Lágrimas con sabor a muerte

8

Capítulo 8.

Alexandre.

Abro los ojos y veo el reloj, son las 3:45am y todavía no puedo dormir pensando en Rubí.

Estuve a punto de arrancarle todo lo que llevaba puesto y hacerla mía, pero me contuve y respete su decisión.

Suspiré frustrado y mire el techo, pase mi mano por mi cabello y la imagen de Rubí apareció nuevamente en mi mente.

—Esto no me puede estar pasando a mi...—suspiré frustrado y me paré de la cama, me puse unas chancletas y abrí la puerta de mi cuarto, salí y sentí el frío como algo fresco

Empecé a ver la finca y sonreí. Colombia era hermoso, tenía lugares, comidas y muchísimas cosas muy lindas, podría venir aquí mil veces por muchísimas razones pero...Rubí sería la principal.

Sin darme cuenta caminé hasta la terraza y vi a Camille sentada leyendo un libro y con un café en mano, sonreí y la mire fijamente.

Camille era una persona linda, demasiado. Sus palabras y su personalidad reflejaban y daban aires de una chica tranquila, divertida y muy gentil. Amaba a todos mis hermanos, pero con Camille tenía una relación muy especial.

A sus 15 años pasó por cosas que ninguna adolescente a su edad debería pasar, cayó en una depresión severa y hoy por hoy todavía sigue luchando contra esa depresión.

Fue demasiado difícil, pero poco a poco se fue soltando con nosotros y contra el mundo. Siempre la apoyamos en todo y creo que eso le sirvió demasiado a ella.

—Vas a quedarte admirando a esta hermosa hermana que tienes ¿o vienes a sentarte y a contarme que o quien te está desvelando el sueño?—alcanzo a decir y tomo un sorbo de su café, me reí y camine hasta ella, me senté a su lado y ella me miró fijamente

—¿Por qué no has dormido? ¿Estas bien? ¿Te sientes mal?—le pregunté preocupado

—Tranquilo, estoy bien y no me pasa nada. Solo quería leer un libro y tomar aire fresco.—contestó sonriéndome—Pero no me quieras cambiar el tema, ¿Que te pasa a ti?

—Es la chica del bar...

—Lo suponía, ¿Que pasa con ella?

—Camille, salí con ella hoy...

—¿Y? ¿Qué pasó?

—Fue divertido, en realidad Rubí es una chica muy interesante y hermosa.

—¿Te estas enamorando de ella?—pregunta Camille emocionada

—¡No! No seas tan cabezota, Camille. La acabo de conocer, lo único es que sí...—digo y Camille no me deja terminar

—¿Atracción sexual?—me pregunta y yo asiento—Pues si ella siente lo mismo, ten esa relación sexual, obviamente tú le tienes que plantear todo de verdad y no es que la vas a ilusionar para llevarla a la cama

—¡Camille, yo no soy así!

—¿Que harás con Jacqueline?—pregunta

Suspiro y me paso la mano por mi cabello recordándome de ella.

—Estoy hastiado de ella, Camille. No la soporto, intento salir todos los días para no compartir con ella y menos verle la cara...—contesto desahogándome por fin

—Deberías de ya terminar esa relación, Alexandre. Tu no puedes vivir así, no puedes vivir atado por esa empresa...

—Es la empresa de la familia, Camille. Esa empresa viene de generaciones en generaciones y no puedo permitir que por un error mío paguen todos ustedes.