capitulo siete: un intento

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Ya habían pasado dos horas desde que Juan, Norma y Franco regresaron a la hacienda Reyes junto a Andrés y Gaby.

Luego de una larga charla con sus hijos bajo la mirada atenta de Sarita, Franco le había pedido que les permitiera quedarse en casa de Juan esa noche. 

Sara aceptó, y sus hijos no dudaron ni un minuto en correr escaleras arriba para buscar una muda de ropa.

—Juan, llevate mi camioneta, pueden venir a buscar el caballo mañana.

—No te preocupes por Nerón, Juan, ya me encargo de guardarlo en las caballerizas

Los dos jóvenes se despidieron de Sara y Albin, Franco no pudo evitar sentir celos cuando Gaby se detuvo a mitad de camino hacia la camioneta, solo por que se había olvidado de darle un abrazo a Albin, quien en ese momento volvía de las caballerizas.

Gaby se aferró fuerte a aquel hombre al decirle adiós, que Franco solo quería borrarle la sonrisa de una paliza.

—Calmate, Franco -Juan habló por lo bajo, para evitar que lo escuchara el resto de la familia-

—No puedo, no soporto verlo cerca de mi familia

—Con esa actitud, no conseguirás nada, relajate

Sara había observado la escena desde adentro de la casa, y tan solo con mirar a Franco, podía asegurar que a él no le estaba gustando nada las muestras de cariño entre Albin y sus hijos.

Franco se giró para mirar a Sara una última vez antes de entrar a la camioneta, y para su mala suerte, en ese momento Albin llegaba junto a ella para abrazarla por detrás.

Franco supo que no sería fácil para él deshacerse de esa imagen.

Cuando ella y Albin quedaron solos en la casa, él intentó mejorarle el ánimo de mil maneras, pero simplemente no había caso. 

Ambos subieron a la habitación que ahora compartían y se prepararon para ir a la cama, cuando salió de la ducha, Albin escuchó sollozos provenir de la habitación principal. 

Los llantos de Sara se intensificaron al sentir los brazos de Albin alrededor suyo. 

—¿Quieres algo? 

—¿Me puedes traer un té, por favor?

Él asintió y le plantó un beso en la frente antes de bajar a la cocina

……..

Franco sonrió por primera vez desde su regreso al ver a sus hijos plácidamente dormidos sobre su cama. 

Pensó en irse a intentar descansar al cuarto de al lado, pero la voz de Gaby lo detuvo cuando estaba a punto de salir del cuarto

—Papá -susurró la joven, estirando los brazos hacia él como si fuera un bebé- Quédate conmigo

Franco se acercó a su hija y se acostó a su lado, sintiendo a Gaby abrazarlo inmediatamente, durmiendo refugiada en los brazos de su papá.

Al menos aún los tenía a ellos. 

….. 

Albin cerró la puerta de la habitación y la vio en el mismo estado que él la había dejado diez minutos atrás, sentada en la cama, escondiendo su cara entre sus piernas.

Al menos, ya no se oían sollozos. 

Albin se sentó a su lado en la cama, colocando la bandeja de madera con las dos tazas de té cuidadosamente sobre el colchón.

—Amor -Susurró llevando una de sus manos al brazo de Sara, acariciandolo suavemente para llamar su atención

Sarita levantó su cabeza por primera vez en media hora, se veia fatal, sus ojos, irritados por el llanto estaban completamente rojos, y su mascara de pestañas se había diluido entre lagrimas, y caia sobre sus mejillas, creando delgados hilos negros desde sus ojos hasta su mejilla, a la altura de sus labios.

Happier {Sarita x Albin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora