Capítulo 05

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Mark no los ve mucho durante la semana siguiente. Yuta se encuentra ocupado con sus modelos y sesiones fotográficas, Johnny al parecer siempre tiene algo que hacer, es avasivo como siempre.

Y él se mantiene ocupado en el trabajo durante el día y por las tardes planea en solitario su boda.

Ya tiene el orden de los asientos y las respuestas a las invitaciones comienzan a llegar, con eso hace los cálculos finales para ordenar el banquete a Taeyong.

La única ocasión en que él y Yuta comparten tiempo es cuando una tarde toman el té en casa de los padres de Nakamoto, durante dos incómodas horas después de las cuales Mark termina mordiéndose la lengua y su piel pica con ansiedad al momento que se marchan.

A Johnny lo ve brevemente, temprano en las mañanas o cuando vuelve a casa tarde por la noche. No sabe qué es lo que él hace y no quiere saber tampoco; no es asunto suyo.

El jueves Giselle lo visita en la cafetería. Tiene una crisis de pánico, la vida se le está poniendo difícil al no ser capaz de poder pegar la renta y la universidad.

Mark sabe muy bien como es, pasaron la misma situación cuando vivían juntos. Siempre preocupados por poder pagar las cuentas, cada día esforzándose para ahorrar hasta el último centavo sin poder relajarse nunca. Las cosas nunca cambian para personas como él y Giselle. O así era hasta que conoció a Yuta.

Mark lleva a Giselle al cajero cercano y a pesar de que no para de protestar, retira dinero de la cuenta de la cafetería y se lo entrega. Esta muy avergonzada, pero lo acepta, sin embargo la vergüenza que ella siente no se acerca a la humillación que Mark experimenta al pedirle a Yuta que reponga el dinero. Los fondos de la cafetería no son suficientes como para regalar; pero le explica a Yuta porqué retiró ese dinero, le cuenta los problemas financieros de Giselle.

Confirmarle dichos problemas, da como resultado que el viernes por la tarde, ella entre apresuradamente en la cafetería irradiando felicidad.

— Él pagó mi renta y la colegiatura de la universalidad de todo el próximo año—dice casi sin respirar y Mark pregunta:— ¿Quién?

Ella responde con los ojos muy abiertos. — ¡Yuta!

Y así nada más, Yuta tiene una nueva admiradora, se ha ganado una persona más.

No sabe por qué, pero esto le pone furioso.

Media hora después, Giselle se marcha y Mark sigue de mal humor. Jaemin se mantiene ocupado en la cocina, lejos de él.

Y justo en ese momento, Johnny decide visitar la cafetería por primera vez, se ve pulcro y elegante. Viste un traje negro y camisa blanca.

Mark lo recibe preguntando de forma grosera. — ¿Qué quieres?

Johnny levanta la cejas. — ¿Es un mal momento?

— No. Solo estoy ocupado.

El mayor mira alrededor, la cafetería se encuentra vacía. — Sí, obviamente.

— Mira...—resopla—. ¿Has venido a comprar algo o...?

— Quiero un café para llevar, si no es pedirte mucho.

— ¿Por qué sería pedirme mucho?

Johnny lo mira fijamente.

— ¿Por qué siento que estás a punto de arrancar mi cabeza?

— No eres tú—dice Mark después de un momento y suspira—, yo solo...

— Continúa—pide el pelinegro con seriedad.

Mark no se siente confortable discutiendo con Johnny los problemas en su relación entre él y Yuta, especialmente no puede porque esté es el mejor amigo de Yuta y su lealtad esta con él.

— No es nada—intenta sonreír—. ¿Cappuccino? ¿Café con leche?

Johnny no mira el menú. — Solo café, con tres de azúcar.

— Nadie necesita tres sobres de azúcar—Mark responde mientras manipula la cafetera.

— Yo sí.

— Te pondrás gordo.

— Lo he tomado con tres porciones de azúcar todo mi vida—se defiende—. ¿Te parece que estoy gordo?

Mark lo mira sobre su hombro. A pesar de querer evitarlo, termina mirando a Johnny de arriba abajo. — Todavía no—admite de mala gana mientras coloca en café en la barra—, pero estás envejeciendo.

— Está es la segunda vez que me dices viejo, me estoy acomplejando.

— No te estoy diciendo viejo, sólo digo que ya no eres tan joven.

— Si claro, eso es mejor.

Mark no puede evitarlo. La sonrisa que aparece en su rostro es genuina y parece que eso ha enternecido la mirada de Johnny. — Aquí tienes.—empuja el vaso más cerca a la orilla y Johnny lo toma en una mano.

— Gracias ¿Cuanto te debo?

— No es nada.

— Gracias. No dejes de sonreír—Johnny se da la vuelta para marcharse. La honestidad en su voz acelera el latido del corazón de Mark—, te sienta bien.

Jaemin sale de la cocina después de que alto se ha marchado, Mark aún observa la puerta como si estuviera hipnotizado.

— ¿Quien era ése?

Reacciona y se olvida de esas raras sensaciones que revolotean en su pecho. — Es el tipo del que te hablé. El padrino de Yuta.

Jaemin frunce el ceño. — ¿El arrogante?

— Sí.—suena grosero ahora que Jaemin lo dice.

— Aaah...—responde el castaño exagerando y Mark no puede ignorarle.

— ¿Qué?

— No es nada—sonríe y el mayor no encuentra la gracia—, pero te ves más animado ahora.

Aparenta tener su atención puesta en los documentos junto a la caja registradora. — Estaba animado antes.

— Si tú lo dices.

estoy :-)

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estoy :-)

El Padrino [JOHNMARK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora