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Mis ojos comenzaron a abrir, mi vista estaba borrosa, tarde unos segundos en analizar donde estaba, ya que eso definitivamente no era mi cuarto. Reconocí unas esposas colgadas al borde de la cama. A mi lado estaba mi ropa, giré mi cuerpo para ver el otro lado. Allí estaba Munson, era precioso dormido. Su pelo despeinado y su cara girada hacia mí. Una fuerza estaba ejerciendo sobre mi cintura. Levanté un poco la sábana para poder ver su brazo, sujetandome. Intenté apartarlo con suavidad pero él se movió y fortaleció su agarre. Me pegó a él, estaba completamente pegado a mi, abrazándome. Esta vez no lo aparté solo me quedé ahí. Era reconfortante. Mi respiración iba muy deprisa y mis latidos aceleraban por momentos. Eddie se frotó sus ojos y los abrió lentamente, hasta que pudo mirarme. Yo le sonreí nerviosa. Quitó sus brazos de mi en cuanto fue consciente.
—Lo siento, no quería molestarte
—Tranquilo, no me molestaba
El silencio entre nosotros se hizo incómodo. Me levanté de la cama. Eddie me miró anonadado. Abrió mucho sus ojos mirando el borde de mi camiseta.
—¿Tengo algo o que?
—No, quiero decir— Eddie nervioso había vuelto, pero esta vez no apartó la mirada ni un segundo —La camiseta y tus bragas
Agaché mi vista para ver cómo la camiseta se había enganchado en el borde de mi ropa interior y se podía ver. La bajé inmediatamente notando como me ruborizaba. Eddie se levantó también.
—Bueno, ahora sí me tendré que ir— dije poniéndome mi pantalón —Gracias por dejarme pasar la noche contigo
—No me des las gracias por eso, y lo repetiremos sin duda, aunque para la próxima pasamos la noche juntos pero sin dormir— me guiñó un ojo
—Sigue soñando Munson— dije saliendo de su caravana. Me tomé lo que había dicho como una broma, él siempre bromea.

Pasé toda la mañana pensando en Eddie. En lo que había pasado en tan pocos días. Nunca había sabido nada de él, pero acepte dormir con él sin apenas conocerle, sin pensármelo. ¿Como es posible que una persona te haga sentir tan segura a su lado para que aceptes dormir con él sin dudarlo? Además soy la persona mas indecisa del lugar, dudé en ir al lago con Nancy pero no pensé ni dos veces en dormir con Munson. Ahora me interesaba saber más de él, no era para sentirme cómoda, esa es la cosa, que él me hacía sentir cómoda sin apenas saber nada de él. No podía dejar de cuestionarlo. Era tan increíble la manera en la que Eddie me hacía sentir. Me sacaba las mejores sonrisas que he podido tener, me lo he pasado mejor con él en menos de 3 días que con cualquier otra persona los demás años de mi vida. Es raro y da un poco de miedo, pero si tuviese la opción de cambiar la forma en la que Eddie me hacía sentir, no lo haría nunca.

...

Caminaba hacia los recreativos 'The Palace', Max me había preguntado si me apetecía ir con ella. No pasaba mucho por allí, pero ahora que poco a poco hacia nuevos amigos, me gustaba salir más de mi casa y pasar tiempo con ellos. Así que acepte su propuesta.
Cuando llegué al lugar busqué a Max entre la multitud, si que había bastante gente. Pude reconocerla, estaba muy concentrada en una de esas maquinitas, me moví hacia ella.
—Hola Max
—Hola Ivy
—¿Que tal estás?
—Bien— dijo todavía concentrada en el juego, en un momento dió un golpe en la maquina— Mierda— soltó al perder en el juego
—Bueno, ¿y que se hace aquí además de jugar?
—Solo jugar, ven, te enseñaré algunos de mis favoritos
Max me mostró algunos juegos como 'Dragon's Lair', 'Dig Dug', 'Centipede', 'Galaga' y 'Miss Pacman', ese último no se me daba mal. Cuando me quise dar cuenta había perdido bastante parte de mis ahorros.
—¿Tu sabes con quién irás al SnowBall?—Max preguntó
El SnowBall, se me había olvidado, es un baile que el instituto organiza al finalizar las clases, sé que es raro que haya dicho hace un día que fuimos al lago por que hacía algo de calor y ahora sea el baile de invierno, pero el tiempo en Hawkins es extraño. Puede que un día lleves shorts y al siguiente haya un baile de Navidad.
—¿Cuando será?
—Pasado mañana
—¿Y tu sabes con quién irás?
—Estaba pensando en preguntarle a Lucas, ¿crees que aceptará?
—Claro que si, está colado por ti y además él ya te lo pidió hace dos años
—Bien, entonces le diré, ¿y que hay de ti?
—Puedo ir sola, no me gusta ese rollo de bailar
—A mi tampoco, pero no sé, es un día para pasarlo bien, deberías ir con alguien
—No me importa no ir con nadie, además, cualquier día también puedo pasarlo bien
—Bien, cómo tu quieras— sonrió

...

Max se marchó a su casa, yo caminé hasta el bosque, conecté mi música y me senté en un árbol, saqué un cigarrillo y lo encendí.

