Albin alejarse, esperó unos segundos más antes de soltar a Franco.

El ojiazul estuvo a punto de decir algo, pero en cuanto se puso de pie, Sara le proporcionó una cachetada que resonó en toda el área

—Eres un desubicado -Escupió mientras lo acusaba con el dedo- Si antes no quería volver a verte, ahora muchísimo menos.

—¿Vas a engañarte a ti misma? Sara, yo no te obligué a corresponderme, tú sigues sintiendo cosas por mi.

—Pero claro que siento cosas por ti, ¡Pedazo de idiota! estuvimos juntos casi quince años, ¿Como demonios pretendes que me olvide de ti tan rápido? Pero que siga sintiendo cosas no significa que desee regresar contigo

—Al final solo nos haremos más daño estando separados, Sara.

—Daño me haces tú, poniéndome en esta situación, haciéndome arriesgar mi relación con el mejor hombre que he conocido

—¿Acaso ese estupido es mejor que yo?

—Si, lo es.

Sara no mentía, Albin era mejor que Franco en muchísimos sentidos.

Lo que Sara no podía asegurar, es que Albin fuese lo que ella necesitaba.

Pero eso no se lo admitiría a Franco, jamás.

—Que seas muy feliz, entonces. No volverás a oír de mí, perdóname por querer recuperar al amor de mi vida.

Franco se alejó a paso firme, sin detenerse ni por un segundo a verla.

Happier {Sarita x Albin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora