Capítulo 19

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Mark se despierta junto a un cuerpo caliente envuelto a su alrededor y sonríe sin abrir los ojos, se arrima más cerca y suspira con satisfacción mientras los brazos alrededor de él se aprietan.

Entonces escucha un movimiento que no viene de la cama y, abre los ojos, siente el pánico a través de su pecho y después por todo su cuerpo.

Yuta está ahí, a los pies de la cama. Mirándolos a ambos pero su mirada está, asombrosamente muerta y vacía.

—Yuta...

El pelirrojo le da la espalda y se aleja, sin decir nada, Mark sale de la cama a toda prisa y en su urgencia golpea con el codo a Johnny en el pecho, lo que le hace gruñir a este y sentarse con un gemido.

Mark no se preocupa por el dolor que Johnny puede estar sintiendo. Él está intentando ponerse sus pantalones. Toma al azar una camiseta sobre la silla en la esquina de la habitación de John.

—Mark, espera ¡Mierda! —Johnny mira a su alrededor confundido, tratando de averiguar qué carajos está pasando.

—Él estaba aquí —explica Mark—. Nos ha visto.

Todo el color se desvanece de la cara de el mayor en un instante e inmediatamente sale de la cama, desnudo y eso representa todo lo que está mal en esta situación.

—Yo iré tras él.

—No —dice Mark con firmeza—, iré yo. Yo provoque esto —termina de meterse la camiseta por la cabeza y sale de la habitación mientras escucha a contrario decir su nombre.

No tarda mucho en encontrar a Yuta. Este parque es donde siempre viene cuando él necesita un poco de paz, cuando necesita un momento para pensar. Está sentado en un banco, con los codos sobre las rodillas, mirando a la nada hasta que escucha la llegada de Mark, y luego lo mira, con ojos brillantes llenos de furia.

Cualquier cosa es mejor que la mirada vacía de antes.

—Aléjate de mí, Mark.

—No —dice en voz baja. Pero no trata de sentarse—, necesitamos hablar.

Yuta lo mira con disgusto—. ¿Te has bañado siquiera? ¿O todavía sigues cubierto de él?

El menor se traga su vergüenza, no sólo está cubierto en la evidencia de haber estado con Johnny, también está usando su ropa. No podría ser menos sensible ante la situación aún si lo intentara. Su cara arde—. Lo siento.

Yuta resopla con una risa amarga, mira hacia el suelo, moviendo la cabeza—. ¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo? —le pregunta—. ¿Por cuánto tiempo has estado follando con él en nuestra propia casa?

—No lo hice. Solo.... Solo fue anoche —da un paso más cerca—. Nosotros, tuvimos una discusión y nos dejamos llevar — quisiera decirle que no significó nada, pero no quiere mentirle, no ahora.

Hay una pausa antes de que Yuta hable de nuevo—. Sin embargo, no se te ocurrió así nada más, ¿Cierto? Tú no decidiste de repente simplemente follar con el mejor amigo de tu prometido.

Su voz es áspera, cruel y corta a Mark como una cuchilla.

El más bajo piensa en irse, pero Yuta no se merece eso—. No —admite—, no sé qué decir.

—Sería bueno si me dijeras la verdad —dice el pelirrojo mirándolo, la furia en sus ojos es tan intensa que es casi difícil creer la tranquilidad en su tono al hablar.

—Las cosas se han estado desarrollando... desde hace un tiempo —retuerce las manos, se agacha frente a Yuta, a un metro de distancia. No piensa que Yuta pueda soportar que se siente junto a él—, me siento atraído por él —dice en voz baja, mirando a los pies de el mayor para no tener que ver la reacción que esas palabras provocan—. No debería ser así, pero lo es, no puedo evitarlo.

El Padrino [JOHNMARK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora