Capítulo 21.
Alexandre.
Entre a la finca y escuché risas, voces y música por la sala, vi la hora y eran la 1:20pm, camine hasta la sala y vi a todos reunidos ahí.
—¡Alexandre!—me llamo Camille emocionada y vino hacia mi, me abrazo y me dio un beso en la mejilla—¿Que tal la noche?
Puse los ojos en blanco y sonreí
—Bastante bien.—contesté sonriente
—Ya hemos visto...—dijo Adrien y vi que Camille me estaba viendo el cuello
—¿Una vampira?—vi que Adelaide se paró del sofá y caminó hasta mi sonriente
—¡Adelaide!—sonreí y la abracé muy fuerte
Adelaide era mi mejor amiga desde que tenía uso de conciencia. Mis papás y los padres de ella eran socios y muy buenos amigos, al igual que Adelaide con todos nosotros. Siempre habíamos tenido una buena comunicación y nos llevamos muy bien.
Su personalidad era increíble. Es muy simpática y muy neutra, no le gusta pelearse con nadie, pero tampoco se deja. Utiliza mucho el sarcasmo y la ironía.
Su físico también era hermoso. Es una castaña y tiene mechones rubios, ojos verdes muy oscuros, mide 1.90, tiene un cuerpazo y es muy elegante.
—¡Alexandre!
—¿Cuando llegaste? ¿Por qué no avisaste?
—Llegué en la mañana y quise venir de sorpresa, solo Amadea sabía.—dijo Adelaide y vi que mi mamá hizo una cara de inocente
—¡Dios, que felicidad!—dije dándole otro abrazo más fuerte
—¡Claro, la bruja ya vino!—dijo Jacqueline bajando de las escaleras
Todos la quedamos mirando con fastidio y Adelaide se separó de mi. Adelaide era clarividente, podía prever situaciones en un futuro e intuir aspectos del pasado de una persona sin conocerla previamente. Siempre le preguntamos cómo tenía ese don, pero nos decía que desde pequeña había tenido ese don.
Su madre le decía que ese mismo don lo tenía su bisabuela y la abuela, pero solo ella como nieta única lo había heredado.
—Claro, si fuera bruja hace rato fuera hecho algo para que te alejarás de Alexandre.—contestó Adelaide sonriente
—¿Si? A mi me parece que ya lo has hecho, Adelaide.
—¿Insegura, Jacqueline? No tengo la culpa que tu limerencia haya alejado a Alexandre, o peor aún, tu ambición.—dijo Adelaide cruzándose de brazos
Todos nos quedamos con la boca abierta y Camille intentaba no reírse. Se me había olvidado ese dato, Adelaide y Jacqueline se odiaban a muerte, pero eso no significaba que Jacqueline le quitara la tranquilidad a Adelaide.
Adelaide podía estar al lado de Jacqueline y no le importaba, lo único es que si le contestaba con dos piedras lo que Jacqueline le dijera. Si Camille odiaba a Jacqueline, ya se imaginarán Adelaide.
—¿Disculpa? La ambición es la tuya, Adelaide.—contestó por fin Jacqueline y todos estuvimos apunto de decir algo cuando...
—Yo no soy la necesita el dinero de mis papis o de mi marido para poder tener una vida de lujos. Jacqueline, mírate y mírame, ¿ves que soy ambiciosa como tú? Yo trabajo, empecé desde cero y tengo todo lo que tú desearías sin necesitar de nadie. No necesito el dinero de mis padres, ni casarme con alguien para obtener su dinero. Todo lo he obtenido por mi propio mérito. Sabes algo, la ambición te ayuda, quizás, pero no pasando por encima de los demás.—le dijo Adelaide y todos nos quedamos con la boca abierta
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Lágrimas con sabor a muerte
AçãoRubí es una chica colombiana de 22 años. Es egocéntrica y orgullosa, es muy contestona y grosera. Es una chica que después de la muerte de su madre, ella y el papá han trabajado duro para sacar adelante a su familia. Una noche en la que sale con su...