Happier {Sarita x Albin}

capitulo doce: Final (A)

Final versión (A) 

Amor para tu vida 

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Sara creía que sería más difícil aceptarlo. Pero su corazón le había hablado.

No tenía que seguir pensándolo, simplemente lo sabía.

Su relación con Franco jamás sería la misma, su vida ahora estaba junto a Albin Duarte.

Sara sabía que sería difícil para Franco digerir lo que había decidido, pero no podía intentar remendar una relación que ya estaba dañada.

Quería una nueva oportunidad, y solo Albin Duarte podía darle esa oportunidad.

Ese Español de acento encantador, le había robado el corazón, y no tenía intenciones de devolverlo.

Sacó su teléfono para escribirle un mensaje a Franco

"¿Puedes venir a la hacienda? le diré a Albin que lleve a los chicos a la escuela, necesito hablar contigo"

Presionó el botón de enviar, y dejó su teléfono a un lado.

Dos toques en la puerta la sacaron de sus pensamientos

—¿Franco viene por los chicos? -Albin asomó su cabeza dentro de la habitación- Buen dia, por cierto

—Buenos días -sonrió ella- ¿Puedes llevarlos tú?

—Claro que si, voy a apurarlos, están desayunando hace mucho y llegarán tarde, nos vemos en un rato

Sara asintió mientras se levantaba de la cama y Albin cerró la puerta, bajando a la cocina e indicandole a los dos jóvenes que debían apresurarse.

Diez minutos después Sara bajaba a la cocina, justo en el momento en que Andrés y Gaby agarraban sus mochilas

—¡Adiós, mami! -Gaby corrió a saludarla seguida de Andrés-

Ella los abrazó, y ambos corrieron tras Albin para subirse al auto. Un rato después de que Albin saliera, una camioneta parqueo frente a la casa de Sara, Franco se bajó y caminó hacia la casa rápidamente.

—Buen dia -lo saludó Sara en cuanto lo vio entrar- ¿Quieres un café?

Franco le devolvió el saludo y asintió, ambos tomaron asiento en la mesa del comedor. Sarita dudó sobre cómo debía comenzar esa conversación.

—Franco... no puedo

—¿Que no puedes?

—No puedo olvidar lo que pasó, disculp-

—Espera, ¿Me estás diciendo que lo nuestro realmente se acabó?

Sara asintió, y Franco sintió las lágrimas amontonarse en sus ojos, las dejó salir, incapaz de contenerlas.

En el fondo, él creía que aquella era una batalla ganada, y que Sara sin duda lo elegiría...

definitivamente se había equivocado.

—Franco, yo a ti te voy a amar toda mi vida, es un sentimiento que no puedo controlar, te quise, te quiero y te querré, pero nuestra relación se ha roto, y aunque lo intentemos, jamás va a ser lo mismo.

—Creo que lo mínimo que merezco es tu rechazo

—-No sé si mi decisión es demasiado egoísta, y si lo es, no me arrepiento, quiero darme una oportunidad, Franco, una oportunidad de que me amen sinceramente, sin engaños de por medio, no quiero volver a estar en una relación donde debo estar adivinando si dices la verdad o me estás mintiendo-