Gringotts

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Harry se despertó, estaba en una cómoda cama, pero tenia un cabestrillo, las piernas enyesadas. No podía esperar a que usaran medicamentos mágicos.

En la puerta de la habitación estaba Petunia con un plato de comida y un sobre en las manos.

- Buenos días, Harry, ¿tienes hambre?

El muchacho asintió y Petunia le puso el plato con cuidado y le dijo.

- Come, cuando acabes te voy a contar algo.

Harry asintió sin decir nada, Petunia sonrió y se fue a ver a su otro hijo. Harry con muchísimo cuidado empezó a comer y eso muy rico, su estomago parecía que rogaba por comida durante días.

Pasaban los minutos y Harry seguía comiendo despacio, pero con la misma expresión de satisfacción con cada bocado.

Petunia subió a la media hora con un Dudley dormido y se llevo el plato, pero de repente llegó un señor pequeño y se llevo el plato con una sonrisa.

- Gracias, Tom.

- No es nada, Petunia.

Petunia volvió a ver a Harry y esta le sonrió, se sentó a su lado y le mostro la carta. Harry la tomo y la leyó, inconscientemente salieron lagrimas de sus ojos.

Harry, hola, soy tu madre. No Lily, soy James, veraz te escribí esta carta por si llego a morir. No estes triste, y si te preguntas por que soy tu madre pues por que soy u portador y puedo concebir hijos. Tu padre es Severus Snape, se que no lo conoces, pero el es el profesor de tu escuela. Claro que cuando cumplas 11, pero bueno, yo te amo, y jamás dejare de hacerlo. Yo te quise desde que supe que estabas en mi y espero que me perdones ye entiendas que jamás te dejare y siempre velare por ti.

Atte: James Potter

Harry seguía llorando, pero un abrazo de su tía le hizo sentir mucho mejor, con cuidado y con un brazo se lo devolvió.

- Harry hoy iremos a un lugar para que tu tomes tu lugar en el mundo mágico, ¿recuerdas que te conté sobre este mundo?

- Si.

- Pues iremos para ver tu herencia y tu padre. Yo te amo, pero no podre protegerte ya que no tengo magia.

Harry asintió y le dio una gran sonrisa.

- Aunque no seas mi sobrino de sangre te quiero como tal y siempre estaré para ti.

- Gracias tía.

- Bueno, vamos a despertar a tu primo.

Petunia despertó a Dudley, puso a Harry en la silla de ruedas y se fue directo a Gringotts . Allí Harry y Dudley vieron un cartel arriba.

Entra, desconocido, pero ten cuidado 

Con lo que le espera al pecado de la codicia

Porque aquellos que cogen, pero no se lo han ganado

Deberán pagar en cambio mucho más

Así que, si buscas por debajo de nuestro suelo

Un tesoro que nunca fue tuyo

Ladrón, te hemos advertido, ten cuidado 

De encontrar aquí algo más que un tesoro

Nuevo viaje, nueva historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora