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Desperté en la cama de Eddie, escuchando las vibraciones de un sonido, mientras mi vista se aclaraba lentamente vi que estaba sola en la cama. Me levanté un poco aturdida girando mi cabeza para buscar algo que poder ver hasta que reconocí una persona. Contemplé la espalda de Eddie frente a mi. Él estaba sentado delante de su escritorio y tocaba su guitarra eléctrica suavemente. Sonreí admirando su espalda marcada y su pelo alborotado mientras escuchaba la música procedente de su guitarra. Me levanté sin hacer ruido y me coloqué detrás de él, acaricié su espalda con mis dedos subiendo y bajando por ella, observando su guitarra y sus dedos pasando por las cuerdas.
—Ivy, ¿te he despertado?
—No importa— sonreí
—Estoy practicando, dentro de poco daremos un pequeño concierto. ¿Quieres probar?
—¿Yo?
—Claro, ven— tiró de mi cintura echándose con la silla para atrás y empujó de mi abdomen para sentarme en su regazo. Pasó la guitarra por delante de mí. Agaché mi vista para observarla, era roja y negra.
—Nunca he tocado una— solté acomodándome en sus piernas
—Vamos, yo te enseñaré— agarró mis manos, colocó una de ellas sobre el cuerpo de la guitarra y otra sobre el mastil. Juntó sus manos a las mias en la misma posición, sentir sus dedos sobre los mios revolvió mi estómago y erizó mi piel. Él, al notar que no estaba cómodo pasó su antebrazo por delante de mi abdomen sujetando mi cintura con la mano y tirando de mi cuerpo para juntar mi espalda con su pecho descubierto. Apoyó su cabeza en mi hombro para llegar a ver la guitarra y volvió a poner su mano sobre la mia. Movió mis manos con las suyas sobre las cuerdas y el sonido empezó a salir de la guitarra. Cambiaba mis dedos de posición en el mastil y agitaba mi mano suavemente sobre el cuerpo de la guitarra. Miré de reojo su rostro, giré ligeramente mi cabeza para verle mejor, él ponía su lengua sobre sus labios, concentrado. Sonreí mirandole. Me moví un poco para acomodarme y volví a agachar la mirada para ver las cuerdas.
—¿Y cuando vais a dar el concierto?— moví mis muslos cambiando mi posición sobre él
—Dentro de unos pocos días. ¿Vendrás a verme?
—Puede ser
—Espero verte allí— volví a mirarle de reojo, él respiraba fuertemente. Siguió moviendo mis manos sobre las cuerdas. Noté algo clavándose en mi trasero.
—¿Que es lo que llevas en los bolsillos?
—Ivy— rió
—¿Qué?
—Este pantalón no tiene bolsillos— mi expresión cambió y mi cara comenzó a arder. Giré mi cabeza bruscamente para mirarle. Él también me miraba con una sonrisa amplia en su cara. —Es que no dejas de moverte— volvió a reir —Solo esperate unos minutos, no te levantes— hice lo que él me dijo un poco avergonzada hasta que moví mi cuerpo sin querer —Pero no te muevas— espetó rápidamente, después echó su cabeza hacia atrás, cerró sus ojos frustrado y dejó la guitarra sobre la mesa. Apretó sus dedos a mis muslos, el frío de sus anillos me provocó un escalofrío. Yo solo me quedé muy quieta sin saber que hacer, mordí mi labio mientras la velocidad de mi respiración aceleraba. Giré lentamente mi cabeza para observar las venas de su cuello. Sus tatuajes lo hacían aún más atractivo, si es que eso era posible. Su mandíbula marcada hacia perder mis sentidos. Relamía mis labios viendo su torso y a continuación sus brazos, su venas también se marcaban mucho. Él respiraba hondo intentando calmar su erección.
—Creo que no puedo— soltó una risa, nervioso. Bajó su cabeza para poder verme. Su cara estaba muy cerca de la mia. Miré sus ojos acercando mi mano hasta su pecho. Bajé la mano por su abdomen sin apartar ni un segundo la mirada de sus ojos. Él tampoco apartó la suya, pero su expresión cambió, frunció el ceño, confundido. Mordí de nuevo mis labios desabrochando su pantalón. Eddie bajó su vista abriendo ligeramente su boca, asombrado. Muy despacio metí la mano dentro de su boxer, él soltó un jadeo juntando su mirada con la mía. Cuando llegué hasta abajo puso sus dedos sobre mis ropa interior y los apretó, un gemido salió de mi al no esperarme eso. Nuestras pieles sudaban mientras las respiraciones se mezclaban. Nuestra mirada continuó, sus pupilas se dilataban al meter su mano dentro de mis bragas y sentir la humedad dentro. Él tenía una de sus manos sobre la mesa, yo pusé la mia sobre ella y la apreté para moderar las sensaciones de mi cuerpo. Ambos movíamos nuestras otras manos en la intimidad del otro. Pero lo más atractivo de todo esto era que mientras sudabamos, jadeabamos, gemiamos y nos tocábamos sin freno, ninguno quitó la mirada en los ojos del otro en ningún momento.

...

Caminaba por la carretera, había pasado la tarde en la biblioteca mientras estrenaba el regalo de Eddie, intentaba evadir los pensamientos que había tenido todo el dia de lo que sucedió esta mañana. Llegué hasta la casa de un amigo de Eddie, la música se podía escuchar desde lejos, caminé hasta el garaje abierto y vi a los chicos, se percataron de mi presencia pero siguieron tocando. Eddie no se dió cuenta de que yo estaba allí. Observé como tocaban algunas canciones, para ser sinceros, no se les daba nada mal. Munson agitaba su cabeza una y otra vez moviendo su pelo. Abrí la boca ligeramente viendo el movimiento extremadamente rápido de sus dedos en la cuerdas. Hasta que ellos terminaron la canción.
Eddie comenzó a hablar con los chicos y levantó la mirada para verme. Se acercó hasta donde yo estaba y me miró sonriente.
—¿Que haces aquí?
—He venido a verte— él amplió su sonrisa y sujetando mi cintura besó mi mejilla
—Ivy, ¿Vendrás mañana a vernos?— uno de sus amigos preguntó
—¿Mañana?
—Si, hemos cambiado el concierto a mañana
—Claro, iré
—Podrias venir a vernos a nosotros también, no solo a Eddie— otro de sus amigos comentó, los demás rieron
—Claro que no, idiotas— Eddie les dió una mirada fría y después volvió a girar su vista hacia mí —Su mirada es solo para mi
Ellos recogieron todo y se fueron marchando del lugar. Munson caminó conmigo hasta nuestras casas. Coloqué mis cascos y le di al play, sonaba 'Satellite of Love' de Lou Reed
—¿Te gusta Lou Reed?
—Solo algunas canciones, ¿y a ti?
—No es mi estilo, pero sé tocar algunas canciones con la guitarra
—¿Enserio? ¿Podría verte tocar alguna?
—Claro, ¿Ahora tienes tiempo?
—Si, esta bien
Entramos a su caravana, bajé mis cascos dejandolos en mi cuello y caminamos hasta la habitación de Eddie. Él agarró su guitarra y se sentó en la cama, movió sus dedos sobre ella dejando a la música salir, yo le observé intentando reconocer que canción era hasta que lo supe. No era una canción para tocar con guitarra eléctrica, pero Eddie tenía la habilidad para hacerlo, y sonaba muy bien.
—¿Sabes cuál es?— preguntó sin apartar la mirada de las cuerdas
—Claro, 'Perfect Day'
—Cantala
—¿Que? No
—Vamos, solo la letra
Moría de vergüenza, de verdad quería que yo la cantara. Reuní el valor suficiente y espeté la letra de la canción.
—No seas boba, cantala bien— puso sus ojos sobre mi, mi cara tornó roja al instante. Comencé a cantarla, el volumen de mi voz era muy bajo
—Más alto
Eddie elevaba mis nervios, pero subí el tono de mi voz
—"You made me forget myself"
"I thought I was someone else"
"Someone good"
"Oh, it's such a perfect day"
"I'm glad I spent it with you"
"Oh, such a perfect day"
"You just keep me hanging on"— mantuve mis ojos cerrados mientras cantaba para no ver la mirada de Eddie, que estaba clavada en mi. Él frenó sus manos y dejó su guitarra sobre la cama. Sé quedó mirándome por unos minutos sin decir una sola palabra. Yo le miré muy confundida y nerviosa. Una sonrisa se plasmó en su cara.
—Quiero que cantes en la banda
—No digas tonterias— reí
—¿Te has escuchado? Tu voz. Es perfecta.
—Ya basta, claro que no— me sonrojaba más por momentos
—Esta bien, no insisteré, pero deberías cantar— se levantó y se acercó hasta mi. Sujetó mis manos, yo miré las suyas recorriendo sus anillos con la vista. —El concierto de mañana es en un pequeño local cerca del instituto, sabrás cual es cuando lo veas. Es a las 19:00, espero verte allí— dejó un pequeño beso sobre la comisura de mis labios, después me acompañó hasta la puerta y nos despedimos.

Llegué hasta mi caravana y me tiré en mi cama pensando en todo. Lo que sucedió esta mañana que ahora me parecia embarazoso y lo que Eddie había dicho. ¿De verdad yo cantaba bien? Nunca me había planteado algo así. Obviamente no iba a cantar en el grupo de Eddie, sería muy vergonzoso pero si que podría hacer otra cosa. Una idea vino a mi cabeza, traté de olvidarla pensando que serían una completa estupidez pero las ganas de hacerlo me superaron. Levanté mi torso sentándome sobre la cama y agarré la libreta y el lápiz encima de mi mesa. Empecé a escribir en ella muchas frases dejando llevar mi imaginación y componiendo la letra. Hasta que el sueño pudo conmigo y me dormí dejando la libreta abierta sobre mi.

𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒 ↺eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora