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♪♫♩ "So close, no matter how far
Couldn't be much more from the heart
Forever trusting who we are
And nothing else matters
Never opened myself this way
Life is ours, we live it our way
All these words, I don't just say
And nothing else matters"♪♫♩

Miraba por la ventana el pequeño paisaje, solo caravanas. Las recorrí con la mirada una a una, todo completamente en silencio. Hasta que llegué a una, de ella salió un chico, lo reconocí, es el que veía cada mañana, al salir el sol. Él llevaba solo unos vaqueros negros, con el pecho desnudo y todas sus cadenas. Su largo y rizado pelo se movía al aire, llevaba en su boca un cigarrillo o quizás era hierba. Podría mentir, pero no lo haré, se veía jodidamente atractivo. Giró su vista hacia aquí. Rápidamente me agaché y escondí mi cabeza rezando para que no me hubiese visto. Decidí quedarme ahí sentada un tiempo, calmando mis nervios.
Miré mi reloj, las 08:30 —no llego— pensé, me levanté y salí corriendo por la puerta hacia el instituto.

Llegué a tiempo, tomé asiento en una de las últimas filas de la clase y me puse mis cascos esperando al profesor. Cuando llegó comencé a prestar atención, pero no mucha, nada que explicaran en este sitio me interesaba precisamente. Aún no tenía claro a qué me quería dedicar de mayor, pero de las asignaturas que se dan aquí, ninguna en particular me interesa demasiado.
Alguien entró en la clase pegando un portazo, todos giraron la vista hacia él.
—Lo siento— dijo, caminó hacia el único asiento libre, y si, tenía que ser el que estaba al lado del mío. No me sorprende, teniendo en cuenta que no tengo muchos amigos aquí. No es que le caiga mal a la gente, bueno, o si, no lo sé en realidad. Solo soy una rarita más, simplemente me gustan cosas que a los demás de mi edad no.
El chico separó la silla de la mesa y se sentó, muy cerca a mi, para ser exactos, me alejé un poco con la silla. Era el repetidor, tenia 19, mientras que los demás teníamos 17. Le miré de reojo, soy curiosa y su presencia me inquieta.
Él me estaba mirando, sin vergüenza alguna. Giré mi cabeza para pillarle desprevenido. Él agachó la cabeza sonrojado y sonrió. Yo solo me giré algo confundida. ¿Por qué me miraría a mi? ¿Me habrá pillado esta mañana cuando le estaba observando? Ahora la avergonzada era yo.

La clase terminó por fin, me levanté y fui a la biblioteca, teníamos una hora libre ya que un profesor había faltado, el Sr. Clarke. Abrí mi libro por el capitulo 42, comenzaba a leer algunas escenas un poco subidas de tono. No debería leer esto en público, pero nadie me estaba viendo, o eso creía. Los minutos pasaban, empezaba a tener calor y no por la temperatura en el lugar, seguí leyendo muy intrigada en la novela hasta que sentí una respiración agitada en mi espalda. Me giré asustada, ahí estaba otra vez, el mismo de antes.
—¿Necesitas algo, Munson?- pregunté.
—¿Eso es lo que quieres que te hagan?- dijo con una sonrisa pícara.
—¿Que?
—Tu novela, capítulo 42.
—¿Cuánto rato llevas leyendo?- dije avergonzada.
—Lo suficiente— guiñó un ojo y dió media vuelta.
Cerré mi libro y lo metí en mi mochila, sintiéndome ridícula. Agarré mi mochila de nuevo y salí del instituto. Solía escaparme muchas veces, la mayor parte del tiempo me aburría en ese sitio. Caminé hasta el bosque y me senté apoyando mi espalda en un árbol. Saqué mis cascos y encendí mi cassette.

♪♫♩ "Someone to love me
You know she makes me feel alright
Someone to need me
Love me every single night
Feel so happy since I met that girl
When we're making love it's something out of this world
Feels so good to know that she's all mine
Gonna love that woman 'til the end of time
Someone to live for
Love me 'til the end of time
Makes me feel happy
Good to know that she's all mine"♪♫♩

Escuché un fuerte crujido de las ramas, me quité mis cascos, la canción se podía escuchar todavía de lo fuerte que tenía el volumen. Me levanté asustada, miré a mi alrededor, no se veía nada fuera de lo común, caminé un poco para asegurarme. Nada. Retrocedí fijándome en cualquier cosa que pudiera pasar y entonces choqué con alguien.
Me giré asustada pegando un pequeño salto y un pequeño gritó.
—Perdona, no pretendía asustarte. ¿Estas bien?— allí estaban otra vez esos ojos mirándome. No me despegaba de él de ninguna manera.
—¿Otra vez tú?— respiré profundo por el susto que acababa de tener.
—Yo también me alegro de verte— dijo riendo.
Yo retrocedí sin darme cuenta, supongo que la presencia de Eddie me asusta de alguna manera, y más después del susto que me acaba de dar. Él dió un paso hacia mí y se agachó acercando su oreja a mis cascos. Levanté una ceja, confusa.
—¡¿Te gusta Black Sabbath?!—dijo muy asombrado y emocionado.
—¿Si?—dije todavía confundida.
—Nunca había conocido a nadie que le gustase— siguió sonríendo. Su sonrisa era preciosa, sus labios rosas y perfectos. Combinado con su cara, tan delicada y sus ojos marrones. Su pelo despeinado. Su mandíbula marcada y... Aparté la mirada lo más rápido que pude y agaché mi cara, que probablemente estaba roja. Él puso su mano en mi mentón y levantó mi cabeza.
—Eres adorable cuando te sonrojas— rió
Yo no quería hablar más, solo salir corriendo. Seguí escuchando mi música y agarré mi mochila. Empecé a caminar, concentrada en la canción. Intentando olvidarme de lo que acababa de pasar. Pero él no se rindió.
—¡Ivy!— frené en seco. Y sin girarme pregunté —¿si?— él vino corriendo
—¿A donde vas?
—A mi casa— creo que acababa de tartamudear
—¿Te puedo acompañ-
—No. No es necesario, gracias.— caminé más rápido. Quería salir cuanto antes de allí. Estaba increíblemente nerviosa.

𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒 ↺eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora