𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒 ↺eddie munson

10

—Hazlo de nuevo— volví a pasar mis mojados dedos por su espalda, haciendo el mismo recorrido que antes —Dame una pista
—Es un verbo y una banda— respondí
—¿Kiss?
—¡Si!
—Haz otra
Estábamos en la bañera de mi caravana, ambos desnudos. Eddie sentado delante mío, dibujaba y escribía en su espalda con mi dedo, lo que él tenía que adivinar. Eddie, mientras, frotaba y acariciaba mis piernas, que estaban a ambos lados de su cuerpo, con sus manos.
—Son 3 palabras
Dibujé una "I", seguida de un "Love" y terminada en un "You". Sonreí esperando su respuesta.
—Mmm, otra vez, porfavor— yo volví a repasar lo reciente escrito
—No lo sé, ¿que es?
—No importa— dije un poco desanimada, dejé un beso húmedo en su espalda.
—¿Salimos ya?— habló como un niño pequeño
—Vamos— dije arrastrando la "a"

...

Abrí mis ojos sin mover mi cuerpo, mi cabeza se movía de arriba a abajo con el ritmo del la respiración del pecho de Eddie. Mis brazos agarraban su torso, tirado en la cama. Él acariciaba mi brazo con su brazo por detrás de mí. Pusé mi pierna sobre él, enganchandome completamente a Eddie. Miré arriba para observar su rostro. Él sonrió viendo mi cuerpo y después bajó su vista hacia mi cara. Yo aparté la mia y fingí estar dormida de nuevo. Él solo se quedó observandome.
—Yo también te quiero—susurró
En un movimiento rápido besé sus labios con rapidez. Me quedé, después, a centímetros de su cara, él sujetaba mis manos sonríendome.
—¿No estábas dormida?
—¿No que no sabías lo que escribí?— volvió a besar mis labios, esta vez más intenso. Después volví a aferrar mi cuerpo al suyo en la misma postura. Él acarició mi pelo, apartandolo de mi cara.

...

Me senté frente al espejo del baño, en ropa interior, secaba mi pelo con el secador.
—¡Ivy!— apagué el fuerte ruido del aparato
—¿Que pasa?
—Tengo calor— miré su torso descubierto, él se apoyó en el marco de la puerta, frustrado
—¿Y que quieres que le haga?
—¿Me recoges el pelo?— dijo en tono muy bajo. Yo emocionada, me levanté de la silla y tiré de su brazo para sentarle a él. Recogí su pelo en la nuca, dejando algunos mechones de los laterales, fuera. Él se miró en el espejo varias veces.
—¿Me queda bien?
—Estas precioso— él giró la silla para sostener mi cara y besarme, me apoyé en sus hombros. Y después fuimos a vestirnos.
—¡Ivy!
—¿Ahora que ocurre?— grité buscando en mi armario
—Creo que necesito ayuda— fui hasta el baño, donde Eddie sostenía un lápiz de eyeliner. Él se giró para mirarme. Ví sus ojos, el eyeliner corrido por sus ojeras, párpados y incluso mejillas. Solté una pequeña risa.
—No te rías y ayudame— fui hasta él y limpié su cara. Le llevé hasta mi cama y agarré el lápiz con una mano y su mentón con la otra. Él miraba mi cuerpo una y otra vez, yo estaba aún en ropa interior. Acerqué mi cara a la suya para hacerlo con cuidado y pinté sus ojos delicadamente. Eddie intentaba pegar su boca a la mia una y otra vez.
—Deja de moverte o llegaremos tarde
—Es que quiero besarte— protestó
—Ahora no— seguí delineando sus ojos por unos minutos —ya está— sonreí mirando ambos ojos
—¿Ya puedo darte un besito?— reí y me acerqué hasta sus labios juntandolos con los míos. Él acariciaba mi cintura, sus manos estaban heladas, además de sus anillos. Mi cuerpo dió un escalofrío. Intenté separarme para seguir vistiendome. Pero Eddie seguía tratrando de besarme.
—Eddie, me tengo que vestir, no querrás que vaya así a la fiesta— dije entre beso y besó. Él paró de inmediato.
—Claro que no, esto solo lo puedo ver yo— caminé hasta el armario y busqué más ropa. Nada me gustaba en estos momentos, hasta que encontré la camiseta de hellfire de Eddie. Me la pusé con unas medias y una falda negra. Además de la chaqueta de cuero de Munson.
—Ivy, ¿te queda mucho?— gritó impaciente desde la entrada
—Ya estoy— caminé hasta él. Eddie me miró de arriba a abajo.
—¿Te has vestido de mi?— sonrió
—Pero a mi me queda mejor— le guiñé un ojo
—Eso por supuesto— abrió la puerta y ambos salimos hasta la fiesta. Nancy nos invitó.
Cuando llegamos allí todo el mundo nos miró mientras bebían, Dustin se acercó hasta nosotros.
—¡Eddie! ¿Que te has hecho en el pelo?— le miró algo extrañado
—Callaté imbécil, que estoy precioso— yo sonreí. Estaba un poco nerviosa, miraba a todo esa gente. Eddie lo notó y sujetó mi mano caminando conmigo, se agachó hasta mi inclinandose.
—Tranquila— me llevó hasta un pequeño sitio donde nos sentamos —Esperame aquí, traeré algo de beber, no tardaré— segundos después de que Eddie se levantó, Jason apareció. Miró mi cuerpo, lo que se me hizo incómodo y se sentó junto a mi.
—¿Por qué te juntas con ese?— puso su mano sobre mi pierna, la cual aparté —Mereces algo mucho mejor— la volvió a colocar
—No me toques
—Vamos Ivy, mirate y mirale, él no es nada. Tú necesitas alguien mejor, alguien como yo. Eddie es solo un friki, y mira tu cuerpo, él no necesita tanto, Munson es una mierda.— pusó su mano debajo de mi falda, tocando mi ropa interior. Sin aguantar ni un segundo más. Le tiré al suelo pegándole un puñetazo. Aún sin estar conforme me subí en su cuerpo estampando mis puños en su cara una y otra vez. Recordando sus palabras, lo que más me había molestado no era que me tocara, era todo lo que dijo de Eddie. La sangre seguia saliendo por su cara. "Mereces algo mucho mejor". Mi sangre hervía. Rompía su nariz. "Él no es nada". Ni si quiera era consciente de que toda la fiesta estaba alrededor nuestro. Muchos gritaban mi nombre, otros solo observan. "Munson es una mierda". Apretaba mi mandíbula mientras más puñetazos caían en su rostro. Alguien me levanto de él, sujetando mi cintura.
—¡No vuelvas a poner el nombre de Eddie en tu boca!— pataleaba gritando sin parar —¡¿Me oyes Carver?! ¡¿Ahora no dices nada?! —La persona que me sujetaba caminaba hacia atrás, hasta la puerta, sacándome del lugar, yo intentaba soltarme de su agarre.—¡Si vuelves a decir algo de él, te mataré!— grité lo último para que pudiese escucharme, cuando ya estaba fuera. Eddie me giró para que le mirase. Aún sujetandome con fuerza. Yo solo quería correr hasta Jason y seguir pateandole.
—¡Ivy! ¡Ya basta! ¡Respira!— miré su rostro, después mi ropa, llena de sangre. —¿Que ha pasado? ¿Que ha ocurrido?— aún miraba mi ropa
—Él hablaba de ti— sollocé —y mi sangre hervía— seguí tartamudeando. Le abracé con fuerza a su torso. Eddie acarició mi cabello y besó mi frente.
—No pasa nada— dijo tranquilizadome —pero no voy a negar que eso que has hecho es la cosa mas atractiva que he visto— rió, yo reí con él secando mis lagrimas —Lo digo enserio, creo que me he empalmado— me separé riendo y le pegué suavemente en su hombro. —Ahora quiero que me cuentes qué pasó y que te dijo— yo le conté la escena sin mencionar que me había tocado —¿Y algo más?— negué bajando mi cabeza —Ivy...
—Él tocó mis bragas, por debajo de mi falda— susurré. Miré su rostro furioso, sus ojos se abrían como platos mientras apretaba sus puños. Eddie caminó enfurecido hasta la fiesta, dando un portazo en la puerta. Caminé detrás de él intentando pararle, pero no pude.
—¡Jason!— él estaba sentado con un pequeño grupo a su alrededor, sostenía un papel, tapando la hemorragia de su nariz. Giró su cabeza asustado al oir su nombre.
Eddie corrió hasta él y agarró su chaqueta tirándolo al suelo de nuevo. Estampó el primer puñetazo sobre su cara. Jason gritaba de dolor.
—No vuelvas a ponerle la mano encima— siguió pegándole, esta vez sin freno. Yo, sabiendo que no podría pararle, caminé por toda la fiesta buscando ayuda. Encontré a Nancy, con Steve.
—¡Steve, Nancy! Ayudarme, porfavor, Eddie está pegando a Jason.
—¿No le acabas de zurrar tu?— preguntó Steve
—¡Vamos!— tiré de sus brazos y los llevé hasta la sala. Donde Eddie, muy violento, no dejaba de pegar a Jason. Sangre salía por toda su cara, salpicando en la camiseta de Eddie.
Steve se acercó hasta allí sujetando a Eddie. Y llevandolo hasta la salida. Algunas personas ayudaban a Jason de nuevo. Los demás reían viendo el espectáculo.
—¡Si te vuelvo a ver cerca de ella, te mataré! ¡A no ser que lo haga ella antes, Carver!— Munson gritaba mientras Steve nos sacaba de la fiesta.
—De verdad, que sois tal para cual— Steve cerró la puerta.
Eddie y yo caminamos por la carretera sin decir una palabra. Hasta que solté una carcajada y Eddie otra a continuación. Caminamos riendonos como dos descerebrados. No me gustaban las fiestas, pero está fue la mejor sin duda.