♪♫♩ "You'll take my life, but I'll take yours too
You'll fire your musket, but I'll run you through
So when you're waiting for the next attack
You'd better stand, there's no turning back"♪♫♩

Otra vez un crujido sonó detrás de mí, esta vez me levanté y bajé mis cascos a mi cuello. Me giré para ver qué era. Pero no había nada, miré a ambos lados, hasta que unos brazos me agarraron de los hombros, di un pequeño gritó y me giré instantáneamente, ahí estaba Jason. Su grupo fue apareciendo por detrás. Yo temblé de miedo y retrocedí lentamente.
—No tengas miedo, solo queremos hablar contigo
Yo seguí retrocediendo, solo quería salir de ahí ahora mismo y que me dejaran en paz.
—¿Que escuchas? Déjame ver— Él agarró mis cascos y me los quito, intenté cogerlos, pero él los tiró al suelo —¿Que intentabas?— rió, su mano fue acercandose a mi, seguí retrocediendo muerta de miedo. Él se acercaba más, hasta que agarró mi cintura con una mano y mi brazo con la otra, lo apretó con fuerza.
—Sueltame, me estás haciendo daño— una lágrima cayó por mi mejilla
—Pero si la rarita habla— apretó con más fuerza mi brazo
Un puñetazo se estrelló en su cara, yo caí al suelo, no se si fue por el empujón que Jason me dió al sentir alguien pegándole o por el miedo que tenía pero desde el suelo observé la situación.
—Te dije que no la tocaras
Otra vez, ese ángel de la guarda, mi ángel. Eddie Munson rompia la nariz de Jason, pegándole en su cara una y otra vez. Jason no se rindió y le golpeó a Eddie, siguieron pegándose, el uno al otro sin parar. Los amigos de Jason le sujetaron y apartaron de él. Todos sabían que Eddie había ganado. Jason y sus amigos salieron corriendo.
—Eso, largaros, ¡cobardes!— Munson gritó con su cara ensangrentada. Fue hasta mi y me ayudó a levantarme del suelo.
—¿Estas bien? ¿Te han hecho algo? ¿Que te han hecho? —dijo histérico, levantando mi brazo y buscando posibles heridas. Yo, sin pensarlo, me lancé a él, le abracé con fuerza. Posando mi cabeza en su pecho, algunas lágrimas cayeron en su camiseta. Él me sujetó y abrazó.
—Ya estoy aquí, estoy contigo— susurró. Él se separó y camino un poco hacia un árbol, recogió mis cascos y se los puso. La música ya no sonaba.
—Lo siento mucho Ivy, ya no funcionan. Te juro que mataré a Jason.
Observé sus heridas agarrando su cuello.
—Gracias Munson, no entiendo cómo, no lo entiendo.
—¿Que es lo que no entiendes?— rió
—No entiendo como siempre apareces cuando te necesito, eres un ángel de la guardia.
—El tuyo— sonrió. Volví a observar sus heridas, alguna sangre derramaba de unas heridas en sus cachetes y tenía el labio partido.
—Te llevaré a mi casa, vamos.
—Estoy bien, Iv.
—Vamos, te he dicho.
Aceptó sin protestar más.

...

Senté a Eddie en mi baño. Busqué en un pequeño armario el botiquín. Saqué alcohol y un algodón. Me coloqué delante de él.
—Puedes agarrar mi cintura
—¿Que?— dijo riendo
—Lo digo para que hagas fuerza, esto te va a doler— él hizo lo que le dije y puso sus helados anillos sobre mi cintura. Puse el algodón en una de sus heridas suavemente, no quería hacerle daño. Él soltó un ruido en señal de dolor. Aparté el algodón.
—¿Te ha dolido mucho?
—No, estoy bien
Fui desinfectando sus heridas delicadamente. Él apretaba mi cintura algunas veces. Llegué hasta su labio. Lo miraba con apreciación. Después miré sus ojos. Él me miraba hipnotizado.
—¿Que tengo?— reí
—Eres preciosa— dijo sin apartar la mirada. Probablemente me acaba de sonrojar de la peor manera. Seguí mirando su labio y mordiendo el mío mientras una sonrisa se me escapaba. Puse una pequeña tirita en una de las heridas más grandes.
—Ya estas— pero él no soltó mi cintura
—¿He quedado guapo?— bromeó
—Precioso— reí
—Bien— se levantó. La diferencia de altura se pudo volver a notar. Me pusé nerviosa al ver como Eddie seguía mirandome desde arriba. Pero no bajé mi cabeza y seguí mirándole. Creo que fueron unos segundos mientras nos apreciamos el uno al otro, aunque para mí fue una eternidad.

Ya estaba anocheciendo, Munson fue hasta su casa. Yo me tumbé en la cama. Recordé los ojos de Eddie, sus ojos siempre brillan, es como algo mágico. Sus ojos son una de las cosas más bonitas que había visto. También recordé sus palabras, retumbando en mi cabeza una y otra vez. "Eres preciosa" "Eres preciosa" "Eres preciosa". Aplasté mi cara contra la almohada. No podía dejar de pensar en él.

𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒 ↺eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora