16. La ayuda había llegado

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Tres meses pasaron, sin embargo no habían tenido noticias sobre Sukuna, cómo tampoco sabían la ubicación actual de aquel terrible Alfa.

Tiempo y días en los que Yuuji se encontraba temeroso pero a la vez se mantenía fuerte por su cachorro.

El mayor solía velar por su sueño, durmiendo tan solo unas horas para posteriormente hacer guardia durante la noche.

Para el Alfa cuidar del Omega era primordial.

Toji dejó atrás su habitual rutina para concentrarse en el pelirosa, teniendo en cuanta que la fecha de parto se encontraba cerca.

Los trabajos en el pueblo cesaron y el Alfa se aseguró de tener la suficiente comida para cuidar de su compañero, además de lo necesario para la llegada del cachorro.

Se mantenía fuerte, pero solo quería tenerlos a ambos en sus brazos. Esperaba que su deseo se hiciera realidad.

El miedo a perderlos a veces lo invadía.

Y si bien había ignorado las súplicas de su prima para que dejarán aquel lugar, yéndose con ella para resguardarse, él mayor no podía dejar desprotegida la aldea en la que vivían.

Después de todo, en aquel lugar comenzó su historia.

Pero a veces olvidaban aquello. Todo el miedo y la inseguridad por su futuro incierto, para perderse entre caricias y besos, disfrutando al máximo de su compañía.

Regocijándose en el amor que sentían.

Actualmente, Toji se encontraba observando a Yuuji, quien yacía acostado en su nido, acariciando su barriga de 7 meses de embarazo.

Una dulce sonrisa pintaba el rostro del menor, mientras pasaba con suavidad los dedos por la piel de su abdomen.

Estaba tan perdido en la belleza de su compañero, que no notó el brillo en sus ojos, como también el sutil carmín que coloreaba sus mejillas.

Su voz lo sacó de su burbuja mental.

— Toji, ven aquí, — Ronroneo llamándolo, su aroma se había tornado extremadamente denso y placentero.

Obediente, se acercó, sentándose en el borde del nido compuesto de pieles, suaves telas y parte de su ropa.

Lo observó, divirtiéndose con la lujuria reflejada en los ojos color miel, los cuales  recorrían con ansias todo su cuerpo.

Se encontraba desnudo tras haber tomado un baño, por lo que su cabello se encontraba húmedo y algunas gotas de agua, bajaban por su pecho.

Lo vió montarse en su regazo lentamente y aferrarse a su cuello.

Su aroma se tornó más empalagoso, acaparando toda la habitación y la mancha que empapaba su excitada entrada, mojaba sus carnosos muslos.

Sujeto la cadera del menor, acariciando suavemente la piel, acercándose aún más para depositar pequeños besos en su cuello.

Tan solo una sensual lamida en la marca que los unía bastó, para que un exquisito gemido brotará de esos rosados y afelpados labios.

Chupó y decoró la piel con pequeñas marcas de amor, deleitándose con los gemidos de su pareja.

Por su parte, Yuuji balanceó sus caderas disfrutando del roce de la dura polla del Alfa.

Sus dedos se aferraban a su cabello, enredándose y jalando las delgadas hebras.

Observo el rostro de su amado, perdiéndose en esos ojos verdes que brillaban. Una boca constituida por unos delgados labios, con una  cicatriz puesta del lado derecho.

Sana mi Corazón | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora