CAPÍTULO 11

1.9K 141 5
                                    

—No todos los días cumples cuatro meses.

—Y no te hare caso, no vamos a hacer eso.

—¿Qué podría salir mal? —alzó las cejas.

Me cruce de brazos negando rotundamente. No quería hacer esa gran locura que se le había pasado por la cabeza. Tenía demasiada imaginación como para venir a añadir todavía más azúcar al chocolate.

—Vamos, Rose no te voy a dejar caer. Ya te he cargado muchas veces, esta vez no será diferente.

—Si Roselyn, anímate —Frank choco contra mi hombro —. Yo voy a por Jules y tu con Chase. Gustav con Marie y Bruce con Nancy.

—¿Y yo que? —pregunto el amigo del quien siempre me olvidaba su nombre.

—Te ves bien respirando —Jules le alzo los pulgares.

Suspire repasando con la mirada a cada persona en la plataforma del yate. Habíamos pasado la noche aquí y por la mañana lo único que hicimos fue nadar en el mar. Ellos nadaron, yo no, me aterraba un poco. Ahora intentaban hacer competencias por cargar a las chicas y quien más resistiera iba a hacer la cena.

Claramente cada uno de ellos tenía una idea diferente de lo que significaba cena, así que si, teníamos que competir por salvar la comida. Sonaba un poco raro porque normalmente nadie hubiese querido cocinar, pero en este caso, nadie iba a dejar que Gustav o Frank cocinaran.

Gustav era uno de los amigos de Chase, de quien también olvidaba mucho su nombre y el otro se llamaba...

—¡Edison! —chillo Jules dándole un empujón.

Si, Edison. Bueno, en unas horas quizás y me olvidaba de su nombre.

—Rose.

Chase tomo mi mano intentando abrazarme. Quería convencerme, pero no iba a dejarme con facilidad. Presione mi agarre haciendo un mohín y evitando mirarlo. Chase me hacía caritas tiernas para que le hiciera caso a lo que los demás se reían poniéndome como un tomate.

—Vale ya —me harte.

—¡ESO ES! —gritaron Frank y Jules al unísono.

Chase tiro de mi brazo, sujeto mi rostro entre sus manos y aplasto sus labios contra los míos dándome un beso que me dejo sin aire. Le quede mirando un poco socarrona, Chase alzo los hombros tirando de mi cintura.

—Eh, eh —lo detuvo poniendo un dedo en su frente.

—¿Confías en mí, Rose?

—Eso depende.

—¿Depende de qué?

—No confío cuando Jules esta alrededor.

—HEY —espeto Jules.

Nos miramos divertidos viéndola irse hacia el lado de Edison. Chase tomo mi muñeca acercándome al lado de los chicos. Nos quedamos frente a frente en una línea recta de puras chicas. El me alzo las cejas poniéndose en cuclillas, los demás hicieron lo mismo a excepción de Edison que estaba sentado contando el tiempo.

El timbre del cronometro sonó acelerando a los chicos. Cerré los ojos sintiendo que Chase pasaba sus manos en la parte trasera de mis piernas, luego los abrí encontrando frente a mí el piso, estaba a pocos metros de caer.

—¡Cambio! —exclamo Edison.

Automáticamente Chase me dejo en el suelo, abrió los brazos esperando a que saltara, no sé qué fue lo que hice peor termine agarrada a él. Pasaron varios minutos hasta que volvió a bajarme. La escena de cambiar la forma en que nos sujetaban cambio momentáneamente cada diez segundos del cronometro.

La chica del teléfono rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora