Capítulo 4.
Rubí.
Cuando me despierto son las 11:35pm, me volteo hacia la otra parte de mi cama y bostezo con muchísima pereza.
Lo único bueno es que papá me dio permiso de llegar después de las 12 o si me quería tomar el día libre, que me lo tomara, pero iré...
Suspiro y me paro de la cama, me dirijo hacia afuera y entro al baño, me quito todo y entro a la ducha, empiezo a bañarme.
Después de casi 20 minutos, salgo del baño y camino hasta mi cuarto, camino hasta mi armario y saco un pantalón y una camisa, me empiezo a cambiar y luego me dirijo hacia el tocador.
Me paso el peine por el cabello y me lo dejo así, luego salgo de mi cuarto y camino hasta la cocina. Empiezo a buscar algo de comida rápida y solo me encuentro con varias opciones: comer frutas y jugo de naranja, hacerme sándwiches o cereal, y opto por la última.
Cojo un plato hondo y empiezo a servir el cereal en el recipiente y luego la leche, cojo una cuchara y me siento en la mesa y empiezo a comer.
Veo que se abre la puerta del cuarto de Gema y ella sale, tiene el pelo como un nido de ratas y viene bostezando y casi que cayéndose.
Me rió y la quedo mirando.
—Ve, vos no deberías despertarte así, puedes asustar a cualquiera.—dije riéndome
—¿Si? ¡Cállate!—me dice y luego camina hasta el baño—¿Que hay de desayunar?
—Primero: no hay desayuno porque ya son las 11:59am, y segundo: hay frutas y jugo de naranja, cereal o hacer sándwiches.
—Ya.—me dice y entra al baño
Me rió y luego de unos segundos, termino el cereal y camino hasta el lavaplatos, empiezo a lavar los trastes y luego los escurro.
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—¿Ya vos terminaste tu turno?—me pregunta Sebastián
—Sí, acabo de terminar.—sonrío
—Mirá ve, ¿y esa camioneta?—me dice y yo me giro hacia afuera, veo qué hay una camioneta grande y uno que tiene pura pinta de escolta se baja y camina hasta aquí
Me quedo quieta esperando si es aquí o no, y efectivamente sí es aquí. Veo que el man se acerca a nosotros con un ramo de tulipanes blancos y rosados, veo que estando al frente mío y pone el ramo en la mesa.
—Es para usted, señorita.—y con solo decir eso, se retira y yo quedo pasmada
Con Sebastián y yo, nos miramos y luego miramos el ramo de tulipanes. Abro la boca y casi que se me descuelga, no puedo creer esta situación y menos que no se quien podría mandar eso.
—Rubí...—dice Sebastián y no lo dejo terminar
—¡No vayás a decir nada, no sé quién pudo ser!—digo buscando las notas que siempre mandan con las flores y veo una, la agarro y leo lo que dice
Me acordé de ti apenas las vi, así que por eso quise regalártelas. Vas a decir que soy un loco, pero solo quise darle este regalo. Desde ese día, de mi no te libras...
Att: ya sabes quien puede ser...—Parece bobo.—digo recordándolo
Escucho como suena mi cel y lo saco del bolsillo, veo que es un número desconocido y contesto:
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Lágrimas con sabor a muerte
AcciónRubí es una chica colombiana de 22 años. Es egocéntrica y orgullosa, es muy contestona y grosera. Es una chica que después de la muerte de su madre, ella y el papá han trabajado duro para sacar adelante a su familia. Una noche en la que sale con su...