• Rose •
-Ya quedó lista la habitación, Mikasa -anunció Niccolo al bajar por las escaleras.
-Gracias de nuevo, lamento molestarte con eso.
-Ni lo digas. Tuviste un largo viaje y te espera otro, debes descansar en una buena cama.
«El rubio había bajado unos minutos después de que nosotras terminamos la conversación, y se talló los ojos repetidamente para asegurarse de que la Ackerman que veía no era parte de su sueño. Tras una breve explicación de lo sucedido, los tres pasamos a sentarnos y tratar de charlar, aunque la participación de Mikasa se veía ciertamente limitada y nos dejaba con más preguntas que respuestas.
La noche avanzó deprisa y en cierto punto la pelinegra comenzó a soltar bostezos y cerrar los ojos durante varios segundos; por lo que entonces Niccolo se ofreció a dejarla dormir en su habitación, sin escuchar las réplicas de Mikasa insistiendo en que podía dormir en el sillón, el suelo o regresar hasta Shinganshina sin descansar. Tuve que interceder para convencerla».
En algún momento de la madrugada, después de dar vueltas y vueltas en la cama sin conciliar el sueño, finalmente me levanté para bajar a la cocina por agua e intentar despejar mi mente.
«Hasta donde sé... él sigue con vida» seguía sonando en mi cabeza.
No dejaba de preguntarme qué debería hacer y si sería posible en verdad encontrar a Jean. Esta sensación era insoportable. Necesitaba más que su chaleco viejo o un dibujo para ayudarme ahora. Ninguna de esas cosas podía darme una respuesta de si valía la pena hacer algo tan arriesgado por la posibilidad de verlo. Era algo con lo que sabía que él estaría en contra, tal y como quiso que me alejara de los jaegeristas.
Al llegar a la cocina avancé tan silenciosamente como pude, aun así la madera del suelo crujió debajo de mí. Niccolo asomó la cabeza en un instante desde el sillón. Estaba en estado de vigilia. Yo había ido a oscuras porque se suponía que estaba durmiendo; quité la cubierta de la lámpara de la mesa y todo el piso se iluminó.
-¿Qué haces despierto?
-Yo te pregunto lo mismo.
-Responde tú primero -demandé. Se enderezó por completo y se acomodó de piernas cruzadas.
-Pensaba en las noticias que trajo Mikasa, desde luego. Me siento muy mal por la comandante Zoe; pero si el resto en verdad sobrevivió, espero que Jean y Connie estén bien. Ya sabes, fueron los primeros con los que me llevé bien en esta isla además de Sasha. -Asentí con un suspiro silencioso.
-Quisiera que tú y yo hubiéramos sido amigos desde mucho antes -dije melancólica. Él arrugó el entrecejo.
-¿Somos amigos ahora? -No pude evitar soltar un jadeo, ofendida. Se corrigió, cauteloso-: Quiero decir, porque no parezco agradarte mucho.
-Oh... -Me encogí en mi lugar y apreté los labios, incómoda por descubrir cómo actuaba a ojos de Niccolo- No me agrada la situación, y... tal vez me desquito contigo. -Rio en silencio.
-No pasa nada. Pero, adivinando lo que te mantenía despierta a ti, si quieres mi opinión como amigo, creo que deberías intentarlo.
Me senté en el sillón individual de enfrente y entrelacé las manos sobre mis piernas, reflexionando sobre sus palabras y lo que yo misma creía.
-Estoy asustada... Todo lo que sé del mundo exterior es lo que ellos me han dicho. Y ahora las cosas bellas se han ido, pero el odio seguramente no ha hecho más que aumentar. Me aterra pensar en lo que encontraré allá afuera.
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Por favor, vuelve | Jean Kirschtein | TERMINADA
FanfictionRose jamás pensó que tendría que volver a preocuparse por perder a alguien a causa de los titanes. Ella solo intentaba cumplir su rol en el pueblo, ir de aquí a allá, día tras día, solo una aprendiz de enfermera. Así que cuando él llego a su vida e...