El juicio

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En tres lugares diferentes ocurría la misma acción. Tres hombres se estaban arreglando, curiosamente para el mismo evento.

Aunque cada uno con un diverso fin.

El primero quería condenar.

El segundo quería liberar.

Mientras que el objetivo del tercero iba más allá, quería gobernar.

Mientras iban hacia el sitio de concurrencia, cada uno podía ver el resultado que esperaba.

Que lastima que solo pueda cumplirse 1, ¿Verdad?

*   *   *

Frente a todo el Wizengamot se hallaba una mujer en estado deplorable, con sus ropas rasgadas, cabello grasoso y cara llena de tierra.

Sus débiles extremidades ni siquiera podían sostener su peso. Mientras frente a ella observaban excepticos a esa mujer que decía ser inocente.

- ¡Damos inicio al juicio de Bellatrix Lestrange!

Tras haber confirmado sus sospechas el lugar quedó aún más silencioso. Todos estaban decididos a no hacer nada, aunque ninguno estaba preparado para los sucesos que ocurriría dentro de ese salón.

La mujer no tenía nada de la alegría y vida que la había acompañado en años anteriores. Sin embargo los dementores no habían sido los causantes.

Después de todo, ¿qué cosa le puedes arrebatar a alguien que ya lo ha perdido todo?

Mientras la mujer observaba a la nada y sentía como las cadenas se ajustaban en sus frágiles muñecas observo entre la multitud de magos y brujas una silueta conocida.

- ¿Es usted Bellatrix Lestrange?

Aunque había sido alimentada más en los últimos días aun le costaba hablar.

- Black, Bellatrix Black.

Fue el débil murmullo que respondió la pregunta hecha por el ministro. Asintiendo para si mismo, continuó.

- ¡Traigan Veritaserum!

Fue la orden que resonó en todo el salón, siendo acatada rápidamente por la ágil mano de Percy Weasley, quien le pasó la poción requerida.

Sin darle opcion a la acusada, un auror le sostuvo bruscamente el rostro mientras dejaba pasar por su garganta ese líquido incoloro e inodoro.

- Según el señor Malfoy, aquí presente usted no fue sometida a un juicio, al igual que su primo Sirius Black. Por lo cual nos ha exigido realizarlo con la esperanza de liberarla de su castigo.

Dijo Fudge.

- Así que continuemos.

Todos en el Wizengamot estaban decididos, que sea lo que sea que saliera de la boca de esa mujer no lo iban a escuchar siquiera.

Pero todos sus esfuerzos se vinieron abajo con la siguiente pregunta.

- ¿Usted fue seguidora de Quién-usted-sabe hace 11 años?

Con los ojos vidriosos y haciendo un esfuerzo dijo.

- No.

Nuevo viaje, nueva historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora