2. Ojos esmeralda

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Su madre murió al darlo a luz y su padre, quién estuvo presente durante 8 años de su vida, falleció en un enfrentamiento, contra uno de los grandes clanes. Su honorable padre, fue un importante guerrero Samurai.

Después de aquel acontecimiento, el pequeño fue llevado por la mujer que estaba a cargo de él, a otro pueblo, en busca de su abuelo, quién podría cuidarlo.

En el camino, las lágrimas caían silenciosas por sus mejillas, mientras que sus manos, sostenían la Katana de su fallecido padre, abrazando el arma, llevando consigo el recuerdo.

Cuando al detenerse en una pequeña casa, al alzar su mirada, encontrándose con él anciano, corrió hacia sus brazos, sintiéndose seguro.

El hombre le agradeció a la mujer.

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Desde aquél día, 10 años habían pasado.

Para Yuuji, tener a su abuelo era más que suficiente. A pesar de que debía parchar sus kimonos, trabajar duro, teniendo una vida humilde, se las arreglaban cosechando sus propios alimentos.

Era feliz trabajando en la aldea, a pesar de ser un Omega era bastante fuerte, cosechaba vegetales en el huerto de su abuelo, cortaba leña y ayudaba al anciano en otras tareas.

Pero con el pasar del tiempo, la salud del hombre se había deteriorado, teniendo que mantener reposo en cama, permanentemente.

Yuuji, es un joven amable, bondadoso y confiado, pero a pesar de su condición como omega, no se deja dominar o intimidar por ningún Alfa, recordando parte del entrenamiento que su padre le había dado.

Su padre fue un samurai muy honorable,  amable. Cariñoso con su cachorro y fuerte.

Una sonrisa se dibujo en su rostro, al recordar al hombre.

Aquella vez ambos se encontraban sentados en el tatami, Jin se encontraba haciendo el mantenimiento y limpieza de su katana, mientras que él observaba los árboles de cerezo, que se encontraban en el jardín.

—Yuuji, — Menciono el Alfa, con suavidad.

— Mmm,— Tarareó el pelirosa en respuesta, volteando la mirada hasta su padre.

— Está katana, será tuya algún día cachorro,  cuando ya no esté en éste mundo.

El niño hizo un puchero, observando el arma que su padre sostenía con tanto respeto y delicadeza.

Notó la inscripción que yacía en la hoja, curioso decidió preguntarle por ella.

—¿Qué es lo que dice papá?.

Una risa suave y una mirada nostálgica se reflejaron en el hombre.

—"El amor guiará tú camino", — Leyó

"Nunca lo olvides Yuuji"

El recuerdo de aquel día se desvaneció, cuando notó el aroma cargado a miedo en el aire, algo estaba sucediendo en el pueblo, por lo que detuvo su trabajo, dejando atrás el hacha. Ya tenía suficiente leña para mantener a su abuelo caliente.

El invierno estaba cerca.

Se limpió el sudor de la frente con un paño y arregló las mangas de su kimono.

Su abuelo solía regañarlo por usar aquellas viejas telas parchadas, pero para él, eran un recuerdo de Jin, su padre solía dárselos, llevando una vestimenta tradicional.

Camino para averiguar lo que estaba sucediendo y al acercarse, su nariz picó y su cuerpo comenzó a temblar, ignorando aquello, continuo con sus pasos hasta encontrarse con la imagen de un hombre grande, de ojos rojos y piel tatuada, que sostenía del cabello a una Omega.

Sana mi Corazón | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora