Capítulo 32: Conversaciones

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• Rose •

Faltaba un mes para que entrara el invierno, y hasta ahora las cosas habían estado tranquilas para la Legión. El verdugo de titanes de Trost seguía funcionando diariamente, por lo que aún quedaban un par de meses hasta que comenzaran las expediciones a la Muralla María.

Tal y como había dicho Sasha, parecía que tendríamos algo de calma después de semejante tormenta. Con su victoria en Shinganshina, la Legión había revelado la verdad de nuestro mundo; y ahora debíamos procesar que la humanidad dentro de las murallas no era la única, y que, de hecho, todos afuera querían acabar con nosotros por ser las personas que podían convertirse en titanes. Además de que buscaban quedarse con nuestros recursos naturales.

Aparentemente el mar del que tanto habían hablado no sólo era real sino que además rodeaba por completo al pequeño pedazo de tierra en el que vivíamos, formando lo que la comandante Hange me dijo que era una "isla". Y la nuestra llevaba el nombre de Paradis, una ironía que le pareció acertada en su momento al rey que nos encerró aquí.

De cualquier forma, la Legión logró vencer a los guerreros de nuestro enemigo más importante, Marley, y eso nos permitiría organizarnos como nación y recuperarnos de sus ataques antes de que intentaran algo más. La reina Historia lo estaba haciendo excelente, creo que jamás había gobernado alguien que se preocupara tanto por su pueblo.

Por mi parte, adoraba tener unos meses con Jean y nuestros amigos sin que estuvieran en peligro. Se sentía como todo un lujo. De hecho, justo ahora estaba en el cuartel con mi novio. Pasé a saludar luego de haber ido a hacer varias entregas de ropa, y al llegar lo encontré solo en la sala.

—Ven aquí —dije jalándolo de la camisa para besarlo.

Luego de un momento se separó y me tomó de la mano, guiándome hacia su habitación. Apenas entramos, cerré la puerta y me recargué en ella, a la vez que él volvía a unir nuestros labios con prisa.

Era una suerte poder tener a Jean para ayudarme a entrar en calor en los días fríos. Antes lo vencía la vergüenza en muchos de nuestros besos, aún le pasaba de vez en cuando, pero las cosas avanzaban bastante bien entre nosotros. Podíamos actuar con confianza y disfrutar de nuestra compañía. Supongo que algunos problemas son fáciles de sobrellevar al estar con la persona que amas.

Sus manos apretaban mi cintura acercándome más a él, y yo me derretía con cada toque.

—Te amo —dijo, pasando a dejar besos en mi nariz y mejillas, lo que me provocó una enorme sonrisa que se rehusaba a disminuir.

—También te amo.

Acaricié su rostro cuando se separó de mí y tras darle un último beso en la comisura de su boca, caminé hasta la cama y me dejé caer con los brazos extendidos y los pies aún en el suelo. Cerré los ojos mientras soltaba un suspiro.

Ahora que la Legión había comenzado a reclutar gente de nuevo, el cuartel se estaba llenando rápidamente; razón por la que Jean y Connie tenían que compartir habitación. Por suerte para ellos alcanzaron uno de los cuartos grandes, al igual que Sasha y Mikasa. Armin y Eren tenían uno más pequeño, pero eso parecía no importar mucho ya que hasta donde sabía, el castaño se iba constantemente y no regresaba hasta días después.

Sentí una presión en el colchón, abrí un solo ojo y vi que Jean se había sentado a un lado de mí.

—¿Qué tal el trabajo? ¿Aburrido ahora que no atiendes titanes?

—Casi extraño tener que ocultarme de la policía —rió por la nariz— "Casi" es la palabra clave.

—No te preocupes, estoy seguro de que en algún momento volveremos a meternos en problemas —dijo divertido— Por si un día quieres unírtenos.

Por favor, vuelve | Jean Kirschtein | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora