CAPÍTULO 6

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Frank nos llevaba la delantera metiéndose entre los autos que avanzaban por la carretera. Las chicas gritaban levantando sus manos, sus cabellos se movian por la brisa que venia del océano creando un viento mas frio que en la misma ciudad.

Pasamos cerca de la costa, vimos una larga línea de arbustos a la que le siguió arena y termino en la orilla del océano chocando levemente. Apoye un lado de mi rostro en la espalda de Chase escuchando los golpes del océano contra la arena, él sonrió levantando la mano al rubio.

Por poco creí que íbamos a continuar detrás de ellos, pero Chase se metió entre dos autos que despistaron al trio de la moto. Subió una colina en la que acelero todavía más alejándonos de las costas hacia los alrededores de la ciudad, cerca del boulevard.

Me separe un poco abriendo los brazos y presionando mis piernas a las piernas de él. Chase aceleró poco a poco con cuidado. Creo que de algun modo intentaba saber si me sentía bien con la velocidad.

—Voy a tomar los cascos.

—¿Ahora? —pregunte volviendo a sujetarme de su cuerpo.

Él asintió frenando cerca de un puesto de frutas. Bajamos de la moto y abrió el capo del que tomó dos cascos, uno negro y otro rojo. Iba a pedirle el negro porque lo había visto varias veces con el rojo, pero Chase prefirió darme ese y quedarse con el negro. Nos pusimos los cascos y volvimos a subirnos.

—¿Te gustan las acrobacias, Rose?

—Depende de las acrobacias —murmure apoyando mi barbilla en el hueco de su hombro.

—Levantare la moto.

—Vale.

—Si tienes miedo me lo dices y paro.

—Vale.

—¿Vale? —se burló —, el otro día no te vi cómoda con las piruetas.

—Es que no las quería.

Se quedó callado por unos segundos que me parecieron vergonzosos. No me gustaba pensar en Drew, nunca había querido nada con él, mucho menos ahora que estaba tan cerca de volverme la amiga de Chase Carter.

Drew era simplemente irritante, agobiaba mi mente, quería aparecerse en todos lados y no sabía lo que un "NO" significaba, ni tampoco preguntaba sobre cuan cómoda estaba con cada acción que hacia a mi persona. Algo distinto en Chase.

—¿Él era tu novio?

—No —masculle, arrepentida de repetir esa escena en mi mente.

—Bueno —se relajó un poco —, iremos por el túnel.

No dije nada más apegando mi cuerpo al suyo. Chase acelero de a pocos, casi ni se sentía la velocidad una vez que había llegado al máximo. Ingreso al túnel, no quedaba ni un vehículo, solo nosotros avanzando en el vacío de los lamparines.

El acelero creando un ruido con eco y fue levantando la llanta de la moto a medida que avanzábamos más despacio. Chase se reía e intentaba seguirle, pero cuando note que no iba a dejarme caer, abrí los brazos, tire la cabeza hacia atrás y deje que el viento jugara contra nosotros.

Soltamos unos gritos de liberación que me hicieron olvidar cualquier problema que atravesara mi mente. Sentía seguridad estando con Chase, sentía que podía volar y de algún modo él no sería quien me retuviera de hacerlo, sino quien me empujara para arriesgarlo todo.

—Voy a acelerar —avisó.

Asentí presionando mis piernas contra las suyas. Él aceleró bajando la moto e hizo que se sentara sin siquiera atraer el golpe a nuestros cuerpos. No tenía idea de porque era tan bueno conduciendo, dudaba mucho de que le gustaran las carreras de motos.

La chica del teléfono rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